enero 17, 2015

Cortinas de humo

Tantas cortinas de humo
y yo siempre tan predispuesto
-si es que bebo-
a traer el pecho
límpido y claro,
como los ojos del perro
que sin recato me mira
desestimando la razón
que viene a mi con desencanto.

Sabes, nena
hoy he podido comprobar la teoría
de que aquel que nace para marino,
escucha de las sirenas su canto;
y en realidad poco me importa
siempre habrá quien se joda a tropezones
en estos agrestes y malos caminos
en los que la letra sin más se posa.

Quizás, no tengo nada mejor que decir
pese al adolescente que hoy me leyó
y me pide algunos malos consejos
por creerme una especie de viciado dios
destinado cruelmente a maldecir
mi sombra reflejada en el espejo
que tanto pregunta cada noche por ti.

Y yo, sin más que un profundo "te amo"
y mi teoría de que Neruda sin remedio miente,
busco a tientas a diario tu beso y tus manos
metido hasta los huesos en mi poesía de la muerte.

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