Noy hay nada peor
que sentarse frente al viejo cuaderno
metido en una noche agradable
y no poder más
que encontrarse totalmente seco.
Juliette me mira desde el rincón
con su piel morena
y la boca callada y abierta,
pero esta noche no estoy
dispuesto para ella,
pero me incita a la sonrisa
y se acurruca sobre mis piernas.
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