diciembre 28, 2015

La completa soledad

La chica de las enormes gafas
se masturba a diario en su habitación
después de despertar de entristecida
el vagabundo abraza su equipaje
y las monedas que en su mano han caído
desde otra mano que le miro enternecida
el chico que vende cigarrillos en la calle
a los transeúntes adictos a la humareda
sabe cómo tomar a la muerte del talle
en la desesperanza que siempre le besa.

Las putas ya no besan en la boca
los poetas le escriben a las copas
la señoritas mueren por dejar de serlo
las señoras prefieren ahora el desierto
después de esperar tanto tiempo sin ropa
a un marido por los negocios perverso.

Ya no hay semen inundando los ombligos
ni cartas enamoradas en letras cursivas
no hay besos celebrando el nuevo día
ni dos almas buscando ser un amasijo
de aquellos sueños de dulce alegría
cuando estaba yo y estabas tú conmigo.

¿Escuchas ahora el rugido del mar?
Eso mismo, nena, es la completa soledad.

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