febrero 24, 2016

De pie en el autobús de las seis treinta

Ahí estaba yo
con mi cara de imbécil
viajando de pie
en el autobús de las seis treinta
cansado, resacoso, podrido
y ahí mismo
justo al fondo
estaba ella radiante
y era la misma chica
aunque ahora un tanto distinta
llevaba carmín en los labios
y los ojos cerrados.

Por un momento los abrió
me miró -lo sé por que la vi-
y después
lentamente los volvió a cerrar
y yo me sentí más imbécil
que al principio
cuando aún no la había notado yo.


que tan solo me miraste
para que pudiera yo
mirarte lindamente radiante.

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