diciembre 22, 2015

Y la noche apenas comienza

Estoy sólo y la noche
apenas comienza
a partirse estrepitósamente
por la mas blanca mitad
y es diciembre quien se muere
las posadas, las velitas de colores
mientras los niños sonríen
por todos lados
y por todas partes
es este desconocido abrazo
fraternal y tibio de la muerte.

Es invierno todavía
y es extraño y caluroso
las chicas salen aún en faldas cortas
y muestran los hombros sin tirantes
las lagartijas grisáceas
cuelgan de las paredes felices
las cucarachas en las cocinas
se cuelgan de la curva del arcoiris
y siguen durmiendo desnudos
en la carencia los mendicantes.

Las masas dan los buenos días al mundo
la señora que a diario refunfuña
canta mientras riega sus plantas
la vecina que me quería follar
me mira con desdén y su cuerpo
y su sus labios reviste color escarlata.

Mi pecho es un muñón palpitante
de aquel que se arrancó el corazón
una vez para poder cierto escribir
y ahora en este invierno tan extraño
escribo mi vida mientras bebo un trago
que me pide retirarme tan sólo a morir.

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