diciembre 30, 2015

Mañana mismo

Se han ido poco a poco las hormigas
no han soportado el olor a ron y a tabaco
ni la peste del azufre de esta habitación
con la que duermen plácidos mis diablos
tan exhaustos de recuerdos y de espigas
de soledades y de semillas de girasoles
que cobijadas por la noche jamás germinan.

Las hormigas son como cucarachas
pero más pequeñas y más discretas
que se tragan tu alma y toda tu comida
y después se pasean por tu espalda
dejando sobre ti la caca que segregan
-imagina sus pequeñísimas cacas-
para dejarte en los huesos la vida.

¡Bah! Ya hay muy pocas de ellas
y aún hay bastante ron y cigarrillos
azufre manando del tímido del armario
tan lleno de demonios desnudos
de pasiones inacabadas, de azules latidos
de nubes de humo y del cáncer del tabaco.

Mañana mismo se acaba el año
y cada vez en mi delirio estoy más sólo
incluso las hormigas se han ido
la gente que amo, los ideales de antaño
mis amigos -mitad poetas, mitad locos-
y es triste saber que lo que he conseguido
se va tenuemente de nuevo al carajo.

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