Me pregunto que será de las ancianas
que sin vida jugaban al bingo
sin importarles si ganaban o perdían.
Llegaban al casino por las mañanas
con sus peinados rimbombantes
con su maquillaje impecable
a dejar sin dolor su dinero.
Me pregunto si seguirán con vida
cantando con sus voces rasposas ¡Bingo!
mientras esperan que se acabe la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario