febrero 08, 2016

Lunes por la noche

Muchas veces
resulto incomprensible para el mundo
cuando me digo jodido entre letras
y quizás tan sólo piense que estoy ebrio
y que soy un charlatán de la desdicha
tirado a mitad de una angosta banqueta.

Yo he sido y soy una imagen malsana
que el mundo de diario ha hecho de mí
como la sonrisa roja pintada del payaso
riéndose de la vida cuando quiere morir.

Hay demasiada gente
que tiene esperanzas en mí
no sé que putas me vieron
para esperanzarse en un borracho
que fuma y escribe desesperadamente
poniendo la vista en un huraño cielo.

Yo he sido y tan sólo soy
un poetastro impúdico de la razón
con intensos escozores nocturnos
que me mantienen triste y taciturno.

Algunas veces sonrío
cuando me sacudo del alma el polvo
y el demonio del inclemente latido
que me hace saberme un híbrido
de los tiempos que corren por las calles
a pesar de saberme tercamente podrido.

Pero es lunes
y son las nueve treinta de la noche
y estoy un tanto ebrio
escribo un cuento de arrabales
me rasco un poco los cojones
y entre mis dogmas sigo siendo un necio.

Resulta incomprensible la gota
que cada noche ha venido cayendo
en el oscuro interior de mi vaso
sin llenarlo a costa de ir muriendo.

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