diciembre 20, 2015

Y así mismo contigo

Sabes,
soy un terrible fumador
lo sabes de sobra
un alcohólico nocturno
un escritor de pocas luces
el futuro hecho sombra
un cínico fuera del barril
cargando con sus propias cruces
y estoy fumando
y estoy bebiendo
escribo una carta cual cuento
y una lágrima se me escapa
del ojo izquierdo
y entonces me siento vil.

He dado todo lo que tengo
en los bolsillos tan hambrientos
entre las tripas latiendo
he dado la mejor versión de mí
a pesar de parecer lo peor
cuando sangro como la llaga
como la herida recién hecha
por el filo de los rayos de un sol
como el poeta de linda caligrafía
que llora con el alba de alegría.

Sabes, tengo el respeto de un mundo
que entorno a mí abiertamente sonríe
de un mundo que realmente no es feliz
pero tampoco del todo infeliz
sino que sonríe por que no ha sido capaz
aún, de comprender la felicidad
con la que sonríe febril el vagabundo.

Y entonces yo sonrío y a la par lloro
por lo que fui, por lo que soy
por lo que irremediablemente seré
a este paso que late como loco
queriendo descifrar en donde estoy
para poder despertar en el después.

Mañana tendré que ir a trabajar
y llegaré como siempre dos horas tarde
mi jefe me dirá que la vida me vale madre
y encenderé mi ordenador mientras pienso
en la realidad que vivo puesta en verso
y en la fatalidad del ser mientras fumo
cuando el disfraz evita mi feroz desnudo
para dar lo mejor y siempre más de mí
aunque me ahogue en mis olas de mar.

Y así mismo
resulta siempre
contigo.

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