diciembre 17, 2015

La sal de tu mar

Aquella noche
llegaste con minifalda de piel
y un corset entallado en negro
mirabas al mundo extrañamente
cuando la extraña eras tú
y tus medias negras como el cielo
de esa noche de tipos con cervezas
intentando mirar la vida en azul.

Charlamos un poco, recuerdo
después de tiempo charlamos más
de tu bellísima música y de tu poesía
y confieso que me llegué a enamorar
de ti y de la sal de tu mar vuelto vicio
de tus pies finísimos y de tus manos
que me llenaron de malos aciertos.

No sé por qué te recuerdo ahora
sin saber de ti más que la nada
que recubre el recuerdo de la voz
de ola que pretende estar enamorada
mañana mismo a primera hora
esperando deseosa el rayo de sol.

Ojalá la luna nacarada te proteja
como al gato las rojizas tejas.

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