El sexto cigarrillo de la noche
la cuarta copa de blanco ron
la enésima canción del día
la misma sombra en la pared
el flaco corazón en las manos
pidiéndole a dios amnistía.
No he sido un buen tipo
de sobra lo sé
me confiesan el pecho
y estas versadas manos
lo reitera la larga soledad
que han recorrido mis pies.
Los bares están llenos de tipos
a estas benditas horas
que no buscan ron mezclado con mar.
Y mientras tanto
escribo a todo aquello
que he encontrado bello
y que por ende amo o amé
metido entre humo de cigarro.
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