mayo 31, 2011

Entretanto

Entretanto duerme, sueña,
dispérsate un segundo
de mis manos, de mis ganas,
de la copa que llevo a mis labios.

Deja que el viento de mi noche
se filtre entre tus sábanas
para borrarte una lágrima
antes de llegar a tu pecho,
que sea mi verso el que brote
de las sombras y desangre
la Luna en la que yago muerto.

Deja la ausencia en mis huesos
clavada, la necedad de Sísifo
vuelta necesidad, la hora lejana
en que una mañana desaforada
por fin te mire a mi lado despertar.

Pero duerme amor,
duerme serena,
sueña con lo tangible
y no con mi verso
anhelando tu cadera.

mayo 30, 2011

Contigo

Y aquí me siento, siempre
en el mismo tercer peldaño
de esta escalera siniestra,
bebiendo Ron, fumando tabaco
y una pasión que reverdece
justo en la mano llamada diestra.

Hay un ratón en casa
que no me preocupa,
le he dado a roer toda la despensa,
mis poemas, la incivil traza
que tengo de poeta
y mi pecho tan de ti a expensas.

Soy, de la Luna el ombligo
que nadie nota a media luz
y estas irremediables ganas
de estar a media noche, contigo.

mayo 29, 2011

De este lado

De este lado, miles de cabezas
claman por encontrar su cuerpo;
y no hay luz, no existe el día
cuando el cenicero está cargado
de los propios huesos, de vaguedad
de una Luna que en su curva
me acurruca y me describe tu pecho
hablándole del ruido al silencio
que por la mitad nos parte.

De este lado, te busco recostada
bajo la sombra de un manzano
ajeno a olas, a llegadas a deshoras,
al furor de encontrar bajo mis labios
el ave que canta en tu vientre.


mayo 28, 2011

Amén

Que se la Luna quien juzgue
el desacato del pecho que vibra,
entre gozos y dolores
de tierras y mares impropios;
que sea ella, quien repare en esquirlas
que lloran y dulcemente sangran,
en el silencio del duelo propio.

Que así sean, los pechos desbocados
con las manos que nunca llegan,
los versos en la garganta resonados
a media luz, a media voz doblegados.

Que así sean, tus bordes que imagino
tan sujetos a la nada, preciosos, precisos,
cuando el sol me despierta, y vivo
anclado al sopor del vientre que espera
ahogado en esa belleza que no he tenido.


mayo 26, 2011

Esta copa

Esta copa, carente de Luna envilecida
solamente y sin más me incita
al sopor de hallarme entre tus muslos,
embriagado y con el pecho desnudo.


mayo 22, 2011

Pretensiones

Hay gente que dice
que yo debería
regresar a la escuela.

No entiendo por qué,
si lo que yo pretendo
no es la cultura y su lengua de seda,
sino toparme con tus labios
de frente, un día cualquiera.


Pido ser

Pido ser del viento, la ráfaga
que no elucubra y llega a tus labios;
de la noche, la oscuridad
que repta y atañe a tu cintura
el crepitar insomne de mis manos
cuando no encuentran tus senos.

Pido ser del mar, ola creciente
rompiendo en triste marejada
el umbral que no traspaso;
de la lluvia, la brisa estridente
del silencio atado en tu cabello
a mitad de la noche perpetrada.

Pido ser de tu boca, verbo conjugado
en fuego, brasa labrada al sol,
dulce tristeza acarreada en tu voz
encendida en tu beso, la esperada hoz
que me corte las manos, arrebol
de luna a lo lejos de latidos maculados.


mayo 20, 2011

Déjame ir

Déjame ir, donde tus caderas
marquen sin metrónomo el ritmo
de la noche más callada,
sin ceremonias ni paganos ritos,
sin deudos ni mejores postores
de la letra que se ve apagada,
ante la lozanía de tus veredas
y disfrutar de propios estertores.

Déjame sembrado en ambrosías,
en un nuevo amor que sabe añejo
con el curso de tu boca y de tus días,
que no llegan del todo a mi boca
cuando percibe un lejano reflejo,
que me basta para decir te quiero
aquí, ahora mismo, conmigo adentro.




mayo 19, 2011

En tus ojos

En tus ojos, un eterno rosedal
diurno siempre empecinado a florecer
de noche, dispuesto siempre a adolecer
las palabras con sabor a funeral.

En tu boca, la miel de mil abejas
sin vil ponzoña, ahondando en la dulzura
del tacto de tus manos sin costuras,
mientras el bravo mar de mi te aleja.

No soy quien, para hacerte siempre mía
en la penumbra de la noche alada,
en mi mano que te extraña sombría.

No soy quien, para mantenerte atada
a un clamor a costa de luz de día,
traducidas en mis noches manchadas.


Son tus versos

Son tus versos una daga
que gustoso clavo en mi pecho,
y la Luna por la mitad partida
ha de hablarme de tu vientre
embriagado de tinta y locura,
de este sueño de sujetarme
a la candidez de tu cintura.


No ha de alcanzarme

No ha de alcanzarme el lenguaje,
la luz del sol al medio día,
la catedral con sus santos todos muertos
ni la Luna completa en mi vaso
recitando versos al pie de los estragos.

A todas luces este pecho
ha perdido el brillo,
buscando reposo
bajo la sombra de un árbol,
con la mirada perdida,
embriagada de tanta lontananza
sosteniendo un par de cipreses
que buscan pintar el cielo de verde.

Mis dedos, arrullan dolencias
que no gritan ni mueren
auspiciadas desde el origen,
por el silencio alojado en mi lengua
en el que baila de noche tu nombre.

Desespero, es verdad y me abandono
al sol después del fiero vendaval,
de la lluvia que mi candor enfría,
me abandono a pensar en la piel
de tu espalda, de tu luna
en mis ojos, radiante y nacarada.

No ha de alcanzarme el aliento,
las volutas del humo pretendiendo
recrear mansamente tu cuerpo,
iluminando la nocturna escena
que entre desazones me enmarca,
enmarañado y atado a un verso
donde poso sin reservas mis labios
cuando busco los tuyos, sedientos,
cuando más preciso un beso.

Mi boca canta tonos menores,
con la voz que no tengo
lanza una red a la mar
sin intención de atrapar peces;
canta y con un denso oleaje
se confunde, entre vaivenes
de sangre estancada en las venas
y la salinidad de la hora marcada
en que más ansío aquí tenerte,
mientras no tengo nada
ya en los huesos que me sujete.

No ha de alcanzarme la aurora
para coronar con ella tu frente.

mayo 16, 2011

De ti y de mis manos

Esto de andarte buscando las manos,
donde mi beso pueda posar los labios,
ese pecho mío ahogado en ecos,
el golpeteo de la lluvia de mayo
irrumpiendo por mi ventana.

Esto de no poder emular
a la Venus de Milo,
para no perderme entre versos,
para no recrearte en el papel
tan cargado de sal y de viento,
repleto hasta los huesos
de una Luna de bordes blancos
para no escribirte tanto a oscuras,
esta noche en que me sobran las manos

mayo 14, 2011

Así debe ser

Así debe ser, lo han dicho los sabios
que nuestros pasos han ya precedido,
lo ha dicho la luna, el sol enrarecido
cuando ha intentado rozarte los labios.

Al amor, no es bueno nunca hacerle amor
con el ancla postrada en la distancia,
con la espera de sutiles fragancias
que interpongan freno al ardiente clamor.

Y yo, tan ortodoxo y borracho
imagino tus labios bien abiertos,
el recreo vil del verbo en su acierto
mientras estas entrañas deshilacho.

Yo, en Ron difuminado espero en calma
tu rosa, tan bellamente versada
taladrándome la cabeza ahorcada
y destrozándome a puños el alma.



mayo 11, 2011

No preciso que amanezca

Traigo en mi cuaderno seis besos
perfumados de salvia y alquitrán,
de licores caña y malta,
una pluma que no pinta sino verdad,
dos poemas que no alcanzan
tus ojos, un hormiguero de letras,
que al frío del papel se enganchan
por doquier,
marchitas,
necesitadas,
sombrías.

Traigo en él, la boca bajo mis mangas
el palpitar de la noche vuelto páginas
sin hallar ese sol que un día dibujé
tratando de entrar, de calentar el alma,
ese sol que te descubre del sueño,
inocentemente en su abrazo, bello
cuando yo apenas duermo
deshilachado por la noche,
desentrañado de la razón.

Y sin embargo,
entre tanto verso
no preciso
que amanezca.


mayo 10, 2011

Nosotros

Nosotros, los que mordemos el polvo
tras sacudirnos el alma de desdenes,
de belleza que no es del todo bella
por habitar de noche en labios ausentes,
entre los dedos que rasgan el aire
taciturno y la hoz de una luna silente.

Mientras tanto miramos las piedras,
les hablamos durante un rato,
sin escucharnos,
sin más que las propias olas
desgastándonos la cabeza.

Nosotros, los que a ciegas buscamos
perdida en la aurora la gloria
de un verso más humano,
una costilla que no sea de barro,
un rincón donde agazaparse
desnudo y sin astillas
encajadas en la espalda,
tan tibiamente martajada.

Pero llega el sol a derrumbar
con el alba nuestros castillos
elaborados de humo y fina arena,
y la piel nos ha de resecar.

Nosotros, los que el pecho sentimos
cual Roma en tiempos prósperos,
invocamos la locura de Nerón
y el arrebato desencajado
de la distancia en la que nada hacemos,
sino marchitar el reloj
y aquello que sea venidero.

Pues nos tenemos, a lo lejos,
y tragamos témpanos de hielo
que nos atraviesan las gargantas
cuando más oscuro es el cielo.







mayo 09, 2011

Me envuelvo

Y yo que no puedo tocarte,
con mis manos manchadas de líneas,
de tabaco, de incienso quemado
que al amanecer, reclaman tu pecho
al caer de su cima las copas,
entre el canto matutino del gallo
que me encuentra del todo desecho.

Amor, se dice del verbo
que duele aunado al verso,
a la Luna escrispada,
como mi espalda
cuando me encuentro sediento.

Y no diré más nada,
pues el viento me come las palabras
y el horario mismo,
este divino privilegio de estar entre tus manos
rozando entre tus labios el firmamento,
mientras no digo que te quiero
y lo contrario es,
mientras de tu todo me envuelvo.




mayo 08, 2011

Oferta

Cambiaría todos mis malos poemas
por un pequeño arsenal de pastillas
parar poder entre un dulce sueño dormir.

No son gran cosa, eso bien lo sé,
cuando al mismo vicio me aferro,
siempre nocturno, y no pretendo vivir.

Pero los cambiaría, en una subasta,
dentro del polvo de una venta de garage,
por el elixir contra el peso diario de existir.

Cambio un alma ciertamente dolorida,
trasnochada, vilmente empedernida
por la sombra precoz de una infancia
a golpe de machete concebida.


mayo 07, 2011

A ti te escribo

A ti te escribo,
sin que me importe siquiera el mundo
ni el vicio que llevo en mi maleta,
faltándome un botón de la camisa
y aferrando una Luna a mi cabeza.

Y tú, siendo de sombras Mujer,
y yo hombre y gato a la vez
tan dispar, por naturaleza sucio
y obsceno, anclado a un pedestal
donde el orador no tendrá nunca
la fuerza del mar ni su remedio.

Pero a ti te escribo, desde la arcilla
que ahonda mi raíz, con mi aliento a caña
y a la espera del sol del mañana,
ese que no queme y los huesos me caliente
cuando mi verso se halle frío y silente.

He encontrado esta noche una rosa en tu boca
y la he guardado en mi tibio pecho,
se ha deslizado por mis manos, por mis dedos,
entre el aire anclado que busca tus huesos
y el ardor de ese sol ralo y sumiso
que nos devore a bocados.






mayo 06, 2011

El eco del viento

El eco del viento
hasta aquí te trae,
cuando la camisa me quito
y el verso en mi se anida.

Pues mis palabras
no son mías ya
sino prontamente tuyas,
y la Muerte me cala
en el resquicio donde
mi pecho late y late,
buscándote la boca y las manos,
buscando en tu letra,
mis pulmones ahogados.




Hace tres copas

Hace tres copas, desde mis líneas
-las últimas-, un centenar de hojas
blancas ensuciando del cesto la basura,
y en el mismo inicio he encontrado el fin.

Hace tres copas, desde que el mar
por rehén, sin más me ha tomado
y me obliga a escuchar el latido
donde la tierra el verso clama
por ser el juez y la contraparte
de ese llanto al que no me entregado.

Hace tres copas, desde la escalera gris
hasta tus sueños arbolados,
que me aventajan por estar
más cerca de Venus y de Roma,
que intento decir y nada digo.

Hace tres copas -o cuatro ya-
que intento llegar al lecho
donde yaces tiernamente dormida
entre apasionados vaivenes
esperando la luz del día.

No estoy sólo

No estoy sólo y me asusta la noche,
tan precisa, tan oscuramente radiante
y a la vez, tan vaga y efímera;
tras el escudo parcial de mi vaso
en sus bordes me quiebro y
entre el humo que se eleva me agazapo.

Dormiré con tu nombre en los labios,
con tu cintura entre mis manos
y con el pecho una vez más destrozado.