febrero 21, 2016

Malísima perorata

Debes saber que tras el monstruo
un hombre escribe un tanto embriagado
debes saber que tras el hombre de bien
un monstruo me traga a diestros bocados.

Alguna vez un viejo hijo de puta
me hablo del defecto de ser confiable
y yo pensé: "a este cabrón lo amamantó
con arsénico su propia madre"
y es ahora mismo que lo entiendo
después de dos años y cinco tragos
y una vida de andar con escarcha en el pecho.

Soy un monstruo y sin embargo el mundo
tiene en mí una esperanza y en mí confía
por ser un sin hogar sin cara de vagabundo.

Yo se del frío y de andar metido en las calles
de la muerte y del vicio expuesto sin bragas
de la contención irrelegiosa de todas mis partes
tratando de no temblar ante la escarcha.

Aquel hijo de puta es más monstruo que yo
por que sin saber nada de arrabal de la vida
vino a ofuscar mi pequeño rayo de sol.

Sin embargo nada importa, sino el hecho
de que me he convertido en un monstruo
que no ha podido dejar de ser confiable
por que en solitario y de noche se bebe
su audaz cobardía cobijadas por la letra
también hija de puta pero febril y amable.

Después de toda ésta malísima perorata
solo puedo decir que puedes confiar en mí
desde el rincón en que me exilian mis palabras.

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