No cambio

Por nada del mundo

cambiaría lo que he sido:

un cabrón

un poeta

un borracho

un corbarde

y un espeso amante,

pues he sabido amar

en todas mis facetas

y he versado mi vida

tan certeramente

que si tienes dudas de mí

puedes pasearte por mis letras

en ellas está mi ser y mi pecho.

Ciertamente,

algunas veces escribo de forma abstracta

y eso conlleva a restar mi certeza,

porque doy pie a la misma duda y lo se,

pero es mi pecho quién dicta mis letras

y mi pecho es tan diferente

y es mi pecho quién te abraza

quien te ama pues eres tú la cereza

en mi vida celebrando cuál pastel

de cumpleaños celebrando mi mala testa,

mi pretensión al amor real y perenne

porque mi brasa enloquecida te abraza.

También he sido he sido un soñador,

un perseguidor de la utopía,

un hijo de puta para algunos hijos de puta

cuando solo buscaba amar y un amor

a quienpudiera extender mi poesía

sin maquillar y pudiera saber mi musa

para después hacerlea mi modo el amor,

Yo te amo,

desde el primer beso,

desde el primer abrazo

pero lo supe cuando me dijiste te amo.

Es difícil

Es difícil que yo confíe en alguien

pues "alguien" se cataloga como gente,

y la mayoría de la gente me parece

francamente soez y estúpida

y mi ego no admite considerarme

ni como gente ni como estúpido,

me considero un gato y siempre elijo

a quien taciturnamente acercarme

pero siempre tratando de ser bueno,

pues mi alma casi siempre es amable

y se entrega sin pedir algo a cambio;

si yo me entrego es por condición natural

de lo que creo y del talante de mi ser,

que parece ignorar todo sufrido mal

y el latido siempre tan vulnerable

que ha sido también mi escudo de armas,

mi sello inevitablemente personal

dotando de rosas una tumba con su ramo

de fragancias imprecisas y extrañas.

Pues más que un poeta vil y un borracho,

me he dedicado a amar y soy un amante,

y un amante solo es un ser que ama

y no un miserable segundo frente,

yo he amado y sigo amando si mi corazón

tiene una musa en quien confiar

y una mujer que me haga ser mejor

y sonría conmigo al despertar

porque el mayor de mis traumas

consiste en despertar desnudo y a solas

pues me derrumba mi propio mar

y la ausencia, con colorete en las mejillas

se me hace presente y me hace triste

y me debato entre mis propias olas.

Sabes, la lágrima no responde

cuando pretendo que venga por mí

en mi auxilio, cuando la necesito

y esta letra me palpita y no se esconde

porque hoy no he sido un tipo febril

ni siquiera escribiendo en mi escondrijo,

pues yo en ti confío, en tu trinidad:

"tu pecho, tu cuerpo y tu talante",

confío en ti y en mí a pesar del mal

que cada uno trae a cuestas

dados nuestros idealismos insoportables

en los que todo nos eriza la cresta.

Yo confío en ti, lo supe de cierto

desde el primer abrazo 

y desde tu beso a quemarropa,

fue por eso que lo acepté aún temeroso;

yo intuía en ti una belleza distinta

y un amor que sería esplendoroso

reiterado después en tus labios,

desde que dormí junto a ti sin ropa

y no necesite del verso ni de la tinta

para ser quien soy a mi modo.

Dos cosas

Hay dos cosas que me aterran:

la duda y el silencio

eso lo tuve claro entre los bares

cuando dejaba de sonar la música

y yo ya estaba demasiado ebrio

cuestionando mis recientes decisiones

y entonces la duda me apuñalaba.

Es por ello que escribo pues el verso

no hace más que documentar mi vida

contada desde lo más certero

que he podido ser a pesar de mis vicios

y de la insensatez que en mi denota

cuando siento con las tripas

y relegó el latido de mi corazón.

Escribo porque es justo ahí

donde tarde o temprano me encuentro

cuando me leo y es así entonces,

que comprendo mis andares, mis pausas,

mis enojos, mi amor siempre arrebatado

y la necesidad de hacer el bien

aunque a veces haga daño mi letra,

aunque jamás ha sido pretensión mía.

Pero sabes, tengo un talento

que nada vale para el mundo, pero es mío

y también es una necesidad burda

que actúa como válvula de escape

y que me resulta como autoaprendizaje,

pues en todas estas peroratas nocturnas

solo soy yo, desnudo y escribiendo,

despeinado y algunas veces ebrio

pero siempre apasionado de mi latir

porque eso me diferencía del mundo

y yo no quiero pertenecer a la horda vil

de imbéciles que viven por inercia,

porque yo tengo un corazón distinto,

un corazón que no da tregua

ni admite la duda en lo que siente,

un corazón que late a quemarropa

enamorado y que jamás sabrá del silencio,

porque latir es su estoica misión.

Estoy sumamente cansado

y sé ahora mismo que debo dormir

pero mi alma se sabe inquieta

y mi corazón ha soltado una lágrima,

pues hoy germina el silencio y la duda

y mi corazón tiene miedo.

Un alacrán

Un alacrán ha picado con su cola

su propia cabeza

justo entre la candidez de sus ojos

y se ha echado a andar al rincón

donde la noche sueña con lo eterno

y con su febril hermana llamada muerte

donde todo acaba para volver a empezar

aunque no siempre resulte así.

Ahora mismo el poeta prostituye versos

a cambio de espantar el hambre

y la puta por fin da besos en la boca

los chulos dan seguro social a las putas

y el poeta se rehúsa a besar los labios

de la puta porque compartiría el hambre

y prostituiría también su beso.

Una hiena se ríe de ella misma

frente al espejo de la media noche

se ensimisma ante tales imágenes

y se devora las propias ganas

comenzando por las patas y las tripas

hasta que huele su propia sangre

y sus venas y su carne reventadas

cuando justamente amanece.

El poeta toma nota y escribe sobre ello

después de enjugarse los ojos y el alma

y lo hace con vehemencia si muere

y arremete contra la vida con su verdad

pues la cree cargada de certeza

y de esa extraña belleza que nadie ve

porque el mundo hacia otro lado mira.

La mayor de mis franquezas

La mayor de mis franquezas

ha sido y es aún,

aquella que nace a partir de lo escrito,

porque ha salido de mi pecho

y desgraciadamente,

se filtra por mi razón y en ella,

no se admiten oraciones ni la cruz

incondicional de todo lo sentido;

en ella se revuelve el hecho y el desecho

siendo mi contraparte demente.

Y es ahí donde no logro ser claro

tratando de mezclar agua y aceite

y a pesar de amar tanto,

del amor tan poco entiende.

Pero tengo una chispa entre mis versos,

a pesar del poeta de pacotilla que soy

y jamás la dejaré morir ante los soplidos

de aquel viejo lobo llamado viento

ni dejaré que la vida calle mi corazón,

tan enamorado de lo que ha sentido.

La vida no puede ser bella sin amar,

pues la belleza es un romance eterno

para los amantes y para los enamorados

del amor y de la misma ola de mar,

para quien precisa instantes etéreos

que solo caben en la nitidez de su abrazo.

La mayor de mis franquezas

es la que abraza y la que besa.

Yo siempre quise

Yo siempre quise un amor increíble,

una mujer que me hiciera crecer

desde su autenticidad y su pecho,

una mujer que sin embargo fuera vivible

para mí y me arropara en su ser

cuando me encontrara deshecho;

yo siempre quise un amor inexplicable,

una mujer que tirara el ancla a mi barco

y me quitara el timón aún siendo capitán,

quise un amor tal para mi pecho entregarle

entre mi letra y la delicadeza de mi mar

para salvarme de latidos malvos

de los que no sabía cómo salvarme.

Yo siempre quise un amor como el tuyo,

de esos que son irrepetibles,

de los que te hacen ser mejor cada día

mientras te sacan canas verdes

y en el qué te sabes hasta el culo

de enamorado porque no te perdiste

de su amor, de esa extraña ambrosía

que resulta en amar mientras ella te muerde

los labios y araña tu espalda

y cinco minutos después

duerme junto a ti y te abraza

mientras tú miras sus pies.

Yo,

nunca habría sabido 

que te quería sin tu beso aquella noche,

en esa calle tan oscura

en la que para mí salió un sol;

tampoco habría de tus labios sabido

si no hubieras causado en mí un derroche,

sin tampoco saber que serías mi cura.