diciembre 23, 2015

Un tipo duro

Sabes, me hace falta encontrarme
con un tipo duro como lo fuiste tú
un enemigo al que le tuve un franco temor
y a quien siempre quise con las manos
que de noche escriben, del todo enfrentar
para cambiar el verso por los golpes
y ahora ya no estás por las calles
te aniquiló a sangre fría el arrabal
cortándote los sueños por el cuello
por el que te inyectó el mundo tanto mal.

Cambiaste tanto antes de morir
quizás ya lo sabías y nada dijiste
esperaste que las noticias nos enteraran
que aquel tipo duro yacía muerto
y desangrándose en una alcantarilla
de una calle sombría y siempre taciturna
donde los amante realmente de aman
a la manera más brutal y más rápida
atentos al mundo y a la luz de la patrulla
que convierte la vida en amarilla.

No me imagino tu cuello sesgado
por el filo de un cuchillo añejado
ni haber perdido en ti el gran enemigo
que me dejo silentemente sin un amigo.

Descansa en paz, Edgar
ojalá algún día pueda darle en la madre
a un cabrón que se parezca a ti
y que me odie como tú lo hacías
cuando al verme te hervía la sangre.

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