diciembre 03, 2015

Del nocturno andar errante

Para el mundo resulta simple
despertar por la mañana
echarse una buena cagada
desayunarse un huevo o leche
tomar un baño de agua caliente
vestirse lo mejor posible
salir rumbo a un detestable trabajo
darle los buenos días al vecino
sonreírle al vientecillo más leve
vivir cómo si fuera cuestión inevitable
y esperar el viernes para beber un trago.

La gente tiene reglas que yo no sigo
y el mundo es feliz con su vida
con su autoaceptada estupidez humana
con la virtud sonriente en la cara
con sus vicios jugando a las escondidas
con la pelusa sacada de sus ombligos
maloliente como lo malos tratos y yo
siendo un alcohólico poeta embrutecido
bebo a solas mi trago desesperando el sol.

Para el mundo resultan simples
ocho horas de trabajo que nunca lo son
llegar a casa rendido por la noche
para no hacer más que mirar el televisor
cenar un pedazo de pan en la cocina
follarse a su mujer sin ganas de follar
fantasear con la vecina apenas mayor
y soñarse conduciendo un buen coche.

Yo soy de aquellos que llegan a casa
apestando a podrido y a vil fracaso
después de recibir palmadas en el hombro
de los que no le ponen un pero al trago
de los que despertarán con resaca
un lunes o un martes o un jueves
tratando de ordenarse entre escombros
de los que toman un baño preguntándose
¿Qué putas pasó ayer?
de los que desayunan malos poemas
y cuentos en los que siempre vienes
a patearme sin misericordia los huevos
para reafirmarme que soy un mal poeta
enajenado en la contrariedad del tal vez.

Para mí nada resulta tan simple
como cagar tendido por la mañana
debo antes fumar un cigarrillo
y el cigarrillo me recuerda que me caga
ser una humareda en tinta negra
que piensa en ti y en este mundo amarillo
que ni distingue apóstrofes de tildes
ni presienten en la vida la voraz guerra.

He sido y soy un monstruo, mi amor
un cabrón que enamora a las muchachas
sin follarlas para atrapar su belleza
y tenerlas en mi ventana cual sol
entrando a mi cabeza por la mañana.

Sabes que estoy ebrio
y desnudo del alma
y que mientras tanto pienso en la gente
que sonríe a diario estúpidamente
por que ya asoma el mañana
del cual me queda apenas un tercio
para escribir de los malos andares
de los bares de putas, de gatos necios
y del nocturno andar errante por las calles.

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