Vienes y traes tus manos frías,
una sonrisa estrellada en el pecho
y la belleza del cielo en tu mirada.
Yo sólo traigo las manos en los bolsillos,
el verso preñado cuando te nombro a solas
y aquel estertor irrevocablemente embriagado
que me incita a amar tu voz de caracola.
También traigo estas ganas de hacerte el amor,
una canto resucitado antes del tercer día
y la necesidad de ser para tus manos el sol.
Vienes y traes tus manos frías,
un levante azul atravesando mis huesos
y tu beso enamorando mi beso de tul.
No hay comentarios:
Publicar un comentario