febrero 16, 2016

Itinerario

Mañana despertaré a las siete treinta
un poco desganado y resacoso
encenderé el primero de mis cigarrillos
beberé un café y luego al sanitario
me lavaré la boca antes de la ducha
me aceitaré el alma desde los nudillos.

A las ocho treinta anudaré mi corbata
arreglaré mis cabellos ante el espejo
después de sacudirme de moronas el alma.

A las nueve otro cigarrillo
a las nueve quince estaré saliendo
en esa caminata matinal al subterráneo
daré los buenos días a la señora
que compró un perro cuando quedó viuda
y por el resto del día apestaré a tabaco.

A las once el ordenador estará preñado
de mensajes llenos de nimiedades
de clientes, de proveedores, de los jefes
y yo contestaré resacoso desde mis males.

A la una treinta estaré comiendo
la bazofia del comedor de empleados
después de un ello siempre un café
rascarme un rato las pelotas, bostezar
hilar la estrategia de la próxima semana
y así, olvidarme paulatinamente del después.

A las nueve de la noche y trago en mano
leeré los encabezados del periódico
fumaré mi enésimo y enlutado cigarro
y volveré a ser el mismo escritor tóxico.

Y durante todo ese lapso pensaré en ti
a pesar de lucir a la línea y recién afeitado
siempre me inunda un azulado gris
incluso siendo el ganador desganado.

Después de la una intentaré dormir
ya por las olas del ron blanco embriagado
intentaré borrarte un par de veces
sin lograr apartarte de mi epitafio.

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