Amanecí con el alma inflamada
desde el vientre
hasta el omoplato izquierdo
con la agudeza de mi tos por la mañana
que ha de despertar a todos los perros.
Ahora que estoy por dormir
siendo ya el mundo de noche
sigo inflamado y revuelvo mis cabellos.
Me entretengo en el pasar de los coches.
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