abril 30, 2011

No te miento

No te miento cuando digo
que requiero de la noche descanso,
por que mis ojos se han visto cansados
al llegar la luz que me descompone
después de besar las penumbras.

Pues lo requiero, como requiero
la Luna en lo alto después del trabajo
y de tus pechos sedientos
de algo oscuro que se parezca a mí.

No te miento, cuando mi voz
canta un "te quiero" deshollado
y ahogado en el dulce del licor,
intentando con desespero hallar el vibrato
que entre tus piernas escale,
hasta la divinidad del mismo cielo.

Sabes tú de añejas dolencias,
de voces perturbadoras en la cabeza,
de tus labios cuando no llegan a mi boca;
sabes bien lo que a duras penas soy
al pie de la cuesta, enajenado y sombrío
ante la duda de si vengo o apenas voy.

No miento, lo juro en esta extraña noche
en que las olas se llevan mi equipaje,
que imperiosamente me reclama el mar
entre minas de sal que oxidan mi herraje.

abril 28, 2011

Ciertamente llegas

Ciertamente, llegas hasta posarte bajo mis ojos
que se descansan y se arrebatan en los tuyos,
cuando me brindas tu mano astillando el silencio.

Por que hasta aquí llegas y estando junto a ti
no logro verte, por la sombra del mismo océano
que te trae, mientras adoleces el ambiente,
por que así, entre el viento y la sal floreces
enfrascada en la belleza de tu ausencia.

Ciertamente, llegas y la Luna se me escapa
de las manos, y los labios que más de una vez
me han temblado, esta noche lo hacen
mientras mis versos para ti,
no ha podido vestirse sino con harapos.

Para ti, Ío.

abril 26, 2011

Hasta aquí

Hasta aquí, de noche la brisa llega,
las palomas que han quedado dormidas
sueñan ya con la locura adquirida
ante tanto verso y poca entrega.

Yo las miro y les hablo bonito,
les canto desteñidas elegías
y les pretendo dar una alegría,
un palomar distinto y fortuito.

Hasta aquí, este silencio hace arrullo
mientras las luces de pronto perecen,
una a una, entre el vaho y las tinieblas mueren
sin recordar siquiera el propio orgullo.

Yo he muerto mil veces y he llorado
en los rincones por mi propia muerte,
he encarado a los dioses por mi suerte
por las lágrimas que en mí han secado.

Hasta aquí, de noche la brisa llega
y no llega con pétalos de rosas,
sino con palomas y letras mohosas
que mi felicidad sin más doblegan.

abril 25, 2011

Protocolo

Apenas y he tenido tiempo
para recordar como me llamo,
y es cierto también,
ayer no dormí nada bien,
pero esto del ser sin ser,
y sumirse hasta las narices
en el espectro diurno
del protocolo formal del trabajo,
me viene bastante bien.

Guarda mi alegría en el último cajón,
junto las sombras,
justo por debajo de mis letras,
entre tus pechos,
donde tu quieras,
pero resguárdala
antes de que me llegue la razón.

abril 20, 2011

Y sin embargo

Por que de aquí mismo soy,
de la noche enlutada,
de la patria sin mayor bandera
que el portafolio que lleva a cuestas
mi renuncia firmada y mi trinchera.

Por que la Luna es ovoide
y no redonda,
por que no podré nunca
multiplicar los panes y los peces
en torno a mi copa
que a cada sorbo decrece.

Por que soy del dolor, ave
que jamás será de paso
mientras anida entre tus manos
que me inventan y me flagelan
tibiamente hasta llegar a tus labios.

Por que soy parte del desperdicio
que se ha visto desperdiciado,
desde la misma cuna
hasta el triste féretro en el que aún no yasco
del todo muerto,
aunque mis cirios ya se han apagado.

Por que soy aquel rapaz, el soñador
que de noche ya no sueña
mientras se aferra a una botella
esperando que el genio se le aparezca.

Por que del vicio espero la virtud
que haga que el hambre misma
no siga mis pasos tan de cerca,
ni mi sed me lleve a oscuras a la sima
donde del todo pueda ser
sin mayor sofisma.

Por que te busco a media noche los labios
con esta boca que tanto te ha recreado,
entre el albor y este pecho maltrecho
que tendida en la cama te encuentra
cuando los buitres me han desecho.

Y sin embargo esta noche
he de buscar a toda costa
aterrizar sobre la piel de tu espalda,
y descargar mi equipaje en tinta negra
manchado, ante tus ojos cerrados.

abril 18, 2011

Vuelvo a mis noches en vela

Vuelvo a mis noches en vela,
al coqueteo entre sombras con el tinto
que tanto me invita a mirar
el mismo callejón que las farolas,
con su rayo de luz blanquecino
no alumbran ni a mi me iluminan,
y solo me envuelven en la frescura
de la brisa que trastoca un corazón
visiblemente cansado y acalambrado.

Vuelvo, mientras me voy,
mientras por un siglo me quedo,
mientras más tarde se me hace
cuando aún el reloj tiene tiempo
de enmarcar una estrella en el cielo.

Y así he pretendido pasar desapercibido
después de aferrarme a tu voz
y bañarme en tu llanto,
cuando la sangre, de mi pecho
entre el espesor de la niebla
se ha derramado.

abril 14, 2011

Perdimos la sonrisa

Perdimos la sonrisa
quizás mirando en demasía
el correr de las hojas
y el eterno azul del cielo.

Y se nos fue, sin siquiera notarlo,
regresó a esa tarde de lluvia
que enmarañó nuestros cabellos,
después de secarnos con un beso
en ese pasado inocente ante el adiós.

Perdimos la sonrisa
y al igual que ella, nosotros
estamos desde siempre perdidos
y cansados,
cansados de pisar el suelo árido
que nos quema sin tregua.

Se ha ido, sin la promesa de la vuelta,
sin aparente retorno a la vista
que amotine la pasión, el deseo
de mirar de nuevo el cielo
sin el afán de encontrarle cometas.

Perdimos, todo y nada, pues ya es igual
el punto medio, la lágrima estallando
contra la piedra, ardiendo en calderos,
seca, fosilizada en la voz a media noche,
voz que en silencio nunca calla
y a gritos pide la misma lluvia,
los cabellos desordenados en la frente
y ese beso donde pueda hallarla.

abril 13, 2011

Sabes bien que la noche

Sabes bien que la noche, sin más me desmenuza
con diestra mano de uñas malvadas y podridas,
cuando el cielo me devuelve la mirada henchida
de sombras, de animales que en la senda se cruzan.

Me vuelvo de pronto para evitar el reflejo
tenaz, del ave que se acurruca en mi ventana
y extiende sus alas, hermosamente llanas
blandiendo ese cristal, que solo muestra el hollejo.

Tengo un vaso en la mano y en la otra el tabaco
con su cáncer y su aroma, una mancha de tinta
en el puño de la camisa, mi luz extinta
y mis alegrías al fondo mismo del saco.

Sabes bien que he de morir a ratos sin quererlo,
que se me escurre el alma por los valles siniestros
en los que nunca he sido ni seré tal vez diestro,
cuando se trate del pecho y sólo exponerlo.

Por que claramente soy un imbécil, viciado
y algunas noches extasiado en la tristeza
que se aloja firme, en las sombras de mi cabeza,
en ese hueco que sirve para andar lacerado.

Por que me duele ver en vuelo, partir al gorrión
inmerso en el azul de cielo, libre y pardo
sin temor alguno al la punta feroz del dardo,
que busca hacer blanco en el centro gris del corazón.

Sabes bien que mi luto se reviste de blanco,
cuando mi mano deja la pluma para anidar
en el rojo de tus labios, en el profundo mar
donde la efímera gloria pueda hallar tabanco.

abril 08, 2011

Esta vez

Por que mi red nunca te atrapó
después de la primer mirada,
después de trastabillar la palabra
que tanto he dicho y predico,
soy pues, ahora, vil carnaza
de alguna mala poesía encargada
de hacerme el día insoportable,
ante las brillantes luces de la mañana.

Estos versos algunas veces me duelen,
como la espina atravesada en la garganta
y que sangra apartada de la vista,
de los ojos, queriendo así que no duela.

Y así supongo que uno nace,
con una sombra que no es la propia,
que algunas veces va y otras viene
hambrienta, malhumorada y sedienta,
buscando el regazo donde sentir el mar
a pelo, donde encontrar el manso oleaje
rozando los pies, mientras el caos estalla.

Esta vez, te quisiera precisa en mis brazos,
en mis letras y en mi pasión que no muere
entre el humo que acompaña a mi trago.

abril 06, 2011

Es abril

Es abril y la pluma
se me queda sin tinta.

Tengo un par de sonrisas
guardadas bajo un cajón
en plena noche,
con mi sed que no se acaba
y este sonambulismo
que me mata.

Afuera hace calor y adentro
es el mismísimo infierno,
sulfuroso, con esas lenguas de fuego
que pareciera se baten en duelo
y en eterna lontananza,
el inenarrable crujir de la madera.

Mi cuaderno se ha visto cansado
de tanta perorata,
de las mayúsculas en negro
y los dibujos a lápiz
con esta mano que ahora tiembla
entre el cansancio y la impaciencia.

No he de mentir si es que escribo,
que extraño la candidez de tus labios
rozando mi vientre encrispado.

abril 03, 2011

De lo que no te he dado

El beso que hace tiempo no te he dado, que aún arde
y serpentea entre la noche eterna, cobarde
por si misma, por su sombría naturaleza.

La palabra que es mía y que sin más, se calla
al escuchar el vendaval, el muro que estalla
y se despedaza, entre un te amo y su impureza.

Mi espalda, que soporta ese peso inanimado
de tu ausencia, del frío en los huesos perpetrado
cuando tus manos, no atizan mi lúgubre hoguera.

El canto que anida entre licor, en las entrañas
purulentas, entre las diez mil arduas patrañas
en tonos menores, sin esperar la agudeza.

Mi letra fatigada a causa de la estética
que siempre es cruel, a estas horas frenéticas
con luz a medias y mi sombra anclada a la pared.

El amanecer entrando hosco por la ventana,
cual torrente, entre nacarado y obsidiana,
entre el eterno rojo en el que he fundado mi sed.

abril 02, 2011

Sigo aquí

Sigo aquí, a la noche enmarañado sin estrellas, con el oído sordo y la presión en mis sienes abordo; sigo queriendo querer lo olvidado. Tengo un cielo nublado, ya sin luces que ameriten siquiera celebración ni el alegre tararear de una canción desmoronada, entre un cáliz y cruces. Sigo aquí, entre la sólida piedra y el mortero, que el alma destruye cuando la belleza tan sólo intuye, reptando tenaz la más oscura hiedra. Tengo el corazón hinchado de amores que no han durado siquiera lo que un sol en lo alto, un naufragio en el tibio alcohol que llena el dolor de suaves colores. Sigo aquí, nunca tan enamorado de la efervescencia de los adióses que no he dado, ante tanta malas poses en que mi sentimientos he cuadrado. Tengo dos líneas o tres que decirte Mujer, aunque de sobra bien sabes, que hoy del todo me derrumbo sin trabes y no he pretendido yo, nunca afligirte.