Yo te propongo un trato
sin que ello derive a quemarropa
a tu dios de barbas blancas
con la sagacidad de mis diablos,
un trato de versos y algunas copas,
justo, como lo fue la hora exacta
en que me hallé con tus labios.
Te propongo un desayuno sin sol
una horda de idioteces que te hagan reir
y mi guitarra sosteniendo un re mayor.
Te propongo mil besos rondando tus pies,
convencer a la mar de anidar en la calma,
arropar tu pecho si pregunta por el después
y hacerte sentir la luna creciendo en el alma.
Te propongo el verbo que me rige desde dentro
y que me dicta amar como defensa insumisa
cuando voy dando tumbos y tu eres mi centro;
te propongo tus zapatos negros de tacón
bajo mi cama, mi soberbia y mi terrible corazón
embriagado bajo el aroma de tu almohada.
Te propongo mi nada
y toneladas de versos,
te propongo mi vida
y al menos,
mis manos, mis labios
y sus más certeros besos
rondando la curvatura
del cielo de tus senos.
Te propongo amar
y de mi mano envilecida
sencillamente soñar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario