Aún conservo una flor
que sonríe cuando nota
que las demás mueren
y flotan, disueltas en alcohol.
Yo la prodigo de cuidados,
le hablo quedito al oído,
le canto mis tristes canciones
y algunas veces con besos roídos
la beso, sutilmente embriagado.
Aún conservo una flor
y es la más bella y la más fragante,
la más dada al sol, y de noche
me pretende cual hermosa amante.
Algunas veces terriblemente llora,
entre sus pétalos de rosa se encierra
y tiembla, cuando me voy o me extingo
de esta tierra mía llamada ausencia
o me embadurno los pies de melancolía.
Aún conservo una flor
que estalla en sonrisas
si le digo despacio amor.
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