enero 02, 2015

De tu pecho en estribillo

Tengo siete cigarrillos y la noche
que apenas empieza a hacer estragos
entre las perlas nacaradas de la luna
alumbrando el callejón donde los gatos
maullan embriagados  de un nefasto derroche
por amores de arena vueltos dunas.

¿Qué pudiera yo contarte, mi amor,
si dentro, la misma leña es la que arde tardía
queriendo entre tus brazos el sol
y alejar de mi mente una osada felonía?

Afuera lo de siempre acontece en el barrio
y los niños han aprendido groserías con las manos
sin saber de la poesía mascarada y contundente
que les sigue los pasos como la hace la muerte
beso a beso y con la cola del terrible diablo.

Sin embargo te amo, ilusamente, torpemente
y cada instante que nunca vuelve -o siempre
lo hace, no lo sé-, termino casado con la muerte
de los puntos suspensivos del eterno despúes
en el que pretendo azul y radiantemente,
besar con el alma la ligereza de tus pies.

Ya sólo tengo un triste par de cigarrillos
y el alma ofertando mi verso y mi guitarra
enamorada de ti y de tu pecho en estribillo.

No hay comentarios: