octubre 31, 2010
Sin mas Explicaciones
octubre 28, 2010
¿Y al Final Qué?
a veces, que sea real al cabo dudo.
Ahí, cuando radiante el filo, agudo
y brillante de la navaja, ¡Cría
de vendavales y fríos demonios!
arremete contra el propio sentido,
lo adormece, para vernos perdidos
para probar el sabor del amonio.
¿Y al final qué, si estamos tan sólos
sin importar a quién le pertenezca?
llegó la soledad, sin que amanezca
sin risas, ni rastro alguno de dolo
y se ha posado a nuestro lado, altiva,
una vez los niños dormidos, ellos
que son lo que otrora fuimos, deriva
de tempestades, pero todos bellos.
Duermen en silencio, ángeles perfectos
mientras, nuestros ojos en par abiertos
tratando de hallar en el techo espectros,
que nos regresen a anteriores puertos.
¿Y al final qué, si sólos estamos
entre las sombras y entre las luces,
bebiendo un trago, fumando tabaco
y después a la cama, a caer de bruces?
No es tuya, tampoco, ¡Cosa de locos!
el trasnochar metido en peroratas,
compartir la cruel soledad de a poco
que en la mirada siempre se delata.
octubre 27, 2010
Me Basta
y la respiración entrecortada,
esa bella imagen me sobra
ahí, sublime, estancada
sin darme nada.
Me basta.
octubre 21, 2010
Apología de la Locura (Auto-Relato #6)
¡Maldita sea! ¿Hora de qué? Sus labios ya se han cerrado aunque los sigo mirando a través del marco de la hoja de papel, que como extraña maldición nunca la pluma ha de tocar y parece ser, que es lo único que al pasar de los años, se conserva blanco. Los ojos cierro en afán de alejarme precipitadamente del ensueño, sin a caso por un segundo conseguirlo. ¡Lo juro, Mujer, que es la Luna y sus encantos, sus magníficos atributos que no necesitan de piernas ni ese punto sublime donde se cierran! ¡Es su lasciva invitación al más profundo beso sin llegar a rozar jamás sus labios! Y empuño con el alma el arma que muy a mi pesar, me han dado las propias noches que me congelan aún en pleno verano; la empuño y tiembla por que al igual que yo es cobarde y escupe su tinta que nunca será letal ni indeleble.
"Ya es hora, Gato, ya es hora". Y prosigue: "Ya es hora de dejar de soñar..."
octubre 18, 2010
Carta a Ninguna Parte
Bien sabes, también que soy un tipo extraño que no habla mucho cuando más requiere hacerlo, que la incertidumbre me da la satisfacción de no saber que hacer, que improviso mi vida, mis decisiones, y que también, si es que sigo los mismos patrones, improvisaré algún día el final de la misma. No te preocupes, no será pronto, aún me faltan algunas cosas por hacer, están bien resguardadas en el baúl de los pendientes. Pero me he alejado y entonces regreso. Te decía que no soy aquel que por pequeños lapsos tiene que lidiar con su "álter ego" (todos lo tenemos, por alguna razón, aunque en muchos casos no haya sido descubierto), yo soy con quien mi otro yo, por más estúpido que parezca, ha de lidiar todo el tiempo, por que en la balanza presenta mayor peso. Pero no creas que con ello, con esta carta plagada de incongruentes y empíricos argumentos, pretendo siquiera hacerme el interesante; intelectualmente bien podría equipararme con cualquier clase de tubérculo que jamás ha sido cosechado, estoy en un húmedo hoyo con la tierra cayendo hasta mis hombros como un sombrío vegetal, que sin embargo dice lo poco que sabe por que así lo siente, no por que en realidad lo comprende.
octubre 17, 2010
Siendo Sincero
un pañuelo que sea de terso algodón,
para que me arranque un llanto fortuito
una vez estancado en el paredón;
un alfiler que no duela al penetrar
la fibra que sangra cuando mundana;
un destello boreal en lontananza
en mi negra ventana queriendo entrar,
a las jambas aferrándose, al dintel,
camuflándose en las hojas del cristal
con el firme deseo de hacerlas ceder
y así, fundirse en un verso amoral.
Siendo sincero: necesito ocultar
mi cabeza bajo la húmeda tierra,
quitarme el rostro, buscar esa guerra
pendiente y resurgir de entre la mar
y su blanquísima espuma impoluta,
mi mejilla rozando, resbalando
y jugueteando entre humeantes volutas
de tabaco, en mi pecho ronroneando;
redescubrir de un golpe esa brisa
que cuando joven, a uno le acaricia
sin pretensiones ni a caso malicia,
sin temor a la calma ni a la prisa.
Siendo sincero: me encuentro jodido
desde el corazón hasta los bolsillos,
desde mi diestro trazo entumecido
hasta mi Luna sin magia ni brillo,
con el alma martajada, sin brío
con miles de flechas en los talones
punzando, doliendo en vil calosfrío,
quemando muy dentro sus aguijones;
con la camisa de fuera, arrugada
sucia por los días y desgarbada,
con el aroma del que todo pierde
impregnado, a eso precisamente huele.
Siendo sincero: estoy ya casi muerto,
esperando de pie la sutil maldad
de esa ebriedad que me lleva al acierto,
al campo funesto llamado verdad
donde las aves los aires no vuelan,
donde las Musas siempre se revuelcan
con el mejor y disponible postor,
sin importar que sea un completo impostor
sujeto a maneras "civilizadas",
a esa enajenación vuelta locura,
de palabras vagas entrelazadas,
que al final del día, serán basura...
octubre 14, 2010
25
con sus mismas noches, he de suponer
mientras yo, a mitad de esta travesía;
quizás menos, quizás más, no he de saber.
El punto es que tan rápido se me va,
se me ha ido entre las manos, ese tiempo
ante súplicas tirano, tan voraz;
barricas añejando sentimientos
y uno aquí el néctar esperando,
con la lengua escaldada y de fuera
con el paso de los años, jadeando,
sintiendo bajo el rostro su carrera
y la dulzura del licor no llega,
no, no del todo, solo a cuentagotas
nimbando al paladar que se relega,
ante la sangre y la boca rota.
¿Qué debo festejar, Mujer? ¿La vida,
lo vivido, este año que ya he perdido,
estas letras por demás abatidas,
la muerte que de a poco me ha bebido?
¡No! Me tumbaré todo el día en cama
sin pretensión alguna de retozar,
a navaja quitaré las escamas
para un nuevo sueño a mi edad encontrar...
octubre 12, 2010
Cavilaciones (Parte III)
por darle al alma un poco de libertad,
aletargar la razón, enmudecer,
abrirle el paso de tajo a la verdad.
El corazón sabe lo desconocido,
lo intuye, desde lejos reconoce
la huella no dada, ese pie empedernido
que gusta del infierno, de su roce.
Bebo pues, escribo y vuelvo a beber
y siento entrar la fría marejada,
la espuma trae tardío el amanecer
entre letras y perlas nacaradas.
No es mi deber, y sin embargo lo hago
desde aquí, desde el mismo aciago lugar;
el mismo vaso, con el mismo trago,
con el vicio mareado de tanto andar.
octubre 06, 2010
Esta Noche
acumula el crujir de las paredes,
de los muebles, de fotos olvidadas,
de alguna araña tejiendo sus redes.
Esta noche, su adelantado frío,
la carencia de pélvica actividad,
esas dolencias impropias de mi edad,
ese vil vacío, ¡Siempre tan mío!
Como la más divina noche oscura,
como las tórridas brasas quemando
esa flor del tabaco, aniquilando
cualquier forma astral, la buena cordura,
los deseos de esa cálida humedad,
las aves nocturnas volando juntas
abarcando con sus alas en punta,
esa utopìa llamada libertad.
Esta noche por demonios labrada
me invita una bebida anisada,
a mirar el dolor por la ventana
entre el silencio convertido en nada.
Esta noche, con su vicio despierto,
no hace más, que sin razón elucubrar
la más cruel necesidad del sediento,
de un oasis en plena crisis encontrar.
octubre 05, 2010
A una Mujer Extraña
el ritmo de tus pechos, tu cadera
tu sentimiento cuando arremolina
la soledad, mientras tu a la espera
sin conocer, has de pisar las ruinas
y sus astillas quebraran la esfera
del viento amordazado entre tu carne,
romperán en suspiros tus anhelos
mientras el frío te mata los huesos
y ya después en manantial la sangre.
octubre 02, 2010
Soy Feliz
aplastado por vuestra zurda bota
y que no sufre ni al expirar hiede,
solo aroma que junto al viento trota
y que después se detiene a contemplar
algún prado verde, sus flores del mal,
su Muerte enraizada, queriendo volar
ante el ánima de cualquier animal.
Efímera es la vida, felizmente
evocada a los tiempos que sonríen
ahí, solitarios perennemente
resguardados mientras la piel se fríe,
chamuscada por relojes insanos
que a todo el mundo rigen, lacerando
las horas, los pensamientos malsanos,
los pesares en el alma acuñando.
Soy feliz, sin saber que así transcribo
buscando en el pecho ese dolo alegre
(dependiente razón por la que escribo),
esa simiente, ese placer agreste.