Puedes cortarte ambas piernas
y arrastrarte pesadamente sobre el culo
para evitar toparte con el albor de la mañana,
sacarte la lengua y los ojos
frente al espejo esperando poder verte
gritar mientras la sangre te abrasa
o puedes incubarte las manos en el pecho
entre las tempestades ocultas del alma
para descubrir cómo es que esta noche,
estando a solas, soy gris y así me siento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario