junio 28, 2022

Random II

I

Ella tenía
la esperanza cual bandera
la risa estridente
y una sonrisa inclemente
que hacía sonreír a quien la veía.

Yo la miraba sin saber que su espera
era por aquello que la hacía demente.

II

La catedral da justo al zócalo
y en el zócalo siempre hay palomas
y las palomas tienen corucos
y los corucos chupan la sangre
como hacen también los padres.

La catedral es visualmente linda
si no se piensa en la peredastía.

III

Aquel tipo buscaba en la basura
un corazón desparpajado
un mendrugo de pan nauseabundo
y mariposas aún en capullo.

Aquel tipo se sentía tuyo.


IV

Las bancas del parque huelen a mierda
a soledad, a pobredumbre incivil
a lágrimas de todo aquel que se sienta
para en ellas descansar su lado más vil.

Un vaso de brandy

Un vaso de brandy
a las ocho con veinte
esperando recomponer el rumbo
que me abrace a una mejor noche.

Prendo un cigarrillo
y me mente vuela por el mundo
y en ese mundo no hay coches
ni desazones ni mentes.

La radio musita un tierno estribillo.

Otra vez

Otra vez al borde del abismo
frente a un barranco carmesí
como los labios de las chicas
que se acercan a ver la función
del soliloquio de un loco consigo mismo
de un cubo de hielo en estado febril
mientras dios fieramente lo mastica
entre sus fauces sin corazón.

Otra vez estoy ebrio sin querer beber
y fumo tanto
y miro la humareda y la abrazo
intentando atrapar mi propio ser
mientras mi pecho late y el falo
pasa lista cual recluta presente
a la seis de la mañana del día siguiente
recordándote desde los labios
y desde tu pecho inclemente.

Y todo esto me parece absurdo
y más aún porque lo necesito
pues mi corazón es diestro y no zurdo
y porque aún te escribo.

El soliloquio de un loco
eso mismo soy y tú lo sabes
al menos un poco
a pesar de todas tus trabes.

Algunas veces creo
que te dejo sin palabras
y otras tantas
que no logro expresar lo que siento
y que por eso me ignoras y callas
y haces callar entonces a mi alma.

Sin embargo
esto seguirá siendo un soliloquio
esperando tu abrazo.

junio 20, 2022

Un poema

Miro las jacarandas desnudas
en este andar mío y ahora lerdo
las siento y las respiro con el alma
mientras recuerdo la sonrisa de ayer
regalada con descaro a la duda
que acontece hoy en propio pecho
y que ante el silencio mi pecho desarma
cuando a mi ventana asoma un ciprés.

Mis últimos suspiros
no dan tregua para una segunda batalla
estoy cansado y con el alma en giros
versando mis últimos gramos de alma.

Un trago ya no es lo que era antes
antes de ti
de la ebriedad perdí lo febril
y también mi pasión por los bares.

Un poema
recluta todo lo que soy
lo que pienso
y lo que desde el pecho siento
que es nada
en estos míseros tiempos,
pero para mí es mucho
pues es compartir mi pecho desnudo
mi idealismo
mi amor y sus deseos
de llevarte de la mano conmigo
hasta la locura en la que creo
porque aunque es nada, es mía
y es mi razón para deshacer los nudos
de este corazón tan lleno de cinismos.

Escribir para ti
no es nada
sino una íntima confesión
y el cinismo de un poeta
que también es borracho
que tan solo pretende en ti
acurrucarse en tu alma
y saber de tu corazón
aunque me apunte con una escopeta
para hacerme daño.

Sabes, sí te escribo
es porque te llevo conmigo,
y porque aún no descifro
lo más bello de ti
que resulta en tu existencialismo
ni saber qué necesitas para ser feliz.

Yo te amo más de lo que tú dices amarme
puesto que tú lograste desarmarme.

junio 19, 2022

Random

I

Un grito de mujer
ha paralizado a los gatos
en sus nocturnos andares.

Son las tres de la mañana
y el vecindario entero duerme,
el diablo también lo sabe.

II

Aquel tipo lleva media hora
revisando una libreta ambarina,
se ha quitado los lentes
y ahora está llorando.

Nadie lo mira aunque está rodeado
de espectadores llamados gente.

III

Ella trae el escote en su espalda,
marcas de su propia guerra en la piel
y en los ojos un mar cristalino;
y yo la miro toda desde los pies.

Al mirarla le siento el alma
y me cautiva como el abismo.


IV

Seis cigarrillos muertos en el cenicero
dos latas de cerveza en la mesa
y mi cabello alborotado ya sin gel
mientras trato de recomponer mi letra.

He puesto tanto de mí en estos versos
que te englobo siempre en mi después.

Duro es tenerte en mí sin tenerte
y entiendo ahora a quien cree en dios,
quizás todo es cuestión de ligar la fe
al latido más sublime del corazón,
sin importar lo que diga la gente.

V

Ha llovido 
y en el lodazal del asfalto
han quedado marcadas 
las huellas de una mujer
que ha bebido bastante vino
lo sé por el zigzag de sus pasos
y también por su talla.

Al menos, a mí parecer.

VI

Desde la escalera
se mira gran parte de la ciudad
la parte menos amable
visualmente hablando.

Desde ahí he visto con certeza
como el bien es devorado por el mal
porque simplemente no es rentable
y desde ahí a la ciudad he abrazado.

junio 17, 2022

Fumo mucho

Fumo mucho, demasiado¹
ya bien tuvo a decirlo Panero
fumo mucho por ansiedad
y fumo mucho por ese placer ansiado
de ser un cúmulo de humo certero
y porque la humareda suele llegar al mar.

Estoy bebiendo ron como antaño
a solas
y escucho en mi latir las olas
de mis últimos años.

Sin embargo,
(siempre hay un maldito "sin embargo")
no te miento si te digo que estoy cansado,
agotado de cabalgar 
anclado de las crines de un pecho
que solo sabe amar
a lo loco y sin siquiera remedio.

Y entonces bebo
escribo y fumo mucho
demasiado
para pedir antes de dormir un deseo:
que siga siendo mi pecho a quien escucho
y así lo respalde mi letra y mi abrazo.

Y entonces fumo mucho a esta hora
en la que pongo mi fe en mí mismo
y en mi pecho tan cargado de cinismo
cuando certero miro la aurora.

Siempre quise ser mar
cual espuma blanquecina
y poder dejar de mí almas en cinta
sin la necesidad de llorar.

Lo único cierto aquí
es que fumo mucho, demasiado
y que a pesar de mi pecho febril
se de sobra que aún hago daño.

*¹ La canción del Croupier del Mississippi. Leopoldo Maria Panero.

junio 07, 2022

Ahora

Maquillé y disimulé el todo
dejé los bares por falta de recursos
ahogué mi pecho y después me enamoré
escribí un obituario y resultó en un prólogo
embarré mis zapatos de lodo
y caí en lo más inmundo del mundo,
renací desde que miré tus pies
y me embriagué de tu voz cantando coros.