noviembre 29, 2012

De mis 21 gramos

"Toda mi alma sabe a sangre,
a tripas,
a colillas de cigarro que no he fumado yo..."

María Alvarado.

Inmerso en el eterno vaivén,
en el espeso trajinar
de lo que ha sido y es 
terriblemente llamado historia
se ha venido secando la mar.

Siendo una bala de cañón
busco a toda costa una pierna
que desmembrar,
un brazo, un pulgar en lo alto,
la torre del latir inclemente
que quiere callar.

Soy más que un verso
cargado de sombras y tinta,
de adicciones y pasiones
que viven después de extintas;
soy más que el blanco del hueso
que delata mi mortalidad
y el mutis perenne de mis canciones,
sentado a la orilla del tiempo
malgastado en la fatalidad.

Y sin embargo nada soy
y mi letra nada sabe de oropeles
vendidos al mejor postor.

Esta noche tan sujeto a la marea
del océano que muere pronto en la boca,
he de alistarme al sueño que evoque
el fuego prendido en mansas chimeneas,
aquel lugar perdido donde las rocas
salgan libres de las olas y su estoque.

Mi alma no ha de medirse
en escalas enanas cual gramaje,
mi alma se reviste de plomo,
del veneno que no advierte
mentira en la olla del gnomo,
en lo vilmente fantástico de la suerte;
mi alma se mide en un soez tonelaje.

noviembre 28, 2012

Sable en mano

"Si la angustia no tuviera
tantos meses,
si pudiera huir de esta ciudad, 
si el milagro de los panes
y los peces,
consiguiera darnos de cenar..."

Fito Paez/Joaquín Sabina.

Sable en mano, entretengo
las fauces del lobo
que intenta tragarme,
cuando ha de hallarme
sólo, taciturno, tambaleante,
cuando ha de ser mi carne
la que late entre el lodo.

Y no es la soledad
la que a diestra mata,
es el peso de la aurora
recayendo sobre la espalda.

Quizás me abandone
a la feroz lejanía
donde retoñan felices
los abetos en secrecía,
o me enfrasque en una botella
a la par de una horda de pecatrices
con vocación de doncellas.

Y no es el silencio
quien me calla,
es el gris vocerío
envuelto en la nada.

noviembre 26, 2012

He de cobijarme en la noche

"She eyes me like a pisces
when I am weak..."

Kurt Cobain.

He de cobijarme en la noche, 
en la espesura de las sombras
sin temor al tiritante reclamo
de los labios vueltos sangre
besando el mar en caracolas.

También mis puños tiemblan,
se sonrojan claramente mis sienes
ante el despertar de la vida
dormida bajo la cintura
como incandescente serpiente.

Sabéis de mí las debilidades.
lo borracho que soy, lo pusilánime,
la tenue eternidad en mis dedos
del tabaco, mis malvas ojeras,
mis prematuras canas, mi credo
sin razón, mis ganas certeras
de andar yendo y viniendo
con el semblante frío y taciturno
con la melancolía en mis maletas
repletas de andares nocturnos.

Pero sin duda soy más que eso,
soy el viento erizando tu piel,
soy la sabia que lubrica tus labios,
el poeta sin gracia, el loco aquel
que en amores nunca fue sabio
y sin embargo, se enfrasca en la pira
radiante cuando piensa,
que por un instante le miras.

noviembre 23, 2012

El cementerio bajo las sienes

Es la guadaña de la Luna en lo alto
quien se llena de otoñales vientos
y orugas reptando por su costado.

La blancura de unos pies descalzos
andando tan silentes y desiertos
a mitad de un camino empedrado,
la locomoción carmesí de la sangre,
el temblor de una costilla herida,
la cálida avidez del hueso a la carne.

Es la Muerte distante y hermosa
quien me llena la boca de versos
y flores acechando mil mariposas.

El cementerio bajo las sienes
rebozando de una vida caduca
al ritmo voraz del delirium tremens,
la huella inveterada del que escribe,
la ignorancia del que todo sabe,
la presteza del que sólo vive.

noviembre 21, 2012

Me cambio los zapatos de diario

"Ser poeta no es una ambición mía, es mi manera de estar sólo".
Fernando Pessoa.

Me cambio los zapatos de diario, 
mando al diablo la corbata
y vuelvo a la misma silla
en la que descansa mi sudario.

¡Qué duro es ser la piedra
que nocturnamente abrazan
la carne y las furiosas olas,
qué triste es perder la guerra
cuando las flechas no alcanzan
el pecho envuelto en fumarolas!

Busco a toda costa la Luna,
el vaso de siempre, el tabaco
sujeto la Muerte de mis labios
y una Musa dispuesta y oportuna.

¡Y yo que no puedo ser
aquel chaval que antes fui
con su pelota y su guitarra,
con su violencia y su neceser
repleto de besos carmesí
carentes de lazos y arras!

Me he anclado en el pasado,
en el tren a ninguna parte,
en la ebriedad y la letra,
en un gris ritmo valseado.

¡Nunca pretendí ser poeta,
ni busque bajo las ropas
de la vida un par de pechos
cual razón conciliadora de esteta,
ni beber de la noche las copas
en las que naufrago vil y maltrecho!

Pero rezad por mi una plegaria,
una novena, un manso te quiero
si es que esta noche solitaria
me embauca y después de ella muero.

noviembre 20, 2012

Se necesita

"Se ha venido cumpliendo la profecía,
de niño a hombre, de hombre a gato,
de gato a humo coronando la nada".



Se necesita más que amor en el mundo,
se necesitan más ojos, más oídos, más carne
azándose sobre el carbón de la pasión,
se necesitan manos, lenguas, campanillas,
pies descalzos con vocación de vagabundo,
se necesita desesperadamente más arte.

He tropezado mil veces con la Muerte
al despertar de dulces sueños con resaca,
siempre he abandonado a suerte
el nacimiento de una chispa de esperanza
para mostrarme como eternamente he sido,
para escribir como acostumbro, vencido
por mi queda voz que canta de noche
una tragedia que busca ron y derroche.

Y necesito a Bukowski, embriagrarme
de una suciedad cierta y límpida,
a Baudelaire, la estrofa ríspida
que elucubre a Poe hasta hartarme
de ese don preciso de la vida
puesto en el Poeta que claudica.

Se necesitan más que buenos deseos,
se necesitan caricias, abrazos sinceros,
una pizca de condescendencia, blancos huesos
a medio roer por vendavales certeros,
sonrisas mascaradas por sinistros levantes
que nada saben del punto y aparte.

Y necesito más que a dios a mi hijo,
al tabaco que llevo en los labios,
la botella de ron bajo el brazo
y esa ausencia en la que me cobijo.

Se necesitan más que tecnologías
y medios electrónicos para decir
que del "ser vivo" queda una apología
dispuesta antes de ser a sentir.

Y necesito una tumba con cirios,
un epitafio cruelmente certero
y una Mujer de Mar en deilirio,
cuando el otoño es más severo
y las hojas pronto caen tendidas
a mis pies, en estas horas indebidas.

noviembre 15, 2012

He estado bebiendo

Mi poesía es tan franca
que no espera nunca nada.
Una maldición, un zapatazo
o encontrarse con un alma cercenada
me da vanamente lo mismo;
pero es la vaguedad puesta
en mi razón la que cuelga
a media luz del cinismo.

Nada vengo a decir
que no se haya dicho,
sólo vengo a sentir
y a ponerme en entredicho.

Es cierto, he estado bebiendo
esta noche como tantas otras
acuñando mi verso en caracolas
en las que no se oye el mar blandiendo
las rocas, sino un par de autobuses
rugiendo sus motores entre cruces.

Y cuando el mundo
calla y en él todo se mueve
escribo con la ilusión
de ser y estar vivo,
como una reacción que a tinta
mata y a tinta muere,
prendida de interrogación
y una tercia de puntos suspensivos.

Pero he de callarme ya las manos
que tan ciertas y desiertas
me envuelven en el latido inhumano
de las tumbas sin flores abiertas
cuando en la locura me sano.


noviembre 12, 2012

Después de Muerto

Después de muerto,
con mi chaqueta negra
que ha perdido mil batallas
y este latido en metralla,
he venido a apostar
la terrible daga
que me dejó tuerto
y vacilante ante el frío
que se aproxima
a los huesos como plaga.

Por que me miras
a pesar de la sombra enjuta
que acontece mis hombros,
en la desesperanza maldita
de esa esperanza en cinta
que ha de parir entre escombros
del manzano su pécora fruta.

Y tus muslos abiertos reclaman
mi luz y mi verso enreverado
cuando tu nombre clama
por ser en mi ebriedad venerados.

Pero muerto estoy, como los dioses
a los que no les llegan guirnaldas
ni el aroma insurrecto de las flores,
como la noche más fría apagada
en el lecho de incandescentes amores.

Y eso me duele Mujer,
si es que para ti escribo
pretendiendo que vivo,
huyendo a toda costa del ser.


noviembre 06, 2012

No hagas caso de mi pecho

Y si alguna vez me da un escozor
y comienzo a pensar en tus piernas,
en la unión adolecida en tus labios
que imagino en un tono marrón,
en el cuadrante de tus pechos
cuando se cansan del sujetador
y penden de tu brisa y tu ensueño
deliciosamente, como las aves
que de mí vuelan sin reserva y sin tretas,
no hagas caso de mi pecho
pues me tienden una jugarreta.

Puesto que son tos ojos
mar bravío con su arrojo
de sensualidad y ternura,
esa misma llaga sin cura
que surcando la oscuridad
viene empeñando la beldad
frente a mis manos impuras
plagadas de una desafortunada
y triste caricia llena de verdad.

Y sin embargo te hago mía,
en esos instantes que hago eternos
bajo la luz artificial que alumbra
la precariedad que me vuelve verso
y una caricia en la penumbra
de este ser mío en los huesos.
 

Entre tus labios y los míos

Entre tus labios y los míos
ha de relinchar la latidud
que crece a lo lejos con brío
para aniquilar del todo la virtud.

Pero entre el etéreo espesor
de mi ebriedad y mis bajas luces
han de caber las miles de dudas
que de noche coronan mis cruces.

Y me carcomen las voraces sombras,
los millones de latidos perdidos,
la vaguedad, las imperiosas letras
y este mío azar incomprendido.

Por que me muero sin morirme
del todo, como hacen las rosas
que se han convertido en polvo
para viajar de una forma imperiosa.

Entre el amor y yo, habrá un trecho
en el que no galoparán corceles
con sus blancas crines gloriosas
si han de surcar un cielo de oropeles
en los que tu carne saldrá airosa
de tanta tinta expuesta en mis papeles.

noviembre 05, 2012

Estas terribles ganas

Ciertas noches, antes de dormir
precisando los pasos, tambaleantes
y ajenos a mi naturaleza de vivir
o morir, sin más, he de atarme
la soga al cuello, pretendiendo
que si caigo he de hacerlo
con la consigna tras de mí
del "jamás" para levantarme.

Y de este vendaval que llega
del más cercano y supuesto
norte, traigo ya la escarcha
y un triplete de arrugas en la frente
como anunciando lo funesto
que es el amor y la muerte.

Pero no es el demonio
sino estas terribles ganas
las que a estas horas me matan.

noviembre 04, 2012

Quince minutos

"...He vuelto a ser aquel cantar del aguacero
que hizo casi legal
su abrazo en tu cintura..."

Silvio Rodríguez.



Sobre los cielos una nube
proyecta grises y algoritmos,
ininteligibles signos
vueltos labios y sombras
sin suicidas gotas.

Le abro la puerta al demonio,
a su voz enjuta de viento
mientras afilo la hoz de una Luna
clavada entre el oído y el silencio.

Vuelvo la vista al espesor
del mar bajo los párpados,
al rugir del huracán que ha arrancado
sin moral tanto suspiro de tajo,
buscando orígenes y claridad
dentro del negro más etéreo.

Y ahí mismo y a ratos de ángulos
rectos en los relojes infinitos
me entretengo rebuscando nadas
encalladas entre luces de bombillas
y los dragones que charlaban conmigo
al concebir, en igualdad de condiciones,
su combustión y su vuelo perdidos.