febrero 13, 2016

Tu salva luz y mi negro gris

Llevabas una linda y oscura blusa
escotada por los hombros y unos jeans
en azul claro a la cintura ajustados
llevabas en tu mano mi mano
y el deseo en la boca de las musas
queriendo besarme la boca en gris.

Y entonces me besaste o te besé
no recuerdo bien y no es que sea igual
o que me de lo mismo
sino que en el beso comulgamos el ayer
de los pasos dados entre olas de mar
y las noches en que a solas dormimos.

Llevabas bragas negras de encaje
la mirada radiante y en los labios
la miel acompañada de suaves besos
en los que naufragaban mis versos
derribando de mi vientre aquel talante
que heredé vilmente de mis sabios.

Y entonces me hiciste el amor o yo a ti
y sin más explotamos a la par
metidos entre tu salva luz y mi negro gris.

Y yo tan sólo miraba tu sonrisa
desnuda ya del pecho y de tus caderas
empotradas en los huesos de las mías
y resultaba más cruel que la agonía
que el poeta mismo presume de su risa
que se sabe soñando sueños de quimeras.

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