No creas que no me apuran
aquellas dos o tres avecillas
revoloteanado mis andares
pretendiendo ser mi levante
entre tantas noches amarillas.
Nada saben de mí ni del vuelo
que emprendo trago en mano
a la espera de aquel séptimo cielo
que pretendo excedido de vicios
y sin embargo vuelan a mi lado.
Hay cucarachas queriendo beber
del candor de mi vaso ennegrecido
a fuerza un poema que tierno sangra
su letra a costa de jamás perecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario