noviembre 30, 2014

Mis condiciones

Mis condiciones están sobre la mesa
mientras mi mundo poco a poco se derrumba
y en tus ojos que tanto me miran, una chispa
de avellanas irradia cierta complicidad
que apunta al horizonte y a los tibios lugares
en los que mi sonrisa ha estado en cinta.

Nunca he pedido demasiado de una mujer:
que me lea, que esté parcialmente loca
y preferiblemente, de piel tersa y morena.

Sin embargo, tú que cumples a la letra
todas mis condiciones, un tanto me asustas
y otro tanto, me mantienes a flor de piel
escribiendo aunque esté desangelado.

Mis esqueletos en el armario

Contrario a todo aquello que se piense
malintencionadamente contra la ebriedad
puedo decir a mi  muy cuestionable favor
que sólo me encuentro radiante y febril
inmerso entre la noche y estando borracho.

En el vaivén de las olas cancerígenas
del mar, sólo el hombre que bebe a solas
en el trago ha de encontrar hermandad
y el mejor e infaluble de los antídotos
para no ponerse en las sienes una pistola
claro está, que esto no es siempre.

Mis esqueletos en el armario tiemblan de frío
cuando esta apología padece escalofrío.

Dádiva

Pronto han muerto los álamos
y en el tronco ya hueco de uno de ellos
se recarga un hombre sin una pierna
sonriendo la vez que va mendigando.

Le brindo una moneda
mientras la muerte tras de mí deambula
jovial y a paso calmo.

noviembre 29, 2014

En la oscuridad que me abraza

Lo cierto es que te debo un poema
y un par de abrazos a manera de sol,
o de luna, y también una buena borrachera
con cigarrillos y rumores rondando
por aquí y por allá, cual humareda
de demonios que sonríen naufragados.

Mucho te debo y no estos simples versos
sino tu compañia en la incivil agonía
de hallarse en un mundo ajeno casi sólo
y embriagado de flores de caña y alquitrán
que sin embargo me han sabido a ambrosías.

Pues bien, aquí estoy y si te pienso
irrevocablemente mi pecho podrido ya
articula un te quiero bañado de sal
a pesar de este cielo rojizo y terso,
pero el mundo es un sitio cruel y huraño,
y en él tu sonríes y algunas noches detienes
tu andar para decir que me quieres, cuando
me encuentro más que embriagado, buscando
estrellas en el fondo de mi espeso mar.

Y es entonces, cuando más te quiero
a la luz de mis cansinas y eternas velas
evocando un pasado envuelto en el cielo
naufragado entre malas noches y un vicio
que me lleva a escribirte, por que más no puedo.

En la oscuridad que diestramente me abraza
hay un resquicio de luz reservado para ti
y la brasa tibia del verso llegada el alba.

                                                Para Sharom Arroyo.

Hemingway era un sabio

Hemingway hablaba del destino
-de aquel trágico e inevitable destino-
en el que el mundo nos terminaría
-de buenas a primeras- matando
y ante esta bandera verde, blanca
y roja que ahora mismo es mi mundo
doy fe de la metralla a plena luz del día
de este presente letal que en sangre se esboza.

Hemingway era un sabio
ahora lo sé
México, también lo sé
está podrido y es un espasmo
continuo producido por el asco.

noviembre 27, 2014

Ni los más blancos sueños

Todo aquello
con rastro alguno de frescura
no es más
que un despojo
de donde antaño
hubo espesa locura
y un crujir a media noche
recaudado entre el pecho y las manos.

El artista no es más que un equilibrista
contratado por una necesidad equiparada
con la esencia del más lúgubre de los cirqueros
o con la vaguedad del casco y de las botas
que cargan penosamente y cada día
el espeso trajinar de los obreros.

Tu eres muy linda
-siempre me lo has parecido-
y no entiendo por qué tu gusto
por los artistas bajo los suelos
si en la blasfemia nunca jamás
habrán de acurrucarse febriles
la certeza ni los más blancos sueños.

*A Sharon Hernandez.

noviembre 26, 2014

Debe ser normal

Escribí cien poemas desde el borde
de la locura que hallé febrilmente
metido en tus caderas mientras libaba
un poco de tu alma y de tus senos
entonces debe ser normal
que en noches como esta
te piense y te eche de menos.

Es la primer copa

Es la primer copa
y tengo una rotunda impresión
de que todos los grandes sabios
yacen en manicomios
o están muertos
o en la carcel
o tal vez anudando la soga
que un día cualquiera
les abrazará firmemente el cuello.

Hoy he cenado un huevo frito
y el veredicto  final y autoinfligido
me lleva objetivamente a pensar
que no puedo ser más que un pelmazo
mientras la mesa de la cocina tiembla
tristemente entre sapiencias y ausencias.

He conocido genios que sonríen bajo las sombras
por que han sabido encontrar su propia luz
como una perla dentro del nácar de su concha
y entonces me pregunto si serán también sabios
o igual que yo cuando apenas bebo un trago
y una chispa, brota entre mis manos que no es
sino un reflejo arcano en esta terrible y fría
necesidad de la propia necedad del ser.

Mucho me dista la sabiduría pretendida
o el trazo maestro del verso que me sigue
cuando a ninguna parte febril me dirijo
y no así las ganas de las paredes acolchadas
o de habitar los cementerios
o de hacerme encerrar entre barrotes
o de cualquier día de éstos
darle un uso mejor a la corbata
que anida a diario la delgadez de mi cuello.

Debo servir la segunda copa
y aflojarme un poco el alma
el corazón y las ropas.

noviembre 23, 2014

Poema de amor sin amor

A este poema de amor
le sobra demasiado pecho
y en la misma proporción
le falta amor
y un par de piernas
abrazadas a mi cuello
apuntando directo al sol
o aquella noche
que prometió hace años
ser reconfortantemente eterna.

Y ya me ha dado la una
y en una hora más serán las dos
y yo, con todo este arsenal de combate
contra la misería de mis días
enfrascadas en botellas de ron
me defiendo de la sobriedad
y de la carestía
embriagado de lo que ahora mismo soy.

Sin embargo, necio y borracho
persisto en hallar el lugar donde mi barca
logre anclar a merced de vaivenes
de agua clara y bocados de luz
para el leviatán que traga mis peces.

Tengo este poema de amor sin amor
un centenar de caricias en la despensa
donde guardé a Cristo en su cruz
y las ganas de sentir un rayo de sol
metido entre  la gloria de un par de piernas.

Toda esta basura que escribo

Después de todo
toda esta basura que escribo
alimenta a los peces muertos
que flotan panza arriba
entre el constante estupor
del manar de las alcantarillas.

Subo hasta el cuarto piso
cada noche, cuando en casa
y me retiro del ser en la ventana
que muestra sin piedad alguna
la mísera vaguedad del hombre.

Entonces, arropado por la sombra en la pared
me desvanezco y son mis manos los pies
que recorren la llanura blanquecina
del papel, corrompido por la tinta negra
que recorre mis verdades tristes versadas
como el cuchillo de un carnicero en plena selva.

Claro que tu no entenderías esto
cuando preguntas ¿En qué piensas?
y yo termino por callarme el pecho
y tan sólo suelto una estupidez que te hace reir
para que no me sepas, como he venido siendo
y como soy, cuando me miras y pienso
en la fascinación que me traería estar deshecho
pero dentro, de ti.

noviembre 22, 2014

Me falta

Todos tienen razón menos la esquirla
de cancer que una noche mascarada
anidó en mi corazón bocados de muerte
y este gusto encabronado por el ron.

Nada me place más que los labios
que me nombran lubricados y a solas
como si fuera yo un dios vuelto el diablo
y mi letra un vocablo cruel de caracolas.

Yo, que reduje a la nada mis pies
en pos de una verdad que lapidó mis sueños
sardonicamente sonrío y ya después
en mis silencios lloro la mar y los cielos
buscando en tu cadera a dios
entre los despreciables andenes sin sol
en los que el gris es lo único certero.

Me falta una mujer, amor
y esta noche
un despreciable te amo.

Han muerto ya los manzanos

Han muerto ya los manzanos
del otrora y las banquetas sólo crece
la más terrible incivilidad del ahora
inmerso entre las heces fecales de un perro
que ladra y en su ladrido esboza el llanto
de la semilla enmohecida y podrida
que el viento hasta aquí arrastra.

Mientras tanto los gatos permacen huraños
cuando las gatas requieren su lengua y su tacto.

noviembre 20, 2014

Si me lo permites

Tu gran virtud deriva de la simetría
total y absoluta, entre tus hombros
y la piel que recorren curva tu cadera
o tal vez en tus labios si frente a mí
los muerdes o la claridad de tus ojos
cuando me miran arder en mis calderas.

Puedes casarte conmigo
y saber del desencanto de la vida
mientras susurro en tu oído
un falso te amo y te beso los pies
con la bajeza de mi embriagado encanto.

Aunque lo más conveniente
si me lo permites decir
es hacerte un par de poemas
para que a toda prisa
te alejes de mí.

Como una chica con granos

Sentado al pie de la ventana
meditabundo
embriagado
cansado
mirando como el mundo
es que es y vive mientras muere
sin siquiera notarlo
sin siquiera notar la muerte
que le ronda noche a noche
para besar lasciva sus labios.

Deliro en la opacidad de los andares
en los que el mundo es feliz y sonríe
y no he de hallar más que el espesor
de los espejos en los que no me veo
por que huyeron con mis ojos los colibríes
que prometiéronme así, gozar el sol.

Afuera los chicos también se embriagan
y buscan a toda costa tirarse a las muchachas
y en su loca carrera eyaculan en la nada.

Dios sabe que aún puedo dar batalla
competir con los chavales por las chicas
pero tengo un corazón por gusanos carcomido
-¡bah! Eso también lo sabe de sobra-
y tengo estos versos siempre siniestros
en los que he sabido eyacular mi nada
esta nada tan docta y tan mía
tan de sabios leída
tan de sal
tan de claroscuros en el pecho
tan de desiertos y bellos poetas
tan simplemente mortal.

Y mientras me ocupo de pensar en ello
miro al pie de la ventana a los chicos
y entonces medito
me embriago
me canso
y mi poesía es como una chica con granos
reprimiendo el orgasmo del grito.

Aún no puedo

Puedo sortear los carros
que circulan la avenida a media noche
torear a los ladrones en el autobús
que a diario a casa me conduce
coquetear con las vías del subterraneo
sin promesas de caer en ellas
o jugar, vaso en mano cada día
una partida de dominó con el diabo.

Puedo dormir sólo tres o cuatro horas
hacer una comida entre alba y alba
trabajar como esclavo sin descanso
o mandar sin exito al carajo
estos remedos que cargo y responden por alma.

Pero aún no puedo
pequeño corazón
verte inocentemente sufrir.

noviembre 18, 2014

Un remolino de humo

Un remolino de humo
recorre las paredes de esta habitación a solas
y llega la noche por doquier sangrando
y vomitando peces antes de ser pescados
por ese anzuelo coronado
por un putrefacto mendrugo de pan
reseco de muerte y de bidones de vino.

Te quise aquí, hermana muerte, danzando
junto a mí despues de develar tu rostro de nácar
y también quise el humo azulado
invadiendo los espacios que me dejó la mar
en ambas manos, cual indescifrables ovillos.

Todo es penumbra y severas espirales
hoy que a mi lado te tengo, sentada en el rincón
en el que yacen, como cuerpos desmembrados
mis poemas en el cesto que más que basura
acumula mis tripas latiendo entre tanto verso
y resacas de un cielo gris y descalabrado
por el que emana, en esta habitación a solas
un remolino de humo a mitad de la noche
que me sonríe cual pésame letal y absoluto
al saberte aquí comigo, muerte hermana.

noviembre 17, 2014

Siempre llevo conmigo cigarrillos

Ya nunca vengo
a donde voy es un llano
en el que florecen calaveras
y algunas veces
corazones rotos
en su afán de la belleza.

Siempre llevo conmigo cigarrillos
algunos tragos que me sonríen
y en la mandíbula una opresión
que me recuerda cómo se acaba la vida.

Solitario y malherido del pecho
y estas manos
buscan razón en los ojos que reflejan
siquiera
pizca alguna de compasión en los estratos
que privados de su llanto llueven
llegado el albor y sus infernales rojos.

Me pregunto si he de ser yo
el amor y el odio conjugado
en estos tiempos de patria sin nación
mirando desde la orilla de una nube
el cielo ciertamente desvencijado
o el retrato más tenue de un infierno
que adolece al verse ampliamente
por la insufrible humanidad superado.

Mis maletas sólo cargan la ausencia de los años
y una cruz que ahora de nada me sirve
esbozando una poesía radiante de desencanto
en la que sangra mi corazón y su tilde.

Todo pretende cambiar y nada cambia
como las luces neón de los bares
o la falda de la chica de la esquina.

Sin embargo
-siempre hay un "sin embargo"-
ella me mira tiernamente
-siempre hay una "ella"-
tan detenida en su piel morena
que me brinda un poco de calor
cuando la pienso de pronto
y mis versos naturales cercena.

Pero no
no he venido a hablar de ella
ni de su sonrisa
ni de la discreción de sus caderas
he venido a hablar de que ya nunca vengo
de donde irremediablemente estoy
y de estas flores y de estas calaveras
entre las cuales
sin siquiera quererlo devengo
para ser
simplemente lo que ahora mismo soy.

Entonces doy cuenta
de que se vaciado la botella
y me alegra tanto
llevar siempre conmigo cigarrillos.

Espectador

Un ruido a media noche me despierta
de este letargo en el que escribo gris
y no es más que el rumor de las máquinas
tratando de predecir el fin, el adiós definitivo
del que no podremos huir ni decir "me largo"
ante tantas y tantas cerradas puertas.

Prefiero el tinto por igualdad a la sangre
cuando soy espectador de masacres.

noviembre 16, 2014

Caen las hojas

Caen las hojas como cabezas sin cuerpo
rodando pesarosas cuesta abajo
y no soy yo, ni eres tu, ni es siquiera alguien
que toca a tu puerta o el crudo manojo
de recuerdos grises y podridos de nadie.

Pero hemos llorado mientras todos ríen
y hemos reído mientras todos lloran
por las cabezas que cuesta abajo ruedan
cuando nadie ha tocado a nuestra puerta
y sin embargo, las hojas no crujen igual
bajo los pies que bajo el influjo de la almohada
tapizada de sal y de esperanzas muertas.

Tuve una vez una aguda escalera
en los ayeres donde la sombra ofuscaba
el despertar inquisidor y los albores
me brindaban un vientecillo cálido
que nunca más será lo que era rebotando
contra mis sienes palpitando en la locura
de creerse aquella estupidez de estar sano.

Ya desde entonces las cabezas rodaban
y era nuestra generación, un ejercito terrible
de hombres y mujeres sin cabeza que perder
ante el nacimiento prematuro de encaladas
deidades con los pechos bofos y flojos
remendadas a mano de sus tantas cicatrices.

Nunca nos supimos parte de ella y de noche
nos embriagabamos en bares nauseabundos
pidiendo cada vez más cerveza y fumando
cigarrillos en el eterno afán de azular el aire
en el que ahogamos ferozmente el llanto
mientras la vida se nos iba en segundos
acumulados de vacío y de un espeso cancer
en el que a dios nos sentíamos igualados.

Sigo pensando que no soy yo ni eres tú
ni la ausencia cargada de sepias maletas
dejadas con un recado en la puerta
que nunca leímos por que sin más advertía
la pesadez de la certeza de pertenecer
a una generación desde el vientre podrida.

Caen las hojas como cabezas sin cuerpo
y nos tenemos las ganas del frío de la espada
blandiendo ahora un tibio sentimiento
que nos logre despiertar distintos por la mañana.

Me va la vida mejor

Cierto es que me va la vida mejor
cuando bebo y me desvivo hilvanando
el vomitar de estas manos que nada saben
de lo que llegará a ser verdadero
o de las montañas azules o del canto
ambarino de las aves muertas de hambre
atravesando perennes el desierto.

Tengo esta sangre mestiza nacida del flagelo
de Cortes y de la destrucción de las piedras
que profetizaban radiantes vuelos
se serpientes emplumadas y jade terso.

Entonces es para mí común y natural
la mansedad del devenir entristecido
de aquellos soles que prodigan la crueldad
por los andares tenues y malhabidos
del vicio que me vive y cada noche
asolado por dioses destruidos
pone su dedo la llaga incipiente
de esta terriblemente hermosa mar.

Tengo tantos amores desperdigados
en el cúmulo uterino de un rotundo jamás
que antes de nacidos incluso y ya dentados
carcomen febriles mis paredes de sal.

Muero, así, de la nada y por ella misma
y los atriles que sostienen el alma  no existen como tampoco existen ni existirán nunca
las maneras certeras de hallar un sofisma
en las caderas de una mujer o de la nube
que logre sonreír cuando tiene sobre el suelo
la lágrima que al cielo no sube.

Ciertamente me va la vida mejor
cuando apago la luz y a solas muero
sin pensar que tengo tanto corazón
divagando tristemente y sin fuero
de la historia que me marca y me enmarca
a patrones blancos sirviendo.

noviembre 14, 2014

Entonces nada

Prefiero un trago a estas horas
y no las navajas que intentan
borrar lo neanderthal de mi cara
o un cigarrillo a modo de desayuno
mis papeles, mis cosas en tinta negra
mis senderos envueltos en humo.

Nada.

El despertador puede incluso
llegar a ser peor que aquel dios
rompiendo craneos y huesos
disueltos entre sueños y cianuro.

Entonces, nada.

El baño de por la mañana
el disfraz de hombre de bien
la corbata, peinarse el cabello
y olvidarse lentamente
de la propia y cíclica nada.

noviembre 13, 2014

Respiro

Bien
no hay mucho que hacer
si no hay palomas
que mirar o verdes cipreses
cuando espero el autobús
en una de tantas
avenidas de la muerte
pero estoy bien
me digo
y entonces un perro
esquiva diestramente dos mil kilos
de acero viajando
sobre  sus veloces llantas.

Respiro.

Bien
no hay mucho que hacer
quizás, lo de siempre.

Poco me sabe el amor

Vuelvo a mirar y el pasado rememora
lo que pude y no quise hacer con las caderas
de una noche que palpita en los rincones
oscuros del alma guardada en el neceser.

Y ante tal afirmación, tenso el agua y la arena
de los mares que me brotan sin concebir
si es una imagen sulfurosa o es verdadera.

Poco me sabe el amor, arpón en mano
cuando busco el leviatán y no un mísero pez
en esta fiera batalla de tinta negra
y garabatos hiriendo de muerte al papel.

Pero vuelvo a mirar el pasado y me enamoro
de lo que hice naufragando en tus caderas
a medias luces y siempre, a medios tonos.

No soy más

Algunas veces amablemente prengunta
-algún despistado que me lee- por mí
y por el furor decadente de mi poesía
y no hago más que quedarme callado
encojer los hombros y encender un cigarrillo
que sirva de guía para tanto camino
de noche embriagado y malandado.

No soy más que la razón de la sinrazón
y en las paredes acolchadas de las clínicas
donde los locos sobreviven de lástimas ajenas
se gestan estas letras oscuras y cínicas.

Debo encender otro cigarrillo...

noviembre 12, 2014

Primer manual de combate para Axel

A tener la guardia siempre arriba
a despertar por la mañana, a la sonrisa
a los perros, al ratón de los dientes
a los nueves y a los dieces
a tus amigos, a la chica que te gusta
a tu conciencia,  a tu noble cordura
al sueño que sueñas cada día
bañado de inocecentes ambrosías.

Aférrate a algo,  a lo que quieras
y no dejes que tu mundo se muera.

noviembre 09, 2014

Entrada la noche

Entrada la noche y sus demonios
alimentados del nácar de los huesos
de tantos y tantos poetas que felices
yacen muertos y de sus craneos
de los que nacen olas y rosedales amarillos
clamando belleza de todo aquello
que ante la fuerza del tiempo enajenado
buscan en la aguja la piel el sabor del membrillo
y en la hojarasca fiel apagar su espesa sed.

Tu que nada sabes de mí, de mi amarga letra
cababalgando los solares en los que no soy
un arlequín que se desvive velando
el resplandor de una raquítica belleza
te preguntas temerosa quién soy
y en el abrazo que te brindo contesto
soy la antítesis de la luz y soy crudeza.

Sin embargo te pienso por que sé que me piensas
y en los límites que me plantea el trago
soy de ti el amor que siempre has buscado
caducado en la frialdad de tu despensa.

Soy la noche y soy la sombra enamorada
siempre de caderas dulcemente cenicientas.

A Vianey


A Vianey no le gustaba la lluvia
y por esos tiempos a mí tampoco
y su voz se entrecortaba siempre
entre espirales y el nácar de las caracolas
que han tenido algo que ver con el siroco.

Pero yo por esos tiempos estaba loco
y ella también, y yo lo sigo estando
y de ella no sé sus versos ni el estado
en el que mandó su luna al manicomio.

Rezo sin fe por ella y en mi habitación desierta
vuelan perdices y oscuras golondrinas
que sin embargo vuelven y vuelan fugaces
impregnadas de licor y fotografías en mi mente
que no se deslucen a pesar de ser ambarinas.

Extraño sin embargo
sus pies ligeros rondando
el barro acontecido
entre mi pecho y mi tejado.

Se han ido las lluvias

Se han ido las torrenciales lluvias
y los vagabundos celebran por ello
y también por el escote de la rubia
que muestra un tercio de sus pechos.

Triste es saberse metido entre carencias
y a la espera de que el tiempo mejore
cuando miramos sonriendo un escote
mientras nos damos mutuas condolencias.

Gota

Una gota taladra los rumores
en los que el viento es cierto
si acontece a media noche
y a medias luces, la inequidad
la letra que te traigo y su beso.

Esquivo como lo permiten mis piernas
este bache grandísimo de la ausencia
en la que rondan abejas enfurecidas
sin hallar dulzura entre la espesa miel
que cae gota a gota, escurriendo soez
por mis paredes viles y amarillas.

En mis andares

Como una hogaza de pan duro
remojada en una copa de vino
o este onceavo cigarrillo que fumo
y que nunca hará olvidar el destino.

Y en mis andares solitarios
no hallo el surco de la lágrima
que embalsame de paz mi palabra
ni de encanto el propio desencanto.

Debo volver a mi lugar
instalado en la despensa.

Este deber del ser

Algunas veces me olvido
de este deber del  ser
en el que soy un poetastro malsano
dispuesto siempre del cuello
y de la rigidez de la soga a pender.

Me disculpo por ello malsano lector
bellísima musa si no te brindo el corazón
me disculpo por esta pizca de humana razón.

Y yo

Reclinado en el sillón
arrojo a la basura el diario
mientras enciendo un cigarrillo
y bebo un trago.

Me he cansado ya
de tanto puzzle de cuerpos humanos
amaneciendo por doquier
en todos lados
mientras el mundo atónito mira
la succión de la vida vivida
siempre desde abajo.

La cucaracha cruje a diario
bajo los pies del victimario
y es por ello que el mundo gira
y yo, bebo copiosos tragos.

Largaos

Podemos decir abiertamente
que dios no existe y si existe
es la apología del fracaso.

¡Largaos, largaos de aquí!

A la mesa un mendrugo de pan
y las sombras que nunca desaparecen
devoran sin dientes las piedras
de su propio sendero marcado de sal
de sangre fluyendo por los vertederos
donde el futuro se envuelve en sepia.

¡Largaos, largaos de aquí!

Podemos decir abiertamente
que en estos días y en estos lares
dios vuelto un mundano hombre
es un fracaso y es mexicano.

noviembre 08, 2014

Mi poesía

Ya no hay columnas en el desierto
en las que olviden su sexo los santos
y cada vez hay más chicos en tacones subidos
simpatizando con solitarios y borrachos
que duermen cada noche en la esquina
en la que sólo florece tenue la muerte.

Y entonces, no pueden ser de otra manera
mis arrebatos y la expresa locura de mi poesía.

Sin embargo es cierta y es mía.

Mx

Aquí
pedir justicia
es tenerle fe a lo podrido.

Empaca tus camisas
tus poemas, tus piernas de reserva
tu corazón si aún te queda
tu botella y todos tus vicios
y aléjate sonriendo
mientras puedas
de aquí.

noviembre 07, 2014

Desperté a media noche

Desperté a media noche
y me vi franco sonreír
soy un alcohólico -me dije-
y las palomas del parque
entonces vinieron a mí.

Tengo un mendrugo de pan
dispuesto en los bolsillos
y esta sonrisa cansina
con ganas siempre de amar.

Y sin embargo su roca

Soy esa boca del lobo
repleta hasta el cansancio
de cánceres espesas y caries
rondando siempre la belleza del bocado
que me intuye bebiendo nocturnos licores
y hambriento de un futuro desdentado.

No tengo mucho que ofrecer
y envuelto en la bruma de mi madrugada
repaso los faltantes de mi inventario
por entre mis manos y me crujen los huesos
ante la imposibilidad de poder ser.

Soy Sísifo y soy sin embargo su roca
corriendo a toda prisa y en interminable reversa
por la ladera empinada de los sueños
donde mi corazón en coma siempre te versa.

Replay

Ella me dijo un buen día: sonríe
y tomando uno de mis pulgares
entre sus finas manos
me dibujó el stencil de una cara sonriente.

Ahora se ha repetido la escena
con otra "ella" que ha cambiado
el pulgar por el dorso de mi mano.

Este es uno de esos extraños panoramas
en los que olvido de pronto a la muerte.

noviembre 06, 2014

Muerta la noche

Muerta la noche y los andenes
por donde pasan enajenadas muchedumbres
a las que llaman gente, hieden cual aliento
de un alcohólico con fiera resaca despertando
furibundo y torpe a las diez de la mañana.

He contemplado siete maneras dignas de morirse
desde el punto de vista de la intrascendente
vocación de poeta y la vista se me nubla
de altares y botellas otrora llenas y hoy vacías
naufragando entre olas blanquecinas
y líneas estrofadas sin siquiera mensaje.

Entonces
soy conciente de mis ganas de morirme
y de esta fatalidad de hallar una octava
en la que la niebla con su beso perenne
consuma lentamente el latir insumiso
de míseros dioses y  tantos diablos armados
de una pasión disuelta en las dunas carmesí
en las que me crecen, descomunalmente
el pecho y algunos verdes en las manos.

Nadie me mira cuando interrumpo mi verso
para mirar al gato que pasea con un ratón
ya frío y desmembrado entre los dientes
ni siquiera la magnínica noche que ha muerto.

noviembre 05, 2014

A la espera

Tienes que sentarte
y esperar, la vida, la muerte
la huida despavorida de la cucaracha
ante la sombra de tus zapatos
arrancarte la cabeza o un brazo
si es necesario
y ponerte con todas tus fuerzas a esperar
aunque la mayoría de las veces
los mejores poemas llegan
cuando cansado ya nada esperas.

Estoy a la espera sentado
y mientras tanto
bebo algunos tragos
y también espero
el crujido de la cucaracha
bajo mis zapatos.

Tan dura es la poesía

Sin embargo y después de todo
nos descubrimos del velo de las sombras
frente al espejo inmaculado,
cada noche en el preciso instante
en el que nos sabemos muertos.

Me duele la boca y el pulgar y el índice
que señala la cruz del profanado tesoro
carente de dorados y de tintineares
en los que la belleza acurruca en su regazo
el bienestar de no hallar en ella chequera
ni futuro prominente en el tipo de cambio.

Tan dura es la poesía que en estos tiempos
de fusiles y muchedumbres sedientas de sangre
los poetas mueren a solas de hambre.

Entre luces amarillas

En este cuarto circular
de las esquinas sobresalen
dos aves y el agudo resplandor
de un par de luces amarillas
una caja llena de recuerdos como sombras
y una sonrisa acuchillada por la soledad
en la que el victimario a su víctima perdona.

Recuerdo que no era yo cuando mentía
y el azul de los infantes cielos
surcados por nubes de algodón
simulando la nariz de las brujas
recuerdo el recuerdo de los días
plagados de nacarados sueños
de jaulas sin puertas ni cerraduras
y recuerdo la circunferencia sin aristas.

Entre luces amarillas, venida la noche
el par de aves mío, de pronto ha muerto.

Empieza a hacer frío

He dormido casi a diario
-al menos un par de horas-
hundido en la cruda tibieza
de los asientos del subterraneo
y ya empieza a hacer frío.

Me preocupan los sinhogar
y las mujeres que jamás terminan
de limpiar sus hogares vacíos.

Pero hoy he dormido un par de horas
en  el trajín de un asiento verde
y tibio que pertenece al subterraneo
y me preocupa que pueda durar por siempre.

Ya empieza a hacer frío.

noviembre 04, 2014

Lo mío

Muy a menudo
cuando las luces
del mundo se apagan
me pregunto
¿Qué hago aquí?
y es entonces
cuando escribo.

Lo mío es bailar calladamente
anclado a la letra y al talle
de la más enamorada muerte.

Levanto mi vaso

Levanto mi vaso
contra la blanquecina luz
y ya pretendo el albor
que me encuentre
del latido despojado.

Hay un par de galaxias a oscuras
de las cuales no te he contado
un cadaver enjaulado en el espejo
y una pila de sueños desmoronados.

Y sin embargo y contra la ausencia
levanto en soledad mi eterno vaso.

noviembre 03, 2014

A una flor

Cae, desde el séptimo cielo
un botón dispuesto a ser rosa
y en su camino, abre y madura
y muere; y sin embargo, resucitan
de él un par de pétalos carmesí
que me arropan y me envuelven
mientras me mecen sus brazos.

Yo también caigo y es el vértigo
de la sombra quien me irradia
de suaves besos los labios
y de palabras que no encuentran
sinónimo en la caricia que pretende
hacer presente aquel aroma
que hoy respinga la nariz
cuando se embriaga de pasado.

He sido y soy aquel jardín
lleno de peces que a diario mueren
a mitad de una terrible subasta
en la que piden las rosas paz
dentro del vaso en el que amanecen.

Y al fondo de la escena mis manos
cargando la tijera y el rastrillo
heredados entre la soledad y la bruma
tanto por dios como por el diablo.

Recojo de la ausencia de la flor
la sonrisa y no pretendo más
sino la gloria de la brisa del mar
bañando el botón que enajena
esta noche mi pensar y mi sol
ofuscado por la belleza que me brinda
saberla a pesar de que me cercena.

Domingo

Los domingos cierran en el bar
donde señoras visten como chicas
y dos kilómetros a la redonda
-lo puedo bien asegurar-
el sueño vence a los hombres tristes
y la soledad sin más ahonda.

Tomo pluma y papel
y sin remedio lo escribo.

Algunas veces
después del trabajo
no hay mucho que hacer
en día domingo.

Tarde

Sigue siendo tarde para Cronos
y en las esquinas hay altares
vomitando flores amarillas.

Aquí es donde jamás
suena insoportable
el graznar del despertador.

noviembre 02, 2014

No contemplo

Las alamedas comienzan ya
a perder el peso de su follaje
y en las paredes rojizas del ser
una mancha gris de pesticidas
viene pudriendo el latido
nacido en el levante de las horas
en las que el poeta camina sin pies.

Siempre han hablado las bancas
y los desdichados parques de amor
sin tener la tenue idea de hacerlo
y alredeldor de los kioskos
buscan las cucarachas y los palomos
razón ecuánime para el estertor
que llegará como las luces al cielo
febriles o devastadas del todo.

Entonces podeis acusarme
de crímenes a la nación
de aquel que escribe desamparado
de blasfemia, de injurias a la patria
de aquellos que buscan la razón.

Yo no contemplo la vida que vives
sin el barroco de la esperanza
a lomos de tres caballos ruines
cabalgando la luna de un sanatorio
o del bello azul de Cantabria.

No contemplo posibilidad alguna
de acumular una pagana plegaria
en el recuerdo de unas manos
que jamás toqué ni mi tocaron
con la sutileza febril del escribano
que encontró su tibia belleza
en los bigotes rasurados de un gato.

O en aquella que fue mi Mujer
por diez años y que dejó mi pecho
con llave en el frío neceser
a la espera de pudiera yo renacer.

Estoy jodido amor
quien quiera que seas
si la mujer de sol y manos frías
o la mujer que duda y me abraza
ahora mismo pretediendo
mis letras de rapaces ambrosías.

Qué difícil

En realidad,
conmigo hay poco
sino es que nada
y exagero a menudo
cuando quiero querer
y cuando odiar odio.

No ando buscando luces
imitadoras de alboradas
ni lámparas de gasolina
por los pasillos clandestinos
en los que a gatas se arrastra
lo peor de toda mi poesía.

Entonces un perro por doquier
aulla y tan triste es su aullido
que el mar me corre insumiso
por estas cadavéricas mejillas
en las que ese tibio pasado
anidó media docena de besos
ajeno a las las llagas de un Cristo
por la razón y la fuerza desterrado.

Poco hay conmigo y sin embargo
disuelto en esta nada hay tanto.

Traigo un soplo de cinismo puro
en estos pasos dados a tumbos
por el andamio de la muerte
en la que no tropiezo ni caigo
a pesar de que me ama con el alma
dentros de estos versos sin suerte.

Qué difícil decir te amo
cuando la vida convulsiona
entre las horas perennes.

noviembre 01, 2014

Consejo presidencial

Sé que suena terrible
pero el suicidio algunas veces
es la única forma
para algunas personas
de ser socialmente responsables.

Deberían de tomarlo en cuenta
la mayoría de los presidentes.