febrero 13, 2016

Es sábado ya

Sábado ya y la una de la mañana
me cepilla el alma, tan de arrabales
y de instintos notoriamente animales
buscando bajo el ombligo la calma
y ese corte limpio de la gris navaja
en el que dejan de acontecer los males
y aquella cándida necesidad de la copa
para curar las entrañas y la boca rota.

Las calles son un nido promiscuo
en el que se codean fraternalmente
el asesino con el malvado poeta
la daga recién afilada con la pluma
y el mítico fin con el nácar de la muerte.

Pero es sábado ya y el arrabal
sigue siendo un mal desde el lunes
en el que comulgué con la sal de la mar.

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