noviembre 13, 2014

Respiro

Bien
no hay mucho que hacer
si no hay palomas
que mirar o verdes cipreses
cuando espero el autobús
en una de tantas
avenidas de la muerte
pero estoy bien
me digo
y entonces un perro
esquiva diestramente dos mil kilos
de acero viajando
sobre  sus veloces llantas.

Respiro.

Bien
no hay mucho que hacer
quizás, lo de siempre.

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