Yo soy de los que cada noche
sufre en algún grado de desconcierto
de los que escriben lo que tienen
entre las manos y el raquítico pecho
de los que a solas siempre beben
por no haber sido arrollado por los coches.
Hoy me masturbé por la mañana
antes de la matutina ducha diaria
y pensaba en ti mientras el blanco
vomitaba de mi solitario falo.
Tengo una terrible devoción por tu boca
una esperanza inmaculada en tus pechos
y me letra aficionada por las copas
cuando me sé vil y deshecho.
Yo soy de los que nocturnamente
se masturban calládamente el alma
para extraer de sí una onza de versos
para mantenerme medianamente cuerdo.
Tengo aún un cuarto de ron blanco
y un escozor entre el alma y el falo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario