noviembre 26, 2010

Fotografía

Hay un árbol podrido y castaño
plagado de gusanos, carcomido,
sediento, ante la noche enardecido
vomitando pajarillos huraños.

Un columpio arcaico desvencijado,
un charco con colillas de cigarro,
sangre seca, una bota ahogada en barro
ya sin pie, y dos clavos oxidados.

Un abanico que flores mantuvo
entre sus hojas, sorteando los vientos,
un tronco que hace la función de asiento
y la vida que un día gris contuvo.

Decenas de botellas transparentes
ya vacías y por el sol quemadas,
alguna lágrima en piedra tallada,
también, dos pensamientos disidentes

amordazados de forma inclemente;
un talón con dardos envenenados,
el último deseo del condenado
y en el cielo un sol indiferente.

4 comentarios:

Elena dijo...

¿Hablas de mí?
¿De tí?
¿Del maravilloso mundo que nos rodea?

Nacistes casado con las palabras, nunca te darán el divorcio...

Anónimo dijo...

Y este vacío, hasta cuando se sentirá?
Eres el dueño del tesoro mas valioso... tus palabras.
Siéntelas y ve por el cambio.
Besitos Gabriel.
p/d Aunque nada sea fácil, aún sueño con el cambio...

Mondragón de Malatesta dijo...

Señor, casi casi he llorado, y habría llorado si el "casi casi" no se habría agotado hace mucho. Señor, he leído muchas veces esta entrega, déjeme esrcibirle, que Usted no tiene nada, para envidiarme. Más bien yo sí, mucho aún, que aprender.
Un abrazo.

Arya dijo...

A esta fotografia la acompaño con la musica de Tom Waits, con tu permiso.

Va otra caricia :)