diciembre 25, 2015

Fluir

Esta pluma no me ayuda
ni su tinta negra y tartamuda
y es una pena tristísima
el ir dejando versos en el aire
que jamás podrán ser leídos
para después al cesto tirarlos.

Debo beber un trago
y darle uno a mi pluma también
para que se relaje y quizás fluya.

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