Hay gente que nace para bien,
para emular míticas grandezas,
para ser por siempre recordada
entre medianas y torpes cabezas,
para mover montañas lejanas,
para esclarecer la sombra de la nada
o para dignamente perecer después de ser.
Pero hay quien nació como yo,
para triste escribir y para a solas beber.
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