noviembre 29, 2010

La Voz del Gato

Estos pies sin clavos sangran al paso,
sendas sin triunfo, sin ramos de flores,
escaparate cruel sin compradores
de estos mismos pies claros, sin descanso.

El siglo empezado viene cebado,
viene ajeno a dogmas, a pretensiones
valoradas en añejas pasiones;
viene carente, todo ensimismado.

Y sin cicuta yo dulce en la alacena
para mezclar los besos que no he dado,
para enlutar ya del todo el tejado;
¡Muerte mía, tan bella y obscena!

Mi mano si placeres ya, la diestra
es inmune al frío de la navaja,
se ha cansado de recoger migajas,
ha andado muda, triste, viva muestra

de esta Luna por la mitad partida
a vil fuerza de clamores de antaño,
que han de cimbrar los latidos de hogaño
y me dejan la piel enardecida.

Y sin red yo para atajar auroras
cristalinas gotas de audaz rocío
que me despierten de pronto del frío
!Qué soledad la mía tan cruel ahora!

Mis trazos se quedan cortos y tardos,
se empecinan en raídos pasados
disueltos en mares muertos, salados;
que arremeten contra mis ojos pardos,

que sin quererlo sin más envejecen
al compás de mi pecho calcinado,
sediento de manantiales bañados
de climas donde las brisas perecen.

¡Y yo sin sueños que alcancen la gloria,
los tonos dorados que me inculcaron,
que desde chico me dilapidaron
la alegría, la risa y la euforia!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Zapatos y/o caricias?
Caricias de aquí a China...
PRECIOSO!!!
P/D Hasta el dolor lo conviertes en el mejor poema.
Mis felicitaciones con todas las letras!
Besitos Gabriel.

Mondragón de Malatesta dijo...

¡Muerte mía, tan bella y obscena!, aveces pienso que yo he escrito aquí y he muerto, !Qué soledad la mía tan cruel ahora!, aveces creo, que estamos en las mismas patas de gato.

Estimadísimo GatoPardo, aquí sobran los borrachos, aquí los parques están prohibidos para los borrachos que sobran, aquí es mejor fumar hachís para terminar durmiendo rápido, que beberse mil copas, y no conseguir sueño sino resaca. Ha de ser que aún hay quienes preferimos la resaca, pero tal vez nadie esté a su altura, aunque hoy, me beberé una botella de tinto solo y tan rápido, que diré: A la salud de un Gato, pardo como sus ojos para acompañarnos la tristeza.

Ío dijo...

LLegó el momento de callar y no decir más que lo imprescindible.
Hoy, ahora, te leí, y marcho con tus versos en el ombligo, y en los ojos también.
Abrazo, beso, ahí, en tu fría soledad que no es si la visten tus palabras

Ío

Ardaire dijo...

Eres un Gran Gato!
Pardo gato
suenas a canción en tus estrofas.

Un besazo! :)