junio 19, 2022

Random

I

Un grito de mujer
ha paralizado a los gatos
en sus nocturnos andares.

Son las tres de la mañana
y el vecindario entero duerme,
el diablo también lo sabe.

II

Aquel tipo lleva media hora
revisando una libreta ambarina,
se ha quitado los lentes
y ahora está llorando.

Nadie lo mira aunque está rodeado
de espectadores llamados gente.

III

Ella trae el escote en su espalda,
marcas de su propia guerra en la piel
y en los ojos un mar cristalino;
y yo la miro toda desde los pies.

Al mirarla le siento el alma
y me cautiva como el abismo.


IV

Seis cigarrillos muertos en el cenicero
dos latas de cerveza en la mesa
y mi cabello alborotado ya sin gel
mientras trato de recomponer mi letra.

He puesto tanto de mí en estos versos
que te englobo siempre en mi después.

Duro es tenerte en mí sin tenerte
y entiendo ahora a quien cree en dios,
quizás todo es cuestión de ligar la fe
al latido más sublime del corazón,
sin importar lo que diga la gente.

V

Ha llovido 
y en el lodazal del asfalto
han quedado marcadas 
las huellas de una mujer
que ha bebido bastante vino
lo sé por el zigzag de sus pasos
y también por su talla.

Al menos, a mí parecer.

VI

Desde la escalera
se mira gran parte de la ciudad
la parte menos amable
visualmente hablando.

Desde ahí he visto con certeza
como el bien es devorado por el mal
porque simplemente no es rentable
y desde ahí a la ciudad he abrazado.

No hay comentarios: