No todas las noches son iguales,
algunas veces juego al poker con el diablo
y otras tantas, rezo al dios de los dispares
por la gloria acontecida entre tus labios.
Esta noche di una cátedra autosustentada
del por qué Neruda mentía y aún miente
cuando de pronto esta ausencia nacarada
me dio de lleno y contundente bajo el vientre.
Cuestión de enfoques -me dije-
y comencé a pintar de colores
mi corazón lleno de alebrijes.
Soy un poeta mi amor,
uno de arrabales malvos
y de buen y vivible corazón,
que entre tu pecho se pone a salvo
a pesar de ausencias y franca desazón.
Pero, siendo auténticamente sincero,
yo sólo busco beber y hallarme embriagado
desde el alma hasta este cancerígeno pecho
para entonces naufragar en tus brazos.
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