enero 29, 2015

Más que loco

Más que loco
estoy enfermo
del alma,
de alcoholismo,
del corazón,
del cancer
de la tinta negra,
de la aurora
o que se yo.

También
un poco de ti
y del recuerdo
en sepia
que se tornó gris.

Estoy enfermo
y febrilmente moribundo
cazando ratones
llegada el alba
para roerme el alma
infestada de ti.

Estoy enfermo y palidezco
en torno a un vaso
y al cigarrillo del amor eterno,
estoy enfermo y los andares
carcomidos de un racimo de estrellas
sin embargo se empeñan
en preguntarme cada noche por ti.

Dos o tres avecillas

No creas que no me apuran
aquellas dos o tres avecillas
revoloteanado mis andares
pretendiendo ser mi levante
entre tantas noches amarillas.

Nada saben de mí ni del vuelo
que emprendo trago en mano
a la espera de aquel séptimo cielo
que pretendo excedido de vicios
y sin embargo vuelan a mi lado.

Hay cucarachas queriendo beber
del candor de mi vaso ennegrecido
a fuerza un poema que tierno sangra
su letra a costa de jamás perecer.

enero 28, 2015

Diagnóstico

Hace más de diez años
un médico fumador me diagnosticó
un problena cardiaco
del que ahora ni siquiera el nombre recuerdo.

Nunca hice caso
y ahora mismo pregunto
si esta omisión equivaldrá
a una forma civil de suicidio.

Arde

Una brasa estalla en llanto
recién ruborizada la tarde,
atrapada entre la cristalinidad
de los tiempos, empaña los reflejos
del soles atrapados por levantes.

Arde tan devastada la sal
devuelta ante la ausencia
contenida por la carne
transmutada en el espejo.

Déjame contarte

Déjame de una vez contarte
que la mendicidad de ésta poesía
tan burda siempre y tan mía,
no precisa intelectos sobrenaturales
sino empatía y latidos colosales
buscando un poco de calor
entre mis constantes vicios
y la llama azul de mi pasión.

Debo ser más simple, lo sé;
regresar a los latidos ciertos y sencillos
con los que escribí mis primeos poemas,
mis primeros cuentos del arrabal
siendo ya un adulto cuando niño,
y hablar de la esperanza de un dios,
como aquel que hallé entre tus brazos
una noche metido en un barril sin sol.

Yo no preciso nada cuando los vientos
soplan fúricos refutando mi forma de amar,
pero es lo que tengo y entonces me entretengo
buscando tus pechos en el fondo del mar,
en esta mediocridad de los tiempos
y en el vaivén en el que siempre devengo.

Quizás todo lo anterior esté por demás decir
cuando los cuervos se me vienen encima
graznando su terror acantilado en mi tinta
que expira cuando estoy contigo y sin ti,
bebiendo mis tragos y afilando las navajas
en este crudo enero a solas y sin rebajas.

Sabes, hubo una vez que me creí
estupidamente y por completo,
todo aquello que la gente decía de mí,
lo bueno, lo malo, lo peor, lo incierto
y aquello que las chicas murmuraban
en torno a lo que percibían en mis ojos.

Pero he cambiado, como lo han hecho
por tanto tiempo los animales para adaptarse
a los cambios de humor repentinos del viento,
y en el rostro que me quito noche a noche
no quedan más que fragmentos de aquel que fui
tratando de ser más yo y mucho menos
la figura gris vulnerable siempre a la crítica,
de las masas que dicen saber quien soy
y no un soñador con preferencias míticas.

Pero hoy me haces falta tú
y t u figura abrazando mis mañanas
a medio día con furiosa resaca,
me hace falta tu risa y las estrellas
que guardo entristecidas en un cajón
y el camino que de tu mano sin más reía
sin importar la carencia de luna o de sol.

enero 27, 2015

Dime, amor

Dime, amor
si en la belleza
han de caber el olvido,
la sangre acumulada,
el blanco siempre a solas
y el pesar de tanta ausencia.

Mientras respondes
muero un poco
y entre tanto te beso.

Caótica tersura

Es increíble la quietud endemoniada
a estas horas, los silencios tersos bajando
desde la luna nacarada hasta los lares
en los que la gente pesadamente duerme
mientras las putas del bar de la muerte,
reciclan cigarrillos a la espera de amores
temporales clavados entre sus piernas.

Y dentro hay un tic tac tic tac
tan agudo y punzante como las piedras
asesinas de míticos gigantes encapsulando
al reloj de la pequeña y triste mesa
que a menudo sostiene mi vaso.

Es increíble la inquietud enmarañada
de latidos, que provoca en mí tanta calma
acontecida en los cajones de una noche
en la que pasa tanto y sin embargo
no pasa nada, sino una realidad gris
y autoritaria enferma de caos y temblores
en los que un trago de tu boca me falta.

Versos en Re Mayor

Noy hay nada peor
que sentarse frente al viejo cuaderno
metido en una noche agradable
y no poder más
que encontrarse totalmente seco.

Juliette me mira desde el rincón
con su piel morena
y la boca callada y abierta,
pero esta noche no estoy
dispuesto para ella,
pero me incita a la sonrisa
y se acurruca sobre mis piernas.

enero 26, 2015

Extrañándote

Extráñame en silencio
sin hacer olas
sin afiladas dagas
sin rencores
sin agravios
sin maleza en las aceras
sin ecos de blancas caracolas.

Mientras tanto
yo te extrañaré
con todo el pecho
con la pobreza de mi letra
con mis canciones
con mi guitarra
con mi verso enamorado
y siempre a secas.

¿Cómo te salvo, corazón?

Aquella idea que se tiene del amante,
no es más que un asunto cruel y torcido
por que deriva del preconstruído colectivo
de a quemarropa y sin temor follar;
los amantes sólo se ocupan de amar,
de amarse febril e indiscriminadamente
teniendo el pecho cual irremediable prefijo.

¿Cómo te salvo de las masas corazón,
si socialmente estás errado y perdido?

Sueño contigo

Sueño con dios
y en mis sueños
dios es un tipo que bebe
néctares de caña y de malta
mientras contempla una flor.

Sueño con crímenes perfectos
y con pecados carnales
en los que nunca importa la carne
sino el palpitar desde dentro,
el vaivén enamorado de los mares
y las olas grismente clandestinas
pidiendo que la brisa sutil estalle.

Sueño con sueños valseados
a mitad de una habitación barroca,
con violines y chelos afilados
embriagados y felices como niños,
con imágenes falsas de santos
dispuestos por sobre las rocas
que germinan sobre lo perdido.

Sueño con soles y mansos relojes
dando campanadas por la tarde,
con la banca más feliz del parque
donde abracé un futuro cobarde
entre besos azucarados cual terrones
y los maullares de un gato empedernido.

También sueño contigo.

Hay quien nació como yo

Hay gente que nace para bien,
para emular míticas grandezas,
para ser por siempre recordada
entre medianas y torpes cabezas,
para mover montañas lejanas,
para esclarecer la sombra de la nada
o para dignamente perecer después de ser.

Pero hay quien nació como yo,
para triste escribir y para a solas beber.

Ya es lunes

Domingo a media noche y yo
cenando mendrugos del pasado
y demonios en un tazón de leche.

Estoy desnudo y tengo frío,
como también lo tienen los esqueletos
que castañean los dientes,
mientras beben gustosos conmigo
el último trago de aquella botella
carente de genio y de luces multicolores.

Pero ya es lunes y el albor inminente
me apaga poco a poco las estrellas.

enero 25, 2015

Al cabo de mis años

Al cabo de mis años transitados
por ambarinos páramos
cubiertos de sal y tanto vicio,
vuelvo la vista atrás,
hacia el ayer
y hacia los montes
en donde cada amanecer
renacía entre colores verdes.

Hoy
las palomas del parque gruñen
y las sombras los pasos me muerden,
cuando entre tumbos camino
queriendo no querer quererte
a través del recuerdo estancado
en la necedad de seguir a pie firme
sin posibilidad de mejor suerte.

Es cierto
que algunas chicas se disfrazan
de musas y me vienen besar
media boca queriendo verse plasmadas
en el verso que brindo terriblemente,
a costa de desnudar ante mí
sus caderas con la torpe ilusión
de que mi letra las hará por un instante,
más bellas y más seductoramente radiantes.

Pero ellas no intuyen siquiera
un poco mis propias y terribles carencias
cuando a media noche
y frente a un espeso trago,
me resuelvo a escribir
intentando por casualidad 
hallar una mota de certeza
y no la vanalidad
que concurre en la idea
colectivamente cruel
que define aquello llamado belleza.

Sin embargo
y estando ya sobrado de tragos
y silencios que entre ambos ocurren,
busco abrazar la belleza
en las intermitencias de las chicas
que pretenden brindarme la hoz afilada
que redunda en sus ilusionadas caderas.

Yo sólo soy un perdedor
que a menudo miente
con su verdad
y un eterno recolector
de las sales del mar
que sin querer te quieren.

A pesar de estar jodido

Sirvo dos tragos sobre la mesa
y me siento a contemplar una rosa
aún en botón, acontecida en el mar
del desencanto tierno y ensimismado
ante la posibilidad del futuro en flor.

Bebo ambos tragos despacio,
como aquel que bebe sin ganas
de beber y me desprendo del diablo
de la sobriedad a flor de piel.

Y entonces una voz me dice al oído:
"te morirás tarde o temprano de poeta"
cuando sonrío a pesar de estar jodido.

enero 24, 2015

Las paredes oyen

Las paredes oyen y también graznan
penosamente si es que escuchan al poeta
hablar de suerte y de aquel desamparo
inversamente proporcional
a los dados que arroja el proxeneta.

Pero ya estoy demasiado boracho
a estas horas y mañana trabajo,
debo encapsularme en mi probeta.

A doña Irene

Doña Irene tenía enfisema pulmonar,
mentía cuando decía que no fumaba
y escondía los cigarrillos bajo la almohada.

Sin embargo y extrañamente
ella no quería morir y lo demostraba
sonriendo ante la vida,
como aquella vez que le llevé al crío
teniendo apenas unos cuantos meses
y en su lecho sus ojos volviéronse río
estancado en su felicidad en cinta.

Yo que la extraño tanto
espero hallarla entre las nubes
que revisten la felicidad y el encanto.

enero 23, 2015

Un cuervo de plumaje sumamente oscuro

A menudo me pregunto
si toda esta palabrería
que escribo a media luz
servirá de algo, para alguien,
para la locura o para hallar la cura
de otros tantos que cargan su propia cruz.

No me importa del todo
sin tratar de ser presuntuoso
ni de llenarme la boca de certeza,
es simplemente que hay un cuervo
de plumaje sumamente oscuro y eléctrico
revoloteando mi poesía y mi cabeza.

Y yo te admiro

Nunca te lo he dicho antes
pero a tus ocho eres la persona
que más admiro en el mundo,
por encima de mis poetas y mis sabios,
de toda esa horda cruel de libros leídos,
por encima de aquel borracho vagabundo
que me enseñó a jamás ser poseído
por la manía de querer a lo idiota vivir.

Y yo te admiro, como a nadie
por que sabes inevitablenente sonreír.

                                                                             Para Axel.

Aún tengo una flor

Aún conservo una flor
que sonríe cuando nota
que las demás mueren
y flotan, disueltas en alcohol.

Yo la prodigo de cuidados,
le hablo quedito al oído,
le canto mis tristes canciones
y algunas veces con besos roídos
la beso, sutilmente embriagado.

Aún conservo una flor
y es la más bella y la más fragante,
la más dada al sol, y de noche
me pretende cual hermosa amante.

Algunas veces terriblemente llora,
entre sus pétalos de rosa se encierra
y tiembla, cuando me voy o me extingo
de esta tierra mía llamada ausencia
o me embadurno los pies de melancolía.

Aún conservo una flor
que estalla en sonrisas
si le digo despacio amor.

Es una linda noche

Es una linda noche
y estoy sin remedio a solas
bebiendo despacio un trago
mientras van y vienen las olas,
tan cargadas de cristales y espejos
que me deforman el pecho y la frente
metido en mismas sombras de siempre.

Es fresco el clima y los borrachos
se bautizan con cerveza en el bar
donde las putas olvidan la esquina,
los niños a la pelota juegan
sin saber del acecho del mar
y los poetas comulgan con la tinta.

Es una linda noche
mientras afuera se lían a golpes
los chicos que sueñan ser matones.

Yo sólo observo y bebo un poco,
escribo y me declaro vilmente vivo
diafrutando el arrabal ennegrecido
que con mi mano diestra toco.

Cielo

Sucede que hay cúmulos
cuando no pasa nada,
estratos tristes y hojerosos
lloviendo para adentro
y alegres nimbus desterradas.

Sucede que te amo a quemarropa
cuando no pasa nada
y sólo se me ocurre un verso rapaz
y estrellar el cielo con mi copa.

enero 22, 2015

Las calles del barrio

Siguen siendo oscuras
las calles del barrio,
un poco tétricas
y algunas veces amarillas;
siguen pobladas de perros
con sus lenguas de fuera
colgando humedecidas.

Siguen sucias
y llenas de borrachos,
de amores en las esquinas
reptando hacia el olvido
y de tantas penosas cruces
tan llenas siempre de vicio.

Siguen siendo oscuras
las calles del barrio
y en ellas algunas veces
me pierdo en lontananza
abrazando de lleno la muerte.

enero 21, 2015

Voy y vengo

Voy y vengo,
me detengo en la flor
cuando a pétalos cae
entre textuales silencios
y rancios albores,
en mitad de la calle
o en el gusano que carcome
la manzana podrida
en que acontece el recuerdo.

Poco es lo que tengo
y la palabra se anida
como un murcielago
extendiendo sus alas
sobre la malva longitud
donde se avistan los estragos.

He vuelto entonces
de las sombras
y hacia las sombras
que precisan un trago
sobre los mares terribles
con sus afiladas olas.

enero 20, 2015

Soy gris

Puedes cortarte ambas piernas
y arrastrarte pesadamente sobre el culo
para evitar toparte con el albor de la mañana,
sacarte la lengua y los ojos
frente al espejo esperando poder verte
gritar mientras la sangre te abrasa
o puedes incubarte las manos en el pecho
entre las tempestades ocultas del alma
para descubrir cómo es que esta noche,
estando a solas, soy gris y así me siento.

Irremediable

Irremediable, así mismo;
como la ola que rompe su furia
en las escarpadas rocas,
como la luz haciendo daño
una mañana vil con resaca,
como una grieta en el pecho
si en tus silencios no me nombras.

enero 18, 2015

Tic tac

Once minutos ha tardado
en consumirse por completo
el cigarrillo en el cenicero,
cuatro, si arde en mis labios.

Y todo se reduce a tiempo
y a consumirse siempre,
algunas veces fugaz
y otras tantas lentamente.

enero 17, 2015

Cuando escribo

Sabes, yo cuando escribo
no soy más que el dios del desamparo,
un corazón itinerante echando raices
en la espesura tristísima de su canto;
yo cuando escribo busco siquiera el eco
siguiendo mis coplas en su terrible canto,
haciendo voz segunda al gris de mi pecho;
y esta noche, me embriaga el silencio.

Recuerdo

Recuerdo a las maestras en la primaria
llenándome de copiosos mimos
que me surcaron de forma estrafalaria.

Ahora soy poeta
¿Y qué es lo que sigue?
¿Morir de palabrerías ante la guerra del hambre?
¿Culpar a la letra de quien la escribe?
¿Emancipar de culpa a los proxenetas?
¿Embuacar a dios y las piedras totémicas?
¿Preconcebir este pecho a la sangre?
¿Encaminarse a una razón anémica?

Recuerso aquel tiempo en que no faltaba nada,
ni mujer, ni pecho, ni letras arrinconadas
disueltas en este tajado lleno de añoranzas.

No todas las noches

No todas las noches son iguales,
algunas veces juego al poker con el diablo
y otras tantas, rezo al dios de los dispares
por la gloria acontecida entre tus labios.

Esta noche di una cátedra autosustentada
del por qué Neruda mentía y aún miente
cuando de pronto esta ausencia nacarada
me dio de lleno y contundente bajo el vientre.

Cuestión de enfoques -me dije-
y comencé a pintar de colores
mi corazón lleno de alebrijes.

Soy un poeta mi amor,
uno de arrabales malvos
y de buen y vivible corazón,
que entre tu pecho se pone a salvo
a pesar de ausencias y franca desazón.

Pero, siendo auténticamente sincero,
yo sólo busco beber y hallarme embriagado
desde el alma hasta este cancerígeno pecho
para entonces naufragar en tus brazos.

Cortinas de humo

Tantas cortinas de humo
y yo siempre tan predispuesto
-si es que bebo-
a traer el pecho
límpido y claro,
como los ojos del perro
que sin recato me mira
desestimando la razón
que viene a mi con desencanto.

Sabes, nena
hoy he podido comprobar la teoría
de que aquel que nace para marino,
escucha de las sirenas su canto;
y en realidad poco me importa
siempre habrá quien se joda a tropezones
en estos agrestes y malos caminos
en los que la letra sin más se posa.

Quizás, no tengo nada mejor que decir
pese al adolescente que hoy me leyó
y me pide algunos malos consejos
por creerme una especie de viciado dios
destinado cruelmente a maldecir
mi sombra reflejada en el espejo
que tanto pregunta cada noche por ti.

Y yo, sin más que un profundo "te amo"
y mi teoría de que Neruda sin remedio miente,
busco a tientas a diario tu beso y tus manos
metido hasta los huesos en mi poesía de la muerte.

enero 14, 2015

De sueños y disfraces

Mi sueño más dorado
radica en dormir ocho horas,
despertar a las seis de la mañana
sin refunfuñar por alma,
escribir sin puntos ni comas
y bendecir el albor nacarado.

Sabes bien que soy un necio
y también un borracho que escribe,
un loco salido de quién sabe donde
que muy a menudo va a ninguna parte,
sabes de mi ansiado gusto por el tabaco
y de mi latir extasiado siempre al borde.

Pero sabes bien
que este disfraz
de enlutado hombre de bien,
no cubre el alma ni la maldad
en la inocencia de la vaguedad,
que me lleva pensar en tu ser.

No seas un poeta

¿Cual es tu hobbie?
-me preguntó aquella muchacha-
Escribo poesía y juego solitario
-contesté muy animado-.

Ella entonces se fue
y yo tan sólo miré sus piernas
y la distancia recorrida por sus pies.

Pudiera ser vil y presuntuoso

No es que yo quiera quererte,
es que te quiero y lo hago bien;
y más aún, en todas esas noches
en que tenerte conmigo quiero,
para surcar el oleaje con tus pies
y olvidar la frialdad del acero.

Y entonces pudiera ser vil y presuntuoso,
decir que mi pecho es acaudalado y febril,
que mi verso por ti es azul y suntuoso
esperando cosecha en tu cándido abril,
pero lo más que esta noche diré es que te amo,
como he de amar tu mano entre mi mano.

enero 13, 2015

Nueve días

Nueve días y contado,
sin rasurarme;
y sigo aquí
metido en los disminuídos tragos
que llegan de noche hasta mí,
mientras escribo un poco
o le doy otro tanto
a la guitarra empolvada,
mientras miro por la ventana
el buzón vacío de noticias
y de fechas jamás agendadas
en el calendario.

Nueve días -pienso-
y aún me quedan seis,
cuando mi barba es huraña
y no encuentro cosa mejor
en que gastar mi tiempo
que en beber.

Voy a la cocina y encuentro
un sandwich de ausencia
aderezado de perdición
que data de hace tres
o cuatro años,
de aquellos días
en que mi letra
no era cosa seria
-o yo no era tan serio con ella,
no lo sé- ,
de aquellos días
en que ignoraba
la rigidez del disfraz
de hombre de bien
y de su anudada corbata;
de aquellos días
en los que dormía
plácidamente con mujer
después de acostar al hijo
que mi futuro desencantado reprimía.

La vida es cosa sería
y el mundo no es un buen sitio
para andar todas las noches sólo,
buscando mendrugos de pan
junto a los roedores que transitan
aquel arrabal que tan bien
-y por tanto tiempo-
me ha sabido cobijar bajo su manto;
sin embargo,
estoy cansado ya
y los ladrones que conocí cuando niño,
los drogadictos, los matones,
los sinhogar que me enseñaron sus tretas
a cambio de jamás usarlas
-nunca lo hice-,
ahora están muertos
o se gradúan de criminales en la carcel.

Todos los días,
al despertar siempre sediento
y algunas veces aún
por los licores nocturnos embriagado,
vuelvo la vista al techo
de esta habitación insípida
que no es más
que un terrible espejo
que refleja sin temor
el albor más cruel sin espanto.

Mañana será el día diez
y no me he rasurado,
ni el sandwich de la cocina
ha cambiado su aderezo,
ni el disfraz ha dejado de ser
el de un hombre de bien,
ni la gente del arrabal ha resucitado
ni han salido de las cárceles,
ni tendré siquiera mujer
o conmigo al hijo que solía
reprimir la soledad de mi destino.

Comprendí

Puedo presumir de haber visto
entre las calles cosas imposibles,
muertes, volcaduras de automóviles
a velocidades increíbles,
mujeres follando por un toque,
machetes brillando en lo alto,
golpizas brutales, apuñalamientos,
robos perpetrados por finísimos ladrones,
abusos, gravísimos choques,
cerdos policias con alma de hampones.

Pero nunca esperé ver un gato
meando a plena luz del día
mientras yo iba cabizbajo pasando.

Comprendí que estaba perdido.

Luz de día

Algunas veces no existe peor designio
que la luz irremediable del sol
por que ha de ser siempre en ella
cuando me sé completamente podrido.

Siempre hay un punto

Siempre hay un punto
a mitad de la noche
y metido hasta los huesos
en esta habitación vacía,
en el que sin remedio
voy a ti
y la ausencia
de la misma manera
viene enfurecida
a recostarse junto a mí.

Sin embargo
algunas veces
me reconforto
mirando las estrellas
en mis manos.

enero 12, 2015

El arrabal

El arrabal no miente
ni maquilla la verdad
a media noche.

Y en él hay gritos
y gargantas desgarradas,
hay dioses paganos,
vírgenes de alquiler
y sangre derramada.

El arrabal jamás falla
ni elucubra sus temores
en miserables derroches.

Y en él hay sombras multicolores
y líneas de polvos mágicos,
hambre de días y días sin comer,
amores envueltos de imposible
y tragos de ron con sabor trágico.

El arrabal no muere
ni necesita siquiera vivir
por que desde dentro siente.

Y en él vomitan el pecho en latidos
y los ladrones se vuelven artistas
y las señoritas surcan el asfalto
con sus agudos tacones altos,
y en la letra que sus paredes escriben
es un poema donde la vida muere.

enero 11, 2015

Siempre he tenido las ganas

Siempre he tenido las ganas
y la intención rotunda de llamarte "nena",
cuando en esta habitación a solas te escribo,
cuando a este cuerpo le sobra tanta cama
y cuando le falta corazón a mis poemas
para vivir el amor que contigo vivo.

Que digan las malas lenguas lo que quieran,
que se suiciden los sacerdotes de las capillas,
que las viejas beatas se vuelvan rameras
si en tu recuerdo más que azul es amarilla.

Siempre he tenido las ganas
y la febril intención de ahuyentar el frío
siendo tu quien revuelve mis canas.

Nunca cerré los ojos

Nunca cerré los ojos
mientras tus labios me besaban
y entonces veía tus morenos párpados,
cerrados mientras ocultaban tus ojos,
tan claros, como el vicio de escribirte
sin diferenciar los versos del párrafo.

Y entonces te amé, tersa y completamente
como los gatos lo hacen en su séptima vida,
febriles y ajenos totalmente a la muerte
como utopía falaz preconcebida.

Nunca cerré los ojos cuando embriagado
a pesar se estrellas y kilométricas distancias
con todo mi pecho te esbocé un "te amo".

Me salta una sombra a los ojos

Me salta una sombra a los ojos
si apenas duermo
o una luz cual bengala,
un resplandor brillante
como el brillo de tus labios
otorgándome su beso
y la estrella naufragada en mi cama,
que pretende diariamente y en ella quererte.

Nada resulta fácil y en los montes
las aves sin amor son las que cantan,
esperando ensangrentadas el alba
y  en ella un caballo a tierno trote.

Me embauca el trago y la escafandra
con la que a menudo me abandono
a lo más terrible del mar y de los lagos,
si me declaro a pesar de poeta un loco
andando desierto vilmente taciturno
pretendiendo alojarse por siempre
en el filo indivisible de tus labios.

Y entonces soy cruel
en el latido y en lo que sangra
cuando te espero sedienta
cada noche bordeando cama.

Hace tiempo

Hace tiempo
que guardé en la alacena mi pensar
tratando de darle plusvalía al sentir,
y entre noches y noches siempre a oscuras
arrebolándose en aquello que gira alrededor
de lo que no tiene ni tendrá jamás cura
me hallé sólo y despidiado y entonces comprendí,
que la ganancia irradia siempre desde un perdedor
y que los designios son certeros siempre en la mar.

Hoy sopla un voraz viento
y en mi desepensa guardo un cúmulo
de abrazos y de tragos como besos,
y también a veces, mis ganas de llorar.

enero 10, 2015

Tres minutos

Tengo tres minutos y una horda
de pensamientos que me abordan
las costillas y me abrillantan el pecho,
si en tus ojos esta noche a solas pienso
y rememoro en la verdad de mis trazos,
el candor tan lleno de cielo de tus brazos.

Al medio día

Al medio día y sobriamente escribiendo,
desayunado ya del demonio y las quimeras
que de noche te maquillan de sombras,
cuando te nombro y en tu nombre sonrío
un tanto azul y otras veces cristalino,
como tu pecho si abraza mi letra y mis formas.

Al medio día y sobriamente,
si te pienso,
sonrío.

enero 08, 2015

Los poetas

Los poetas son una plaga sutil
y la moneda al aire que nadie nota
girando su suerte en el aire
que te llega verdadero y febril
entre tu pecho con la boca rota
que sin dudarlo cree en ti
cuando no te creería nadie.

Sin embargo el poeta es un diablo
empobrecido de palabras
y de ardores en los labios.

Entre tus pies y siempre contigo

Estoy dispuesto
a acabar conmigo mismo
en pro de la sapiencia extraña
que me he forjado en torno
a lo que llaman poesía,
a beberme barricas enteras de ron
o a calentarme las tripas
con un buen mezcal de Oaxaca;
estoy dispuesto a morir
entre la letra que sin más me ronda
por saberme desde hace años
hecho trizas;
desde que no busco la verdad
por ser una mala quimera
sino a solas declararme un perseguidor
del rastro enclaustrado de la belleza.

Estoy borracho ya
y las luces artificiales
me muestran un mundo que me embauca
a beber un poco más
mientras me espera con los brazos abiertos
la más cruenta de las desesperanzas,
en la que mi alma enamorada brilla
y a la luz de las farolas
canta su pasión y su sangre
entre las alcantarillas que la vida
con dientes de roedor la vida arrebata.

Y de pronto me salta la guitarra
y no puedo menos que tomarla en mis brazos como te tomaría a ti,
sólo que sin el beso
que cada noche te brindo
enajenado en mis sueños
y directamente a ambos pares de tus labios,
a tu frente, a tu pecho
que me dicta a lo lejos tristes acordes
que no hacen más, que resonar en las paredes
en las que soy el hombre
que perdidamente que te sueña despierto.

Estoy dispuesto
a acabar conmigo mismo,
sin mayor dejo de cinisno,
si alguna vez
entre las posibilidades infinitas de la vida,
ella recula en despertar
cada día y cada noche a tu lado
entre tus pies y siempre contigo.

Te sé guardar bien

Pareciera que el trago que bebo
jamás se termina,
que las alamedas y los olmedos
que ahora visito
no son sino el recuerdo de la visita
que prodiga el vivo al cementerio
para llorarle a sus muertos.

Todo esto una gran nube gris y maloliente
de la que penosamente llueven peces,
cuando extraño lo extrañamente bien
que me sentí cuando me rodearon tus brazos.

Soy aquel puzzle incompleto
de la cara de un tipo
que no halla la sonrisa
por no tener la pieza exacta
que se acople a su pecho
y a su boca,
al filo de su copa rota:
soy un recuerdo de aquel
que esperaba verte brillar
y estallar en carcajadas
mientras te contaba
sus más claras tonterías
cuando mirabamos
el mundo desde una banca.

Prefiero no decirlo
la mayoría de las veces
y sin embargo sé que lo sientes:
estoy jodido amor,
y el mundo me parece perdido
andando entre de las sombras
sin directriz ni corazón.

Pero te sé guardar bien
de las miradas crueles y ajenas,
de las lenguas que vivo me comen
y luego vilmente me interrogan
para saber de ti y de la forma
en la que a solas digo tu nombre.

Hay dos maneras poéticamente hablando
en las que suelo tirarme al suelo y pensarte,
la primera maquilla mis paredes de la sal
y la segunda es aquella que más me hace mal
y me apriosina a la botella para amarte
desde el maullar como niños de los gatos.

enero 07, 2015

P.D. Te quiero

Laura se ríe de mis vocales estupideces,
de mi teoría basada en que el mesero
te hará caso si entre la música le llamas "Krispín",
de mi preferencia por las suculentas reses,
de mi talante ante la vida matador y torero
que entre sus bufidos esboza un sin ti.

Pronto te irás a tierras Vascas,
con tu pecho y con tu inmaculada niña
y me dejarás arañando la película
de recuerdos de bocas jamás amargas,
de juventudes a oscuras  a mitad de un callejón
que tanto supo del néctar de tus labios,
de melocotones e infantiles y mansas riñas
disputando tu pecho en la cierta retícula
de los niños que fuimos con el alma larga
y el pecho abierto en pétalos carmesí por corazón.

Yo aún conservo mi palpitar febril e intacto
a pesar de las agudas banderillas blandiendo
el punto más debil de mi nacarado costado,
y algunas noches como ésta, el vaso en lo alto
sin que mi barca gris nadie vaya dirigiendo.

Y aunque aún no te has ido, ya te extraño
como extraño tus rizos cayendo como laureles
en tu frente y ahuyentándolos con tus manos
que siempre me parecieron blancos claveles .

Te extrañaré Alicia, y extrañare más a Laura
con su talante y sus labios siempre rosas
desentrañando los sentidos llegada el alba.

P.D. Te quiero.

Cinco para las tres

Ya están por dar las tres de la mañana
y sigo despierto
y sigo bebiendo
a sabiendas que el ángulo agudo del reloj
jamás me hace bien
por ser el instante en que las agujas
con su prometedor tictac del después
me embaucan pretendiendo el rayo del alba.

La vida sabe que nunca he pedido mucho:
un trago siempre para mí dispuesto,
una sonrisa para los días de espesa niebla,
un verso que más que verdades halle la belleza
mientras sea tu risa y tu voz las que escucho,
y un candor en las costillas cual tibio centro
metido en tus brazos en noches  cómo éstas,
en las que lejos de ser un maullido de gato
soy un hombre que te escribe te amos.

Hasta siempre dios

Dios es lo mas símilar a un pan enmohecido
junto a los víveres necesarios de la despensa
esperando el hambre de aquel envilecido
que prefierede pasar de vitctimario a ser presa,
cuando se halla frente a su corazón podrido.

Y aunque a todas luces, mi pecho agusanado
de soledades encausadas en los fríos invernales
que me vienen aquí azules y desconsolados
no me dan razón para querer cambiar mis males.

Hasta siempre dios, tan altivo y tan barbudo
pues mi talante autodidacta y siempre cruel
no necesitará en la redención tu efímero escudo.

6 de Enero

Hay una grieta en el presente
cargada de oquedades blanquecinas
acumuladas al fondo del vaso,
en el cigarrillo que me enciende la muerte
y en el mendrugo del pan que divido
noche a noche, para tener un bocado
y fuerzas de flaqueza cuando estoy contigo.

Ya medio mundo marcha en caravanas
que volveran al mismo sitio después
de recorrer por completo ninguna parte,
mientras la gente sonríe o tan sólo vive,
no lo sé, pero a ellos parece no importarles
o importarles poco, tampoco bien lo sé,
mientras los miro marchar desde mi ventana.

Pienso mucho, lo sabes, en toda esa maraña
de pequeños inconvenientes acerca del ser
mientras me tiene por el cuello la guadaña
y ciertamente,
bebo mucho, aunque no demasiado
como para olvidar por siempre el ayer,
o los días en los que penosamente bebo
por no tener un poco de despensa en la alacena
ni en mi cama el calor de una mujer.

Y es entonces, cuando pierdo los modales
y soy un tipo ruín con los vecinos que saludan
por la mañana siempre cordiales, y arremeto
maldiciones contra el mundo y contra las putas
que han venido a traer hasta aquí a sus hijos,
contra el viejo portero del rojizo edificio
por que es un viejo necio y sumamente torpe
que parece el cerberlo a las puertas del erebo.

Sin embargo, soy el que soy y sin duda
he cambiado inevitablemente por las arrugas
que al anochecer se me forman en el alma,
en las costillas, bajo los ojos amarillentos y pardos,
pero siempre he hallado en tu pecho la calma
cuando mi versos te centran en un te quiero.

Mientras tanto,
bañado en tu nobleza de nubes de algodón,
se feliz y sigue jugando,
sigue creyendo en la bondad de tu sonrisa
y disfruta los presentes de tus reyes magos
que para ti, jamás mi pecho ha cambiado
ni podré serte, un hombre soez y vil.

enero 06, 2015

Lágrimas de sal

Yo también he llorado
como la mar lo hace
cuando no logra apagar
volcanes al rojo vivo
y en el rabillo del ojo
surcan peces y quimeras
follando febriles con la idea
de un despreciable escapismo.

Pero ya borracho me da por cantar
y se deprecian mis letras
tan llenas de alquitrán y de cinismo,
mi utópico corazón
se vuelve una tripa llena de heces
y en él se me viene un sucio realismo.

Podrás perdonarlo lo sé, amor
mientras duermes y no te importan
los labios entreabiertos que me llaman
por que en el fuego de tus brazos, amor
pretendo calcinada mi espesa muerte.

Nunca es fácil

Nunca es fácil dormir
cuando entre calmas y mareas
surca los mares la letra
que pretende llegar a ti.

Algo ocurre

He estado leyendo
a los sabios y a los viejos,
a los locos, 
a los que yacen muertos buscando tal vez
un rastro en el pecho de sol de verano,
cuando tan poco queda por decir
que no haya sido dicho antes
o sentido palpitando el corazón
de otras manos.
Y entonces vuelvo a mí,
al espejo empañado y a usar los anteojos
que desde siempre he destestado,
a esperar los trescientos sesenta grados del reloj
entre hora y hora,
en este cuarto que es
y no es mío,
cuando me descubro cada vez más a solas
y empiezo a beberme la mar entera
en cada trago.

Algo ocurre
en las entrañas en este mundo
tan plagado de ciegos del alma,
algo ocurre bien lo sé,
por que los gatos del vecindario
como niños pequeños maullan
y tardan en reaparecer
más de tres días
y el mendicante prefiere
una charla a la moneda acostumbrada
haciendo estragos en su sombrero de palma.
Algo ocurre en las tabernas
y los bares donde las putas
sin reparos la boca del amante besan
y cierran los ojos al hacerlo
para imaginar que también ellas sueñan
tratando de alejarse del desamparo.

He estado leyendo,
tanto, demasiado
y el buzón ha comenzado
con su vomitiva de letras
que nada más que tinta negra
sobre papel contienen
y la caligrafía de la gente
que espera un aplauso por ellas
cuando,
ni siquiera serían capaces
de agradecer por no recibir
un puñetazo en las narices
ante menudas estupideces
nacidas en esa idea precaria
de compartir.
Y entonces
he escrito bastantes poemas
en los que contesto el error de la letra
cuando se escribe para agradar,
pero todos ellos
han ido a parar al cesto de basura,
por que no está en mi decálogo de la locura,
la idea atroz de corregir.

Pero es enero
y el frío es peor y más demoledor
situado en el centro del arrabal
donde la gente de hambre
algunas veces,
de desilusión otras tantas
o simplemente de frío muere.
Y entonces,
mi buzón vuelve a vomitar
ya su espesa bilis
cuando algo terrible ocurre
en este mundo
mientras la gente escribe sobre esperanza
y prefiere tirarle una moneda
cada día al vagabundo
que destinarle un abrazo
y cinco minutos de empatía
recubierta de charla,
cuando más que comer,
dejar de ser terrible
es lo que requiere.

Me entristece entonces
el maullar como niños de los gatos,
todas aquellas putas
que no recibieron un abrazo
deseando un feliz año
y más aún
toda esa gente que escribe idioteces
desde la comodidad aclimatada del ego
que les impide nítidamente ver
que algo terrible ocurre.

enero 05, 2015

A una pequeña lectora

Ella me miraba
dulce, tiernamente
mientras que yo,
ensimismado y febril
leía a Hemingway
y de cuando en cuando
levantaba la mirada
solo para toparme
con sus delicados ojos.

Ella leía, también
y entre sus manos el libro,
y adoptaba un semblante
extravagante parecido al mío.
¿No ves que soy un loco,
un extraño y un solitario?
-pensé-.

Pero no pude atinar
a decirle una palabra
sino a esbozarle una sonrisa
y ella sonrío, también.

Dios me perdone por ello...

Duerme la luna

Duerme la luna y no los gatos
ni la moneda cae del aire
demostrando su por fin su suerte.
Yo me mantengo deshojando florecillas
cuando la arcilla en las manos
adopta una forma de muerte.

enero 04, 2015

Cada vez que te pienso

Pasa un dragón multicolor
frotando las narices contra el cielo
cuando alcanza verdes insospechados,
y en sus ojos yo sonrío
y me miro enaltecido en ellos,
quizás radiante y a la vez extraño
y así, me alegra descubrirme
cada vez que te pienso.

De escafandras y de blancas caracolas

Cae un nido de golondrinas
apolillado por el vendaval
y por el tiempo,
también la noche cae y con ella
el llanto pesaroso de la ausencia
y algunas veces se opaca
en el brillo de una estrella.

Son mis manos
designio de escafandras
y de blancas caracolas
si con su voz mineral
tibiamente te llaman
entre el viento y el tiempo
donde las aves vuelven
al alba irradiando la mar.

enero 03, 2015

Proposición

Yo te propongo un trato
sin que ello derive a quemarropa
a tu dios de barbas blancas
con la sagacidad de mis diablos,
un trato de versos y algunas copas,
justo, como lo fue la hora exacta
en que me hallé con tus labios.

Te propongo un desayuno sin sol
una horda de idioteces que te hagan reir
y mi guitarra sosteniendo un re mayor.

Te propongo mil besos rondando tus pies,
convencer a la mar de anidar en la calma,
arropar tu pecho si pregunta por el después
y hacerte sentir la luna creciendo en el alma.

Te propongo el verbo que me rige desde dentro
y que me dicta amar como defensa insumisa
cuando voy dando tumbos y tu eres mi centro;
te propongo tus zapatos negros de tacón
bajo mi cama, mi soberbia y mi terrible corazón
embriagado bajo el aroma de tu almohada.

Te propongo mi nada
y toneladas de versos,
te propongo mi vida
y al menos,
mis manos, mis labios
y sus más certeros besos
rondando la curvatura
del cielo de tus senos.

Te propongo amar
y de mi mano envilecida
sencillamente soñar.

enero 02, 2015

De tu pecho en estribillo

Tengo siete cigarrillos y la noche
que apenas empieza a hacer estragos
entre las perlas nacaradas de la luna
alumbrando el callejón donde los gatos
maullan embriagados  de un nefasto derroche
por amores de arena vueltos dunas.

¿Qué pudiera yo contarte, mi amor,
si dentro, la misma leña es la que arde tardía
queriendo entre tus brazos el sol
y alejar de mi mente una osada felonía?

Afuera lo de siempre acontece en el barrio
y los niños han aprendido groserías con las manos
sin saber de la poesía mascarada y contundente
que les sigue los pasos como la hace la muerte
beso a beso y con la cola del terrible diablo.

Sin embargo te amo, ilusamente, torpemente
y cada instante que nunca vuelve -o siempre
lo hace, no lo sé-, termino casado con la muerte
de los puntos suspensivos del eterno despúes
en el que pretendo azul y radiantemente,
besar con el alma la ligereza de tus pies.

Ya sólo tengo un triste par de cigarrillos
y el alma ofertando mi verso y mi guitarra
enamorada de ti y de tu pecho en estribillo.

enero 01, 2015

No me jodas tristeza

Hoy no me jodas tristeza
si las paredes esbozan arcoiris
y las paredes a quemarropa sonríen
desde el blanco insumiso de la sal
cuando no tengo más, que la flaqueza
y estos huesos besando una porción de la mar.

No me vengas con designios de poetas
si en su belleza, crece el vicio de la sinrazón
y decrecen mis ganas insumisas de amar
el mundo desde el cristal de una ahumada probeta.

Hoy no me jodas tristeza
si el unicornio pasta febril en los verdes
por los que nunca jamás
habitará con su lágrima la blanca muerte
queirendo más y siempre más.

No me vengas  con malos ratos
ni con especímenes ajenos al talante
del latido acontecido en el pecho,
no me vengas con tu cara de habitación
a solas sumergida en necedades ambarinas
en la que siempre y a modo estoy.

Hoy no me jodas tristeza
en la tranquilidad de mi silencio azul
en el que no busco quizás más nada
que un dejo de belleza.

Stand by

La mayoría de la gente que me viene
-al menos así es como lo pienso-
estaría de acuerdo si decidiera morirme,
y eso un logro que sólo pocos compartimos
cuando vivimos jugando a las dagas
dando en el cuello de extrañas estirpes.

Consulto los diarios por la mañana,
el cúmulo de muertes del día anterior
y las historias increíbles de mi país
cada vez más lejos del verdadero dios
y entonces me pregunto si la nada
es y será posible para ser feliz,
y no logro sino a solas adherirme
a la idea eutanásica de bien morirse.

Pero dejaré esa idea en stand by...

2014 (Hasta nunca)

Cuatrocientos setenta poemas
en trescientos sesenta y cinco días
-sin contar los que pararon
en el terrible cesto de basura-,
un cuento aún en gestación
y reprendido por tener sueños
precoces de nacer siendo novela,
es lo que haciendo inventario
solitariamente me encuentro.

¿Qué será del poema entre botellas de ron
ya transparentemente muertas y vacías
dentro de un maloliente y gris contenedor?

¡Pobrecillos! Deben odiarme
y mis manos
también deben odiarse
y las botellas de ron
abrazando mis tristes poemas
deben soñar con el diablo
tomando baños de reluciente sol.