noviembre 26, 2014

Es la primer copa

Es la primer copa
y tengo una rotunda impresión
de que todos los grandes sabios
yacen en manicomios
o están muertos
o en la carcel
o tal vez anudando la soga
que un día cualquiera
les abrazará firmemente el cuello.

Hoy he cenado un huevo frito
y el veredicto  final y autoinfligido
me lleva objetivamente a pensar
que no puedo ser más que un pelmazo
mientras la mesa de la cocina tiembla
tristemente entre sapiencias y ausencias.

He conocido genios que sonríen bajo las sombras
por que han sabido encontrar su propia luz
como una perla dentro del nácar de su concha
y entonces me pregunto si serán también sabios
o igual que yo cuando apenas bebo un trago
y una chispa, brota entre mis manos que no es
sino un reflejo arcano en esta terrible y fría
necesidad de la propia necedad del ser.

Mucho me dista la sabiduría pretendida
o el trazo maestro del verso que me sigue
cuando a ninguna parte febril me dirijo
y no así las ganas de las paredes acolchadas
o de habitar los cementerios
o de hacerme encerrar entre barrotes
o de cualquier día de éstos
darle un uso mejor a la corbata
que anida a diario la delgadez de mi cuello.

Debo servir la segunda copa
y aflojarme un poco el alma
el corazón y las ropas.

No hay comentarios: