diciembre 16, 2015

Me declaro del todo ebrio

Bien
estoy a un par de tragos
aún
de declararme del todo ebrio
fumo un cigarrillo
y quiero partir esta noche
desde el punto
en el que me sé
del mundo que me cobija
deforme y por las noches aislado.

No soy más
que un asco de persona
un soñador hecho y derecho
un disfrazado de hombre de bien
y un tunante de la mala poesía
soy la ironía y el descaro
la letra uniforme y en mayúsculas
de un tipo con el alma deforme
y también soy aquel
que a pesar de tanto vicio y tanto error
con los brazos abiertos
mientras escribe su desgana
abraza con pasión a la vida.

Es cierto
hablo de bares, de borrachos
de putas lindamente tristes
de sabios que hube leído
en los que noté un real sentimiento
sin importar su vulgaridad
ni la escuela ni la edad o los tormentos
que para llegar a ser grandes
hayan en el otrora vivido.

Yo escucho al mundo que vive
ahora mismo y junto a mí
a mi lado en el asiento del autobús
al taxista que a casa me lleva
a la gente que está a mi cargo
y el maullar nocturno de los gatos.

¿Habéis notado la gran mierda
en la que estamos inmersos
sin tener una declarada guerra?

El mundo pretende dormir ocho horas
trabajar otras ocho y dejarse morir
la razón para complementar veinticuatro
y así acabar el día del hombre actual
que apuesta por la longevidad
y por no morir bajo la suerte efímera
de las patas de un veloz caballo.

Y estamos jodidos, así desde el principio
en medio de televisores crucificados
como cruel maleficio en los orificios
por los que malamente razonamos.

Estoy a una copa de declararme ebrio
y más que embriagado
estoy encabronado
por saber que esto que vivo y siento
es sólo una ola más de la mar
en la que el mundo jamás sabrá amar.

No soy más que un asco de persona
un alcohólico, un fumador, un poeta
un hombre que pretende amar el bien
llevando el mal en la cabeza cual corona
un curandero de putas cual proxeneta
y aquel que busca lugar entre tus pies.

No hay comentarios: