octubre 14, 2010

25

Nueve mil ciento treinta y un días
con sus mismas noches, he de suponer
mientras yo, a mitad de esta travesía;
quizás menos, quizás más, no he de saber.

El punto es que tan rápido se me va,
se me ha ido entre las manos, ese tiempo
ante súplicas tirano, tan voraz;
barricas añejando sentimientos

y uno aquí el néctar esperando,
con la lengua escaldada y de fuera
con el paso de los años, jadeando,
sintiendo bajo el rostro su carrera

y la dulzura del licor no llega,
no, no del todo, solo a cuentagotas
nimbando al paladar que se relega,
ante la sangre y la boca rota.

¿Qué debo festejar, Mujer? ¿La vida,
lo vivido, este año que ya he perdido,
estas letras por demás abatidas,
la muerte que de a poco me ha bebido?

¡No! Me tumbaré todo el día en cama
sin pretensión alguna de retozar,
a navaja quitaré las escamas
para un nuevo sueño a mi edad encontrar...

5 comentarios:

BLANCA LIBIA HERRERA CHAVES dijo...

VAYA 25's... ME GUSTA... EL POEMA... LA SERENIDAD ENTRE SUS VERSOS... Y TODA EL ANSIA... ME GUSTA...

UN ABRAZO AGRADECIDO POR COMPARTIR...

Ío dijo...

Ningún año fue perdido, es solo esa sensación de pérdida lo que te ata a la cama, lo que rompe tu boca, y te mata.
El edad del sueño está ahí fuera, no entre tus sábanas, y todo llegará refrescando tu lengua.
Tu melancolía es contagiosa, por desnuda.
Un beso, Gabriel

Ío

perfecto herrera ramos dijo...

El tiempo me mueve siempre a la melancolía, y la verdad es que no se que hacer con esa sustancia, que no sea sacarla al jardín y tenderla al sol.
Con ello no consigo nada, pero al menos puedo ver como la sobrevuelan y se paran en ella las mariposas.
Algo es algo, amigo mío.
Bello poema.

Un abrazo.

Alicee dijo...

Disfruta cuando estés tendido, disfruta la soledad, la nostalgia y la bebida que las acompaña. Disfruta la inercia de tus músculos diezmados por el fastidio.

Disfruta ser una piedra inerte que adorna la cuna de noches insomnes, dejar a las ideas moverse más que cualquier extremidad, pedazo de piel o partícula celular casi indiscernible del todo, dejarse, quedarse, blandirse contra la suavidad de la piel vecina durante las horas lunares, todo ello, disfruta. ¡Qué mejor manera de festejar¡

Festejar que puedes, que aún tienes la capacidad de decidir, de disfrutar sólo ser, lo que se es.

Disfruta. Llora sin remordimientos, sin censura, derramate todo tu mientras sepas que sigues siendo tu y no otro que vive en la otra vida.

Por ahora en esta vida te encuentras, disfruta cuánto más puedas y quieras.

Vive, sólo vive.

La vida es corta y más cuando uno se la gasta en hacer el recuento, y dar explicaciones de cada segundo que va pasando. Dejemos tal tarea a los ociosos científicos que con tanto tiempo libre no saben qué hacer.

Tú sólo vive, goza, sufre, llora, rie, ama, odia, sólo así sabrás lo que es vivir.

Buen día.

Anónimo dijo...

El tiempo, bendito tiempo...
Me quedaré con el sueño por soñar, lo demás, lo vivido lo sabemos de memoria.
Besitos