diciembre 27, 2010
Duermes Seguramente
te aislas de ese vendaval inclemente
de huesos rotos y balas en la frente,
de lo sublime de caer al barranco
con los brazos abiertos, extendidos
sin pretender asirse de la nada
que reboza gustosa en la mirada,
la libertad carente de sentido.
Fuiste Tú, quien a las letras me indujo
un verano de besos inocentes;
fuiste Tú, quien con arrojo vehemente
me prendió sobre la frente el ramujo
de un olivo muerto y desgarbado,
la tinta negra haciendo garabatos
dentro de un marco de papel a ratos,
cuando el sol es recuerdo maniatado.
Entonces pienso, si fuiste o eres; un imán
de la nostalgia anclado a tu cadera,
de mi propia hoguera, vasta madera
que arde de a poco su piel de celofán,
y en noches como esta, dilapida
su brasa y calcina el sueño febril
de los días, plácidos como el abril
que en tu boca, fueron Muerte vivida...
diciembre 26, 2010
A una Mujer Dispuesta
resintiendo el frío y todo el viento,
una Mujer dispuesta en movimiento
de caderas, ardientes en calderos
desolados, con su cuota de peaje
atada al cuello entre blancos colguijes,
que se arremolinan como alebrijes
sin mayores penas que su equipaje,
corriente y gastado, entre mil viajes
y entre miles de falos, obscenos
queriendo encontrar su cálido cieno
dispuesto siempre al ajeno abordaje.
Un whisky en el vaso contenido
me hace pensar mientras tú, te dilatas
a culpa de moral y fe de erratas.
¡Tus piernas son delirio empedernido!
Te amaría hasta el último centavo
de mi par de bolsillos lacerados
por esta economía a ojos cerrados
sin pesar del saber que soy esclavo,
al igual que tú, toda, entre tus piernas
maquilladas en champaña, divinas;
impregnadas de sudor y morfina
tratando de hacer mi alegría eterna.
diciembre 25, 2010
I
y no más; que me embriagan cual licores
formando torrentes de mil sabores
mientras del cabello me nacen canas?
Ahora bien me inventaría una vida
por vivir, alejado de tejados
maltrechos, de dogmas inveterados
bailando entre conjeturas podridas,
quizás, buscar un edén utópico
para deambular sin mi propia sombra
que me sujeta al suelo y te nombra,
en mis anocheceres alcohólicos;
un jardín con frutos y flores del bien,
donde reposen los sueños dorados
ahora ennegrecidos y arrumbados;
donde la pluma no presione mi sien.
Carta al Crío
diciembre 24, 2010
Acúsome
portador, un caminante de paso
ascético esperando siempre el ocaso,
y a voz queda entonando canciones.
Un sutil amante de esa fortuna
de no perecer con mi propia pluma,
ni por mi verso insomne echando espuma
por la boca, por no encontrar la Luna.
Acúsome yo, aún viejo y viciado
de codiciar la facultad de vivir,
sin pensar sobre el modo de morir
por los propios demonios maniatado.
Un catador de sal en las mejillas,
de áridos desiertos vil merodeador
dispuesto, a tragar arena y calor
ahogado en las entrañas cual polilla.
Acúsome también, de ser cobarde
ante los tiempos, ante el nuevo día
que siempre recorre con luz sombría
en cambio yo, extingo esta llama que arde
cuando soy mácula gris y terrible
después de la caña y el tabaco,
cuando soy simple y reflejo opaco;
un grito nocturno, cruel e inasible.
diciembre 23, 2010
En Lontananza
visita mis ganas, bien las arropa
y las guarda de licores en copas
cargadas a la luz de la bombilla.
Un corazón late sin ser el mío,
una hermosa bruja dibuja el cielo
en carmesí y arroja el anzuelo
a la flor perdida, al fresco rocío.
Estas manos que me tiemblan sin gracia,
ciegas buscan su enmohecida palabra
nunca antes dicha, necia y macabra,
alzando los puños por la autocracia.
diciembre 21, 2010
A Fuerza de Penumbras
mirando a cada rato la escalera,
buscando siempre una sombra cualquiera
que no seas tú, mientras así te invoco.
Tienes, la dulce mirada del día
más fúnebre alojado en la memoria,
en los labios, razón inquisitoria
y en el pecho mi melancolía .
Y me hago el loco por no saber hacer
cosa distinta, bebo, fumo, escribo
con mi talante cruel mientras atisbo
la necesidad del alma adormecer.
Tienes, los pies por el llanto bañados
la catedral adentrada en tus venas
purpúreas, sin acuse de novenas
ni de cirios, ni de incienso quemado.
Y tal vez ahora no sea yo, el que se hace
esta noche alcanzar por la locura,
que me envuelve fría con su tersura
de muros blancos que el alba deshace.
diciembre 17, 2010
Clamo
durante noches desiertas sin calma,
cuando al amanecer se me va el alma
entre el cañón y su cruel estallido.
Ayer la Luna me mostró el lado
más terrible y gris del desamparo,
carabina en mano dando disparos
a los gatos en sus negros tejados.
Pero hoy es hoy y yo, mustio, embriagado,
recolecto el polen de blancas flores
sin respingo ante su gama de olores,
sopesando un deseo, alacran domado
contra el vendaval y la fina arena
de desiertos sin vanos espejismos,
sin paredes recubriendo el abismo
cubierto con licores de alacena.
Clamo, pues, contra tu beso perdido
una tarde de sol quemante, falaz
e intrínseco, pero siempre eficaz
junto al árbol ardiente del olvido.
He de Suponer
cuando me miras cabizbajo, mortal
entre mis muertos olvidados, fatal
ante el reflejo del hombre desecho?
He de suponer que nada, mis manos
te buscan a tientas entre cenizas
de una brasa tibia que aún esclaviza,
mis anhelos más fieros y arcanos.
¿Y qué pasa con el temblor, el jadeo
de mi envejecido pecho malsano,
con mis versos tan tristes y mundanos
ante tus ojos haciendo contoneo?
La nada también, que todo comprime
a su paso, cual funesta serpiente
reptando insumisa por la simiente,
que hace del dolor, delirio sublime.
diciembre 15, 2010
Si Te Dijera
entre bosques sombríos, aferrados
a los mismos licores fecundados
de luz de Luna, como alma prohibida
danzando en las estrellas, hilvanando
en tu rueca siete enmohecidos buitres
feroces, en búsqueda del salitre
que de tus pies, huella atrás van dejando.
Si te dijera que no tengo la voz
para llamarte, sobrio y radiante,
por que en el cielo soy vano tunante
tratando de robar de la Luna la hoz;
que tus cabellos que nunca he tocado
me enredan al fatídico misterio,
que en mi cabeza ha de hacer vituperio
de demonios borrachos trasnochados.
diciembre 14, 2010
Yo
hambriento, un tanto ciego y cansado
de la voz de mis manos, agobiado
con la noche, desnudo y sediento.
Yo, soga enhebrada de carne fatua
a veces tan fría, como los huesos
al alba expuestos; trágico deshielo,
bandada de palomas sin estatua.
Yo, polvo obsceno materializado
rondando los rincones, viejas tardes
donde las brasas son tibias y arden
espléndidas, el olvido, el pasado.
Yo, defensor de la orden elégica,
caballero ruin, tunante de flores
caducas contra espasmos y dolores,
de armadura a la alegría alérgica.
Yo, vaticinio del final del día,
víspera de resaca enmarañada,
augurio de soledades marcadas
por la arruga tenue de la ironía.
Yo, gastada apología nocturna,
amante eterno de la flor de caña,
disidente vil del llanto que empaña
con su gota la vista taciturna.
Yo, esclavo de pasiones desmembradas
que me salen debajo de la almohada
y ríen y lloran con sus alas de hada,
vivas quimeras de mi enamoradas.
diciembre 08, 2010
Lo mío
diciembre 06, 2010
La batalla
y a tirarse de bruces al suelo
mientras los demonios me caen del cielo
ardiente, que hundido tras la batalla
sólo recuerda el áspero recelo
de lo que fue, y su palabra calla.
¿Después de luz, a caso habrá consuelo,
o una bala que en las manos estalla
cándidamente, acabando el desvelo
que nos arroja a un tiempo, que se entalla
en nuestro cuerpo sin alas ni vuelos,
muertos por la duda que nos encalla?
diciembre 05, 2010
Sobre la Cámara de Gas
aunado al clima helado y adverso,
ya dentro de los pulmones inmerso,
dando su obscena señal de funeral.
Reviso el cajón de asuntos pasados
sin luz, plena la noche de mil sombras
deshaciendo el amor sobre la alfombra,
las garras y colmillos afilados
han de romperme sin piedad la espalda,
la vida, los sueños y ¡No me importa!
perder esa alegría siempre absorta
que yo, sin quererlo, el alma me escalda.
Fueron febriles los cantos de antaño,
el llanto al amanecer y en lo alto,
las copas en brindis sobre el asfalto
sin conocer siquiera, el desengaño
de las noches sin la Luna irradiando
esa ambrosía, de nocturna hechura,
que tus ojos mascarados perdura
en el negro del hades habitando.
¡Y que importa si he pasado de largo
ante la Muerte y su hoz nacarada,
si es mi suerte la que luce embriagada
y la vida, la mía en vil letargo!
Sé muy bien que mañana, moriré, cruel
y sin remedio, seré de gusanos
malcomido al inicio por las manos,
antes de saber que fueron oropel
embravecido en la cámara de gas,
que vuelve al hombre cuerdo, empedernido
por malsanos vicios; verso abatido
sin tonada afable ni sobrio compás.
Carta a Ninguna Parte III
diciembre 01, 2010
Blasfemia #4
con la copa en la mano a estas malditas horas
tan propicias para bestias abrazadoras;
trasnochado, solitario, siempre tan estéril.
Ya después te veo ahí, marchitándote ya sin luz
que reclame tu nombre, desnudo, indecente,
tu pregonar olvidado y decadente
es sin remedio el brillo de tu atávica cruz.
Vivo al Despertar
con la resaca agobiando mis movimientos,
meditanbundo mientras se me filtra el viento
y en lo alto ondea una bandera de anarquía.
Mi falo se erecta atrozmente y palpita
pensando en aquellos prohibidos lupanares,
aquellos ajenos de la suerte, de azares
fieros donde toda Mujer es afrodita
de piel morena y pechos siempre vibrantes,
donde el caribe ha anidado la sacra marea
de la lubricidad, de esa genesis que emplea
la carne y que nunca ha de ser redundante.
Vivo al despertar una mañana sombría,
sediento de tu sombra desnuda en la pared,
hambriento de tus piernas envueltas en la red
de tus medias negras, cual divina ambrosía.
noviembre 29, 2010
La Voz del Gato
sendas sin triunfo, sin ramos de flores,
escaparate cruel sin compradores
de estos mismos pies claros, sin descanso.
El siglo empezado viene cebado,
viene ajeno a dogmas, a pretensiones
valoradas en añejas pasiones;
viene carente, todo ensimismado.
Y sin cicuta yo dulce en la alacena
para mezclar los besos que no he dado,
para enlutar ya del todo el tejado;
¡Muerte mía, tan bella y obscena!
Mi mano si placeres ya, la diestra
es inmune al frío de la navaja,
se ha cansado de recoger migajas,
ha andado muda, triste, viva muestra
de esta Luna por la mitad partida
a vil fuerza de clamores de antaño,
que han de cimbrar los latidos de hogaño
y me dejan la piel enardecida.
Y sin red yo para atajar auroras
cristalinas gotas de audaz rocío
que me despierten de pronto del frío
!Qué soledad la mía tan cruel ahora!
Mis trazos se quedan cortos y tardos,
se empecinan en raídos pasados
disueltos en mares muertos, salados;
que arremeten contra mis ojos pardos,
que sin quererlo sin más envejecen
al compás de mi pecho calcinado,
sediento de manantiales bañados
de climas donde las brisas perecen.
¡Y yo sin sueños que alcancen la gloria,
los tonos dorados que me inculcaron,
que desde chico me dilapidaron
la alegría, la risa y la euforia!
noviembre 26, 2010
Fotografía
plagado de gusanos, carcomido,
sediento, ante la noche enardecido
vomitando pajarillos huraños.
Un columpio arcaico desvencijado,
un charco con colillas de cigarro,
sangre seca, una bota ahogada en barro
ya sin pie, y dos clavos oxidados.
Un abanico que flores mantuvo
entre sus hojas, sorteando los vientos,
un tronco que hace la función de asiento
y la vida que un día gris contuvo.
Decenas de botellas transparentes
ya vacías y por el sol quemadas,
alguna lágrima en piedra tallada,
también, dos pensamientos disidentes
amordazados de forma inclemente;
un talón con dardos envenenados,
el último deseo del condenado
y en el cielo un sol indiferente.
noviembre 21, 2010
Pensándolo Bien
por caminos y valles asustando a las palomas,
embriagándome de húmeda tierra y sus aromas,
dilapidando letras, amores desenterrados,
dejando la humareda tras de mis pasos gastados,
cantando canciones, mirando esa vida latente
que de pronto da y de pronto me deja carente
puedo decir que aún ando, sutil y embriagado
de lo mismo y por lo mismo, feliz y jodido
con los años que me pasan en vano, destilando
los vicios, las noches de Luna tan sólo mirando,
suspirando un clamor inhumano y desmedido.
noviembre 18, 2010
Aquí hay Lugar
para un grito, para una mano helada
empuñando la navaja, del hada
de corazón pérfido y tullido.
Aquí mi espalda erizada te espera,
aquí hay lugar ¡bebamos tristeza!
Y ya después, un tiro en la cabeza;
vayamos al cielo en loca carrera.
Aquí hay lugar para ser lo que se es
a media noche, a plena luz de día
sin reparo ante la bisutería
de la palabra ni su razón de ser.
Aquí hay lugar, calores de infierno,
silencios sepulcrales, mil badajos
sin campanas ahogándose de tajo,
palabras quemándose en frío invierno.
También hay caña y tal vez cebada,
malta, almíbares, empañadas copas
observando la caída de las ropas,
de las propias caras desencajadas.
Aquí hay lugar para el humo denso,
para deshacerse de pretensiones,
de antifaces, de capas y faldones.
Aquí hay lugar, ¡Y es tan inmenso!
que en este sitio dios ya no se para,
ni protesta; no se opone, no indaga.
Aquí hay lugar, purulentas llagas
nimbando los futuros que depara.
Aquí hay lugar, piedras totémicas
para olvidarnos que fuimos humanos,
para mutar las patas por las manos,
para tener una patria endémica.
noviembre 17, 2010
Carta a Ninguna Parte II
Puedo presumir, aunque dicha presunción no espete conmiseración ni aplauso alguno, hablar siempre con la verdad. Con esa verdad que siempre es mía por más terrible y vana que parezca, esa que ha de ser por el tiempo carcomida, picoteada por los cuervos una vez de haberle sacado los ojos. Esa verdad que una vez dicha, sin mayor reparo se evapora. Hoy no es la excepción de la regla.
Me siento bastante extraño. Miro la noche con sus estrellas brillando, siento el correr del viento, tan fresco y tan nítido alojándose en mis huesos, siento a leguas la mar apoderándose dentro de mi. ¿Y cómo se hace aquello de llorar? ¿Dónde se halla la compuerta que hace las veces de tope contra el agua salina? ¿Cómo se opera tan compleja maquinaria? No lo se, no miento. ¡Hace tanto que el llanto no barre las arrugas de mi rostro! ¡Hace tanto que no encuentro un regazo tibio y encantado que haga de su calor el lugar perfecto para desembocar mi cause! No miento cuando digo, no miento cuando siento, cuando me siento así, cuando el todo duele como si hubiera antes sido sometido a la piedra y al mortero.
Aquí la gente siempre pasa y rara vez se detiene. Todos corren, miran sus relojes y automáticamente apresuran sus pasos. Yo también lo hago y los pies siempre me duelen. Ya no hay tiempo para más; un saludo haciendo alarde de cortesía y en seguida un hasta luego. Son estos tiempos tiranos quizás el mayor mal del hombre. Quizás, por más que así lo requiera no tengo tiempo de llorar.
Ahora mismo veo la hora. ¡Cómo demonios avanza el minutero receloso de la luz y de su científicamente probada velocidad! Pero aquí estoy, con un café que no me impide dormir sutilmente endulzado con licor de anís; aquí, con esta luz artificial que ha cambiado las bombillas por los leds, escuchando una trompeta en un reproductor musical que ha cambiado los discos de vinil por el formato mp3. Todo ha cambiado. Menos yo. Me pregunto entonces ¿Qué demonios hago aquí?
Y en la misma pregunta noto la respuesta. ¡Eureka! Los demonios, sea el primero o el segundo, el siguiente o el último. ¿Cómo es que uno no puede en estos tiempos de tecnologías tan avanzadas, lograr engancharlos al closet de una forma civilizada y moderna, para seguido echarle llave y olvidarlos tras la puerta? Estúpida es la ciencia entonces, con sus androides y sus incontables métodos para potabilizar el agua, con su experimentación en busca de una vida ecológicamente sustentable. ¿Quién a caso sustenta al hombre? ¿Quién a caso se acuerda del orfebre de la palabra, del pintor de la verdad, del que sin remedio siente y siente cada vez más y así escribe como única salida mientras la vida se le va? ¿Qué rama de la medicina se ocuparía del poeta y su demencia, para proceder a hacer legal la droga que le mantenga lúcido y aceptablemente cuerdo sin necesidad de mostrar receta? ¿Por qué suena tan descabellado el hablar de un sindicato dedicado a cuidar del rapsoda de las relaciones y del despotismo que lo hacen presa de sus propias e innatas pasiones?
Mientras tanto se hace tarde y yo empiezo a escribir estas naderías más aprisa. Pienso en el trabajo que me espera mañana, en la resaca que se acrecienta con la luz del alba, en la necesidad de ir a dormir con la mente en blanco, en los años que pasan y pasan mientras de mis labios no se aleja el tabaco. ¡Qué demonios! No será la primera vez que llegué ocultando los ojos detrás de unas oscuras gafas, ni tampoco aunque me pese, la última. Apuro el trago y siento entonces cierta calma.
¡Ay, ésta mala cabeza mía a donde me lleva! ¡Éste corazón que se pudre con la noche y con sus sombras, con su silencio que no ha de hacer más que derroche de sincero patetismo, sin saber hacia que dirección moverse, sin saber si el vicio debe ser llamado antes de serlo cáncer! Sí, un cáncer que incluso ha de ser el más inhumano y terrible, el más abyecto, el más sutilmente encantador, el más letal y el más indigno de ser heredado.
Pobre de mi hijo, que aún no sabe el padre que le ha tocado tener, el alcohólico, el fumador, el que escribe y se maldice, el que con todos los poros siente, el que dice por las noches lo que no puede de día, el que no se atreve a vomitar su propio mal por ser, absurdamente su mayor cualidad. Pobre de él y de sus días que se le van entre aventuras y alegrías, si es que éste legado le llega en calidad de mortal.
Yo no puedo hacer más, eso lo he comprobado. He intentado inmiscuirme en la vida del hombre normal, he intentado dormirme a sus horas, hacerme un nudo ingles en la corbata y respetar ese ciclo tan monótono de sus días. Ese horario de oficina no me va, como tampoco lo de pasar los fines de semana visitando a la familia, aunque a uno cuando se marcha les saquen figuradamente los ojos. A mí me gusta trabajar cuando hay trabajo, los días feriados, los festivos, cuando todo el mundo descansa; a mí me importa un bledo hacer de la Luna llena una parranda aún siendo entre semana.
Pero me he alejado del punto central. Los rodeos como veréis, son la punta de la navaja que ha de presionar mi cuello para salir enmarañados a chocar contra el papel. Te decía pues, que tengo ganas de llorar, aunque ahora inexplicablemente, ya no las tenga.
noviembre 10, 2010
Olvidé
Olvidé un neceser camino al mar
que dos puñados de sal contenía,
el nácar de la Luna, su agonía
y el furor de una vida sin azar.
¡Ah, la humareda entraba a los pulmones
saliendo por las fauces tan agrestes
en espesas bocanadas, so peste
mientras el diablo cantaba canciones!
Y olvidé con él la tibia brisa
surcando mi mejilla tras tu beso
los espasmos, los huecos en los huesos,
y el reloj corriendo a toda prisa.
¡El alma pintada con negro tizne,
como nocturno y boreal arco iris
ensayando el precioso harakiri,
entre miles de ennegrecidos cisnes!
La olvidé también, la cálida hoguera
que encendida, atiza lacios clamores
del pecho, con tintes inquisidores,
quemando sangre, en la tierra sin guerra.
¡Cuantas banderas habrán abdicado
tras mirar su recio mástil en llamas,
tras el fuego consumiendo sus ramas,
sangrando, el frío metal calcinado!
Ya después me olvidé de mi recato,
de mis ojos, de mis lágrimas de sal
bajo mis pasos, de mi frío glacial,
me quité la piel y nació el gato.
Cada noche, gato, tu aquí, conmigo
saliendo en tinta negra, sobre la hoja
trayendo hasta mi necias paradojas,
¡Y yo aquí, sin olvidarte, contigo!
noviembre 07, 2010
A la Distancia
Reumática el alma, los intestinos
desembocando en el mismo camino,
con la misma mierda; alejada infancia
que ahora como perro su furia gruñe,
con la viva locura atada al cuello,
con su blanco y su negro, ¡Qué sello
el de sus ojos sin mayor acuse!
Y ladra a la Luna y al sol diurno,
a los muertos, a los vivos, a todos,
al demonio, al dios, a la huella en el lodo,
a la inercia ya después, taciturno.
Y corre ya el tren de las once treinta
a la distancia, a la misma, lo mira
lo huele, su aliento oxidado respira
y se le llena el hocico de ausencia
que no es blanca ni negra, tampoco azul
rompiendo en noche, ni plata de estrella
recatada de esa luz de doncella;
lejana la ausencia vestida de tul.
noviembre 05, 2010
Tengo Sueño
¿Ó, tengo sueños?
¿Ó, te tengo a ti, en mis sueños?
¿Ó, lo que tengo son ensueños de tus sueños?
¡Qué va!
Si sólo tengo sueño.
¿Ó, tengo un solitario sueño?
¿Ó, sólo, sin tener nada, en soledad sueño?
¿Ó, solitariamente te sueño en tus ensueños?
!Como quiera que sea!
Tengo sueño.
noviembre 03, 2010
Sincera Carta Lacónica II
Sincera Carta Lacónica I
Noviembre 02
ni huele a copal el ambiente, trágico
como las letras que me dan trabajo
de vida y de Muerte, caos mágico
entre flores moradas, amarillas
recién cortadas, benditas, extintas
como las almas al ver la bombilla
encendida, un tintero ya sin tinta,
un muerto sin querer resucitado
que viene con sed de los pasos dados,
con hambre de sentirse recordado,
tal como fue, con el pecho abultado.
Pero no veo nada de eso en la mesa,
las velas de a poco se han apagado
sin traer consigo ninguna sorpresa
sin panteones ni ceniza, olvidado.
noviembre 01, 2010
Hoy (Fragmento #5)
pero ya es demasiado tarde,
las sombras silentes me envuelven,
la métrica no me acompaña
y las rimas no me obedecen.
El trago en la mano no da razón
de vida, ni a caso de Muerte.
El vicio no se me vuelve virtud
y las letras se vuelven al hormigón...
octubre 31, 2010
Sin mas Explicaciones
octubre 28, 2010
¿Y al Final Qué?
a veces, que sea real al cabo dudo.
Ahí, cuando radiante el filo, agudo
y brillante de la navaja, ¡Cría
de vendavales y fríos demonios!
arremete contra el propio sentido,
lo adormece, para vernos perdidos
para probar el sabor del amonio.
¿Y al final qué, si estamos tan sólos
sin importar a quién le pertenezca?
llegó la soledad, sin que amanezca
sin risas, ni rastro alguno de dolo
y se ha posado a nuestro lado, altiva,
una vez los niños dormidos, ellos
que son lo que otrora fuimos, deriva
de tempestades, pero todos bellos.
Duermen en silencio, ángeles perfectos
mientras, nuestros ojos en par abiertos
tratando de hallar en el techo espectros,
que nos regresen a anteriores puertos.
¿Y al final qué, si sólos estamos
entre las sombras y entre las luces,
bebiendo un trago, fumando tabaco
y después a la cama, a caer de bruces?
No es tuya, tampoco, ¡Cosa de locos!
el trasnochar metido en peroratas,
compartir la cruel soledad de a poco
que en la mirada siempre se delata.
octubre 27, 2010
Me Basta
y la respiración entrecortada,
esa bella imagen me sobra
ahí, sublime, estancada
sin darme nada.
Me basta.
octubre 21, 2010
Apología de la Locura (Auto-Relato #6)
¡Maldita sea! ¿Hora de qué? Sus labios ya se han cerrado aunque los sigo mirando a través del marco de la hoja de papel, que como extraña maldición nunca la pluma ha de tocar y parece ser, que es lo único que al pasar de los años, se conserva blanco. Los ojos cierro en afán de alejarme precipitadamente del ensueño, sin a caso por un segundo conseguirlo. ¡Lo juro, Mujer, que es la Luna y sus encantos, sus magníficos atributos que no necesitan de piernas ni ese punto sublime donde se cierran! ¡Es su lasciva invitación al más profundo beso sin llegar a rozar jamás sus labios! Y empuño con el alma el arma que muy a mi pesar, me han dado las propias noches que me congelan aún en pleno verano; la empuño y tiembla por que al igual que yo es cobarde y escupe su tinta que nunca será letal ni indeleble.
"Ya es hora, Gato, ya es hora". Y prosigue: "Ya es hora de dejar de soñar..."
octubre 18, 2010
Carta a Ninguna Parte
Bien sabes, también que soy un tipo extraño que no habla mucho cuando más requiere hacerlo, que la incertidumbre me da la satisfacción de no saber que hacer, que improviso mi vida, mis decisiones, y que también, si es que sigo los mismos patrones, improvisaré algún día el final de la misma. No te preocupes, no será pronto, aún me faltan algunas cosas por hacer, están bien resguardadas en el baúl de los pendientes. Pero me he alejado y entonces regreso. Te decía que no soy aquel que por pequeños lapsos tiene que lidiar con su "álter ego" (todos lo tenemos, por alguna razón, aunque en muchos casos no haya sido descubierto), yo soy con quien mi otro yo, por más estúpido que parezca, ha de lidiar todo el tiempo, por que en la balanza presenta mayor peso. Pero no creas que con ello, con esta carta plagada de incongruentes y empíricos argumentos, pretendo siquiera hacerme el interesante; intelectualmente bien podría equipararme con cualquier clase de tubérculo que jamás ha sido cosechado, estoy en un húmedo hoyo con la tierra cayendo hasta mis hombros como un sombrío vegetal, que sin embargo dice lo poco que sabe por que así lo siente, no por que en realidad lo comprende.
octubre 17, 2010
Siendo Sincero
un pañuelo que sea de terso algodón,
para que me arranque un llanto fortuito
una vez estancado en el paredón;
un alfiler que no duela al penetrar
la fibra que sangra cuando mundana;
un destello boreal en lontananza
en mi negra ventana queriendo entrar,
a las jambas aferrándose, al dintel,
camuflándose en las hojas del cristal
con el firme deseo de hacerlas ceder
y así, fundirse en un verso amoral.
Siendo sincero: necesito ocultar
mi cabeza bajo la húmeda tierra,
quitarme el rostro, buscar esa guerra
pendiente y resurgir de entre la mar
y su blanquísima espuma impoluta,
mi mejilla rozando, resbalando
y jugueteando entre humeantes volutas
de tabaco, en mi pecho ronroneando;
redescubrir de un golpe esa brisa
que cuando joven, a uno le acaricia
sin pretensiones ni a caso malicia,
sin temor a la calma ni a la prisa.
Siendo sincero: me encuentro jodido
desde el corazón hasta los bolsillos,
desde mi diestro trazo entumecido
hasta mi Luna sin magia ni brillo,
con el alma martajada, sin brío
con miles de flechas en los talones
punzando, doliendo en vil calosfrío,
quemando muy dentro sus aguijones;
con la camisa de fuera, arrugada
sucia por los días y desgarbada,
con el aroma del que todo pierde
impregnado, a eso precisamente huele.
Siendo sincero: estoy ya casi muerto,
esperando de pie la sutil maldad
de esa ebriedad que me lleva al acierto,
al campo funesto llamado verdad
donde las aves los aires no vuelan,
donde las Musas siempre se revuelcan
con el mejor y disponible postor,
sin importar que sea un completo impostor
sujeto a maneras "civilizadas",
a esa enajenación vuelta locura,
de palabras vagas entrelazadas,
que al final del día, serán basura...
octubre 14, 2010
25
con sus mismas noches, he de suponer
mientras yo, a mitad de esta travesía;
quizás menos, quizás más, no he de saber.
El punto es que tan rápido se me va,
se me ha ido entre las manos, ese tiempo
ante súplicas tirano, tan voraz;
barricas añejando sentimientos
y uno aquí el néctar esperando,
con la lengua escaldada y de fuera
con el paso de los años, jadeando,
sintiendo bajo el rostro su carrera
y la dulzura del licor no llega,
no, no del todo, solo a cuentagotas
nimbando al paladar que se relega,
ante la sangre y la boca rota.
¿Qué debo festejar, Mujer? ¿La vida,
lo vivido, este año que ya he perdido,
estas letras por demás abatidas,
la muerte que de a poco me ha bebido?
¡No! Me tumbaré todo el día en cama
sin pretensión alguna de retozar,
a navaja quitaré las escamas
para un nuevo sueño a mi edad encontrar...
octubre 12, 2010
Cavilaciones (Parte III)
por darle al alma un poco de libertad,
aletargar la razón, enmudecer,
abrirle el paso de tajo a la verdad.
El corazón sabe lo desconocido,
lo intuye, desde lejos reconoce
la huella no dada, ese pie empedernido
que gusta del infierno, de su roce.
Bebo pues, escribo y vuelvo a beber
y siento entrar la fría marejada,
la espuma trae tardío el amanecer
entre letras y perlas nacaradas.
No es mi deber, y sin embargo lo hago
desde aquí, desde el mismo aciago lugar;
el mismo vaso, con el mismo trago,
con el vicio mareado de tanto andar.
octubre 06, 2010
Esta Noche
acumula el crujir de las paredes,
de los muebles, de fotos olvidadas,
de alguna araña tejiendo sus redes.
Esta noche, su adelantado frío,
la carencia de pélvica actividad,
esas dolencias impropias de mi edad,
ese vil vacío, ¡Siempre tan mío!
Como la más divina noche oscura,
como las tórridas brasas quemando
esa flor del tabaco, aniquilando
cualquier forma astral, la buena cordura,
los deseos de esa cálida humedad,
las aves nocturnas volando juntas
abarcando con sus alas en punta,
esa utopìa llamada libertad.
Esta noche por demonios labrada
me invita una bebida anisada,
a mirar el dolor por la ventana
entre el silencio convertido en nada.
Esta noche, con su vicio despierto,
no hace más, que sin razón elucubrar
la más cruel necesidad del sediento,
de un oasis en plena crisis encontrar.
octubre 05, 2010
A una Mujer Extraña
el ritmo de tus pechos, tu cadera
tu sentimiento cuando arremolina
la soledad, mientras tu a la espera
sin conocer, has de pisar las ruinas
y sus astillas quebraran la esfera
del viento amordazado entre tu carne,
romperán en suspiros tus anhelos
mientras el frío te mata los huesos
y ya después en manantial la sangre.
octubre 02, 2010
Soy Feliz
aplastado por vuestra zurda bota
y que no sufre ni al expirar hiede,
solo aroma que junto al viento trota
y que después se detiene a contemplar
algún prado verde, sus flores del mal,
su Muerte enraizada, queriendo volar
ante el ánima de cualquier animal.
Efímera es la vida, felizmente
evocada a los tiempos que sonríen
ahí, solitarios perennemente
resguardados mientras la piel se fríe,
chamuscada por relojes insanos
que a todo el mundo rigen, lacerando
las horas, los pensamientos malsanos,
los pesares en el alma acuñando.
Soy feliz, sin saber que así transcribo
buscando en el pecho ese dolo alegre
(dependiente razón por la que escribo),
esa simiente, ese placer agreste.
septiembre 28, 2010
Lo Que Duele
el rugir a lo lejos de los coches,
la maldición de saberse perdido
en medio de la calma de la noche.
Ya te partirás en dos la cabeza
y sin más te romperás una pierna,
te embargará sin razón la tristeza
una vez salida de su caverna.
La piel se curtirá, llena de cortes
un ojo se te tornará morado,
el dedo perderás en tus recortes
y las tijeras te dirán: "cuidado".
Lo que duele es estar aquí sentado
a oscuras, mientras todo el mundo duerme
con la conciencia de aquello que duele,
cuando noto en tu mirar que has llorado.
septiembre 27, 2010
Cavilaciones (Parte II)
¿Es así como habrá esta, la vida de funcionar?
darle al clavo sin ninguna artera especulación
es una forma atroz de regar las flores del mal
o una forma demencial de notable disfunción
del ser que no logra ser; a caso obtuso animal.
Animal longevo el que siempre nos lleva a cuestas
que se convierte en demonio dador de las letras,
un dios sin canonizar; a vuestra ala recuesta
su liquido vil, echado a través de la uretra
vigía de la noche, sin temor a la apuesta
de dormir sin tranca, con la puerta bien abierta.
Yo no he de pretender nada, de ahí mi problema
con el tabaco, con la pluma, con la bebida
que muy a menudo me provoca, horrible edema,
escozor en el cuerpo, la mirada abstraída,
el corazón anhelando, una ardiente anatema
sumida entre vicio y virtud, eterna apología.
Bien sé que debo un poco, al cabo, siquiera dormir
entretejer mis sueños y dedicarme a existir,
quitarme de complejos y aún de pie resistir
el embate bravio de las olas aperladas
que abastecen mi sed sombría, nula morada
entre lo incesante, entre la frialdad del devenir.
septiembre 23, 2010
Apología de la Locura (Relato #5)
septiembre 21, 2010
Sucede que me encuentro
terriblemente triste, viejo
de las ganas al debatirse
entre auroras, entre reflejos
de luz de día prodigados
de vientos secos, lacerados
por el tiempo. Granos de arena,
dorada, ardiente y serena.
¡Viejo yo, con mi escasa verdad
trasnochando tras de la puerta
como queriendo de lleno entrar
con su cuerpo frío, ya Muerta!
Muerta de vejez, contenida
en sus invernales harapos,
con su cara descolorida
con sus formas óseas de trapo.
¡Triste yo, con las manos claras
y franco el corazón menguando,
entre la Luna que depara
una brasa tibia apagando
ese dulce candor del fuego,
del de otrora, entre la estrella
que no necesita de ruegos,
por saberse del todo bella.
Sucede que me encuentro triste,
terriblemente triste, viejo
con esta juventud, terrible
necesidad de un catalejo
descubriendo mejores tierras,
sin demonios acechándolas,
sin esa calma de posguerra,
sin el vicio poseyéndolas.
Comprendo
Busco las maneras más propias, las más decentes, el ángulo más sofisticado para encontrar el resquicio adecuado en el escote más cerrado, un par de tacones que a su paso me recuerden el tiempo y su cualidad de todo corromper, y sin embargo no le encuentro lógica alguna al reloj ni a sus números arábigos. Todo, lo se, es cultura y también se que cada herida en el alma requiere sutura. No es como pensar en la sangre que una vez del cuerpo salida se extingue, no es como la cuna del niño que nunca un sueño reprime. Es la vida tan manchada de Muerte que a su vez suele ser cristalina, como el amor cuando uno no sabe de él ni tiene siquiera, una idea preconcebida. ¡No! Nada de esto a la luz de la bombilla suele ser verdad, mi sonrisa aunque efímera, mitiga el hambre mejor que el pan, una idea decadentista plasmada sobre la delgada lámina que algún día un árbol fue, me provoca esa chispa divina que a menudo se sujeta con todas sus fuerzas a la nada. La soledad siempre me acompaña, bebe conmigo y evita que me sienta sólo, la sobriedad la reservo para los días en que necesito de mundana grandeza, de movimientos ágiles y de todo mi decoro. Por eso busco entre espesos pastizales llenos de olvido, en medio de la citadina metralla y su estallido...por que así, muy a mi pesar, me siento vivo.
Comprendo también, que la virtud en su ausencia no hace más, que dejarme ser...
septiembre 19, 2010
Escribamos, pues
y sin embargo nos aferramos,
la poesía no da de comer
y ¡Oh, animales, Hermanos,
aquí sujetos estamos!
¡Aquí, con las rimas versadas,
con las palpitantes prosas!
Nuestras, sí, al cabo,
¿Y después qué?
¿Qué se hace con ellas?
¿Esconderlas bajo el rabo,
hornearlas en un pastel,
arrojarlas a las estrellas...?
¡Escribamos, pues,
y hagamos temporal
nuestra inmortalidad,
las facturas vendrán después
que ya comeremos carne,
beberemos el mejor de los vinos
y quemaremos tabaco también!
¡Escribamos pues,
empuñemos el corazón
ahora que podemos,
ahora que tanta falta
nos hace la razón,
quitémosle al alma el albornoz,
y que nuestros hijos
se alimenten de gusanos,
de esos sueños podridos
que ahora flotan desfallecidos
entre el mar intempestivo,
dentro, frío, inveterado.
Pero escribamos,
escribamos pues,
ya sin llevar la métrica con los pies.
¡Seamos valientes, Hermanos
para que vivamos después...!
septiembre 15, 2010
De Lejos
parpadeando su esencia, ya en los negros cielos
clandestinos glaciares sin agua, desierto
incubando frutos secos; fulgor toda ella
ya en los dorados avernos de miel de caña,
la sublime germinación endemoniada,
insensata, vil conspiración autoempleda,
y sentir el filo incivil de la guadaña.
De lejos, alcanzo a divisar el estertor
de una mano cansada de propia lascivia
en busca de un final, de un desenlace mejor,
una caricia ajena que resulte tibia
ante los gélidos vientos de la sinrazón
y la locura, un contacto desencajado
sin temores, ni a condiciones sujetado
por las doctrinas inculcadas del desamor.
De lejos, alcanzo a respirar un aroma
de tono etéreo, empapado de agua y sal
con cierta mortificación, cierto carcoma
una incitación carnal, vivo deseo animal
cautivo, impetuoso, alejado su morada,
ánima corrupta que trae a mi nariz el mal.
De lejos, al cabo después ya ni te miro,
tomo mis esquivas letras, y me retiro.
Esta Manía
septiembre 12, 2010
He Perdido
como la Luna que asoma su nariz al finalizar el día,
como la línea recta con que debo, al cabo caminar
para no hacer tan evidente, mi muy carente ebriedad.
Salgo al mundo, respiro y pienso, y sin quererlo vivo
por que así me han enseñado, por que así escribo
con un extraño sentimiento reunido siempre a oscuras
de golpe, envilecido y con una encanallada soltura.
¡Ay, Mujer! Si te dijera que hoy requiero la mentira
transfusionada de tu boca, de tus labios, de tu alma
en su forma más carnal, que aunque no siempre revira
a conocidos puertos, al menos traen a mi la calma.
He perdido esa chispa de estallar sin razón en carcajada,
la vida pueril se me fue, se ha visto sin remedio emancipada
sin conocer el rencor ni la traición, sin conocer la desgana,
la desazón ni el desamor, sin miedo al naufragio en la nada.
Los cohetes a mitad del cielo estallando, esta noche
en el barrio circundante, no me dan razón de derroche,
por más que lo intente, la elucubración ha sido el molde
que mi figura ha conformado ¡Mi vaga figura deforme!
¡Ay, Mujer! Si te dijera que me falta ingenuidad para tomar el placebo
con un sorbo de Ron, y me sobra ese terrible lugar bien llamado Erebo,
que me carcome las manos esa ansiedad acompañada del mar
que no puede nunca salir de su cauce hallado en el lagrimal.
He perdido el encanto en la mirada otrora extasiada,
por buscar respuestas trivialmente encuadradas
en el perfil de la locura, sumando toda esa vana fe
que aún tengo, aquella de sentir más allá de la piel
sin reservas, sin comodato de pasadas alegrías
para encontrar mi ser y sin querer, renacer
en un torbellino claro sin necesidad de apologías,
donde pueda quitarme del cuerpo, todo alfiler.
¡Ay, Mujer! Si te dijera que mi mejor regalo,
inevitablemente a ti, sin más te lo he dado,
mis versos (únicos) libres recien encontrados,
en su candor, sin mieles ya, aún regocijados.
septiembre 07, 2010
Círculos Viciosos
vanidad vuelta deseo, desmantelada veracidad
humores, sudores, miel que del todo se esparce
y a su paso todo corroe, innata voracidad
la del clima propenso que llega del Hades;
acurrucado el sentimiento, fatal fatalidad.
Quetzalcóatl huyendo a toda prisa no escapa
por las escalinatas de piedras labradas,
no baja ni sube, tan solo en ellas escampa,
regresa taciturno con la cola entre las patas
y busca el fuego traidor que siempre amenaza
con derretir su fulgor, con acabar con su estampa.
Ese fuego huraño que a pocos su calor convida,
situado en la punta de alguna oscura ladera
enmohecida y desierta, una acalorada lascivia,
barro cubriendo el cuerpo formado en calderas,
fuego que vive y revive y entibia la vida.
Extraña forma, fugaces deseos, el sabor del Ron
fusionándose en la boca, autoempleada abogacía,
palabras vertidas y ya después la propia abdicación,
volver al origen, en él convertirse, la misantropía
llamando la puerta, sin temor alguno a la lapidación;
la vida, sin rayo de sol, y la noche, entintada elegía.
Yo me caliento con esa brasa carente de cielo,
busco el ritmo contiguo que no borre del agua mi reflejo,
las manos que me lleven directamente al deseo
de caer embriagado, de bruces encontrando el pavimento
y levantarme tambaleando del viejo y conocido suelo,
mirar en lontananza y reconocerme detras del espejo.
septiembre 03, 2010
Monólogo II
¿Es a mí, irremediablemente a quien ve,
con mi tristeza y mi cuerpo enjuto
ó al espejo marrón de mis ojos a través
de los suyos, terrible y absoluto,
como laguna donde apoyar sus pies?
No es que yo crea lo que quiero creer,
ni lo que quiero creer que usted quiera;
yo solo busco al despertar amanecer
sin estertores, abrir mis alas allá afuera
con la esperanza de poder renacer,
una vez salido al alba de la trinchera.
No me queda más que volver a preguntar:
¿Seremos a caso, una especie de antípodas
sobrepuestos, después del mapa doblar,
o al cabo una triste y desgarbada epístola
arrojada en una botella al temerario mar?
Cuestión de locura, falaz e inequívoca.
Pero, ¡Vaya! Mejor no me responda nada,
que no pretendo yo ser dueño de falsa verdad,
ni que se sienta Usted, por mí acorralada,
¡No, Mujer, no! Si todo esto es ambigüedad,
que lucha por no caer en la hondonada
del cruel silencio, al ser su única realidad.
septiembre 01, 2010
Fragmento Autobiográfico #6
con el corazón arrítmico, antes de que pare
y con ello ponga a esto el punto final.
Estas letras anárquicas sin sueños de Gloria
se me pasean en la cabeza, ríen y aplauden
logrando de lo efímero, una vaga euforia.
Yo soy un títere movido noctúrnamente por hilos
entre los dedos de un dios ajeno y desconocido,
temeroso del vendaval que me mantiene en vilo.
Artilugio de la oscuridad, para poder plasmar
decenas de lágrimas que se han visto cristalizadas
sin poder estallar, sin poder regresar al manantial.
Poetastro encasillado a la terrible fatalidad
de lo que a diario se respira y hace daño,
a todo aquello que florece en la calamidad.
Soy ese, a quien incluso antes de siquiera nacer
se le condenó con dogmas arbitrarios, infundados
patrones que ahora entre vicios cotidianos
le impiden a toda costa, dormir y perecer.
El de reflejos felinos, y caligrafía casi perfecta
que al final no le ha de servir para nada,
el que escucha el suave crujir de la hojarasca
bajos su pies, sin que sea necedad predilecta.
Merodeador de Lunas en su fase más incivil,
irremediablemente adicto que precede al amor,
quizás para un instante sin complejos vivir,
quizás para sentir lo que produce el desamor.
Soy el loco que trasnocha sin precaución de lo blanco
de los cuartos, ni de sus muros acojinados,
qué a pesar de su farsa siempre ha sido franco
aún con sus pensamientos cabizbajos.
Ese de ayer, el de hoy, el de siempre,
aquel rapaz de la mirada perdida,
retrato del mar en trazo incongruente.
agosto 30, 2010
Insomne II
pensando que el sueño
más reparador, es
el que se tiene despierto,
con los ojos bien abiertos
y los latidos inquietos.
¿Qué me dirías tú,
si al dormitar te contemplo
como radiante dejavú
navegando en mi cabeza,
toda tú, en entereza
robándole arena al tiempo?
Y yo que ni despierto
por no descubrirme infecto
entre recuerdos almidonados,
rugosos y malgastados
sin rastro alguno de intelecto;
presente continuo imperfecto.
¿Qué gesto encontraría en tu rostro
si al cabo, después de un tórrido encuentro
mi pesar y mis demonios te muestro,
como tales, sin mayores cuentos
amordazados por la narrativa
y con un beso como tentativa?
Y yo que ni me muero
de las ganas en pleno aguacero,
salpicado de una tristeza
que hace sima en la certeza
de un panorama altanero,
y sin lumbre en el brasero.
¿Qué candores recibidos
prodigaría tu divino regazo,
sin temores ni alaridos
si nunca, dejando bagazo
de su goce empedernido
prodiga en mí su terrenal abrazo?
agosto 28, 2010
Y Nada Más
en la noche más negra, desgarrada
de piel y huesos, siempre desdentada,
muerta, célibe y desencantada?
Un trago, dos, las entrañas calientan
y tus ojos pardos se me presentan,
imagen desterrada, ¡vil utopía
del ciego sobre el mástil, so vigía!
Pirata con ambos pies, sin leyenda
que contar sobre él, sin la menor senda
de gloria ni cruz en su viejo mapa,
pendiente de su brillo que se escapa .
¿Cuántas Lunas mudas ya han quedado,
sin tonada en su lóbrego trayecto
taciturno, tirano y abyecto,
dejando al escucha desamparado?
Bailando las sombras sin ritmo, compás
de mil demonios, acalorado vals
de pies corruptos y manipulados,
bailoteando sin gracia, condenados.
El viejo un, dos, tres, sin calmo chasquido
de un par de dedos rancios, retorcidos
por el tiempo en mediocre letanía;
las manos en terrible afonía.
¿Cuántas Lunas marchitaron sin fruto,
sin almíbares ni polen en sus flores;
tierra infértil, pétalos impolutos?
Muerte verde, tus labios arreboles.
Rojos que mueren en rosa, la vida
lléndose a través de ellos, salvaje,
terrestre, inhumana; Muerte vivida
aún con sus raíces, sin anclaje.
Carmín en tu boca, como la sangre
que te recorre y exhorta, sin más
a mirar mis letras, después mi carne,
todo eso y nada más... y nada más.
agosto 22, 2010
Te vas
de pronto, sin complicaciones
sin mayores contemplaciones
y yo no dejo de divagar.
No te lleves tu sonrisa
ni tus ojos de ensueño,
déjame una nimia caricia
y al despertar tu beso.