noviembre 14, 2014

Entonces nada

Prefiero un trago a estas horas
y no las navajas que intentan
borrar lo neanderthal de mi cara
o un cigarrillo a modo de desayuno
mis papeles, mis cosas en tinta negra
mis senderos envueltos en humo.

Nada.

El despertador puede incluso
llegar a ser peor que aquel dios
rompiendo craneos y huesos
disueltos entre sueños y cianuro.

Entonces, nada.

El baño de por la mañana
el disfraz de hombre de bien
la corbata, peinarse el cabello
y olvidarse lentamente
de la propia y cíclica nada.

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