noviembre 18, 2014

Un remolino de humo

Un remolino de humo
recorre las paredes de esta habitación a solas
y llega la noche por doquier sangrando
y vomitando peces antes de ser pescados
por ese anzuelo coronado
por un putrefacto mendrugo de pan
reseco de muerte y de bidones de vino.

Te quise aquí, hermana muerte, danzando
junto a mí despues de develar tu rostro de nácar
y también quise el humo azulado
invadiendo los espacios que me dejó la mar
en ambas manos, cual indescifrables ovillos.

Todo es penumbra y severas espirales
hoy que a mi lado te tengo, sentada en el rincón
en el que yacen, como cuerpos desmembrados
mis poemas en el cesto que más que basura
acumula mis tripas latiendo entre tanto verso
y resacas de un cielo gris y descalabrado
por el que emana, en esta habitación a solas
un remolino de humo a mitad de la noche
que me sonríe cual pésame letal y absoluto
al saberte aquí comigo, muerte hermana.

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