mayo 31, 2011

Entretanto

Entretanto duerme, sueña,
dispérsate un segundo
de mis manos, de mis ganas,
de la copa que llevo a mis labios.

Deja que el viento de mi noche
se filtre entre tus sábanas
para borrarte una lágrima
antes de llegar a tu pecho,
que sea mi verso el que brote
de las sombras y desangre
la Luna en la que yago muerto.

Deja la ausencia en mis huesos
clavada, la necedad de Sísifo
vuelta necesidad, la hora lejana
en que una mañana desaforada
por fin te mire a mi lado despertar.

Pero duerme amor,
duerme serena,
sueña con lo tangible
y no con mi verso
anhelando tu cadera.

1 comentario:

Ío dijo...

Es precioso, y siéndolo lo vuelvo a leer, aunque duela, porque el verso que es bello y duele, hace sentir más.
Gracias por compartir los tuyos, Gabriel
Un abrazo

Ío