Vivo al despertar una mañana sombría
con la resaca agobiando mis movimientos,
meditanbundo mientras se me filtra el viento
y en lo alto ondea una bandera de anarquía.
Mi falo se erecta atrozmente y palpita
pensando en aquellos prohibidos lupanares,
aquellos ajenos de la suerte, de azares
fieros donde toda Mujer es afrodita
de piel morena y pechos siempre vibrantes,
donde el caribe ha anidado la sacra marea
de la lubricidad, de esa genesis que emplea
la carne y que nunca ha de ser redundante.
Vivo al despertar una mañana sombría,
sediento de tu sombra desnuda en la pared,
hambriento de tus piernas envueltas en la red
de tus medias negras, cual divina ambrosía.
2 comentarios:
Ahora si que quedé muda...
Nunca te había leido así.
Linda sorpresa me llevé ctg.Besote
Tentador... pero todo sería distinto, si al despertar por la mañana, yo ya estaría muerto.
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