noviembre 03, 2010

Sincera Carta Lacónica II

No pretendo al cerrar los ojos, con la cabeza sobre la almohada soñar. No, mis sueños viven mientras el sol en lo alto reverdece las flores que al parecer, han sido aroma de antaño. Yo vivo sobrevivo entre algodonadas nubes que dan descanso a mis pies, entre el sopor que solo puede ser resultante de la ebriedad del ron, de un beso que entre lencería de oscuro encaje, logré quitar la plusvalía que el hombre contemporáneo ha logrado darle a ese mal llamado razón, que aunque nadie, en realidad la tiene, ha venido a ser ese utópico pan que aparentemente puede acrecentar en la misma proporción los peces. Un beso, dime tú ¿Quién no lo tiene?
Tenemos los labios, articulados que una veces dicen y otras veces callan, que algunas veces sugieren y otras relatan ó preguntan, sea al atardecer ó sea en su mayor momento al alba; y sin embargo, cuando más conveniente debería ser, la palabra no los dilata. Cuestión de enfoques podría ser, y aunque tampoco me cierro, un susurro escapado de ellos, a media noche, con las luces bajas no me haría mal si lograrán parir lo que escuchar en realidad quiero. Pero ¿Qué te ha de importar, a ti, con tus ideas tan alejadas de las mías, con tus propias preocupaciones características de la vida? Pero los tienes, dos pares de ellos y eso, a estas horas, a mi me pesa.
Lo grillos, que han venido a mi rescate, me cantan sus sonatas. Me invitan a permanecer insomne hasta la ya tan próxima mañana. Me invitan y me incitan y tu no dices nada. Y no es que pretenda tampoco, sentirte toda mía a plena luz ni enajenada, ni meditabunda como yo por la caña embriagada; tal vez sea solo cosa de los días que transcurren, así, sin que uno lo quiera, sin someterse siquiera un segundo al sentimiento que estanca, sin la ofuscación de las letras, sin esperar el mismo mañana. Por que mi vicio principal consiste en vivir un rato, sobrevivir al rayo de sol y después revivir enfrascado en tabaco y alcohol: No es lo mejor, bien lo se. Pero ¿Cómo demonios sobrevivir ante dicho horror?
Lo ves, no hay siquiera respuesta. Tus labios sin más, teniendo yo el corazón en la mano se cierran y el silencio nos hace presa; y ya después de todo se apodera.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Como puede ser, que aún no pegue sus labios a los tuyos para sentir lo que sientes?
Ufff, continúo creyendo que tu sientes más de lo que expresas, pero sabe tu x q motivo no logras ni siquiera murmurar...
Deja de sobrevivir, es hora de usar los labios para que la palabra los atraviesen.
Besos

Romek dijo...

Me encantó tu blog, la literatura es intimista y buena y el diseño sencillo y limpio. Un abrazo.
Romek

Arya dijo...

Embriagados hasta la locura diluida en botellas de colores maceradas bajo luz de Luna...
No queda otra.

Queda lo sentido... en sinceras cartas laconicas.


Conmovida, te dejo un abrazo :)

Romek Dubczek dijo...

La razón existe y es plural. La variedad de razones no niega la existencia de la razón en sí. Todos tenemos la razón sería una buena frase para empezar a querernos todos.
No suelo hablar así, será la edad.
Romek

Alicee dijo...

Están ahí, murmurando escondidos tras el absorto barullo de vuestro silencio. Sos el reflejo de vuestra denuncia. La imágen tibia que titubeante decide no asomarse a la luz de la luna, mucho menos a la del sol, porque ahí dejás de ser el que anhela, ahí sós un alma creyendo hacerle feliz. no lo es, nadie lo es. todos una masa temerosa en la niebla, dubitativos, como vos...