Buscaré una apología
para el siempre y para dos
-para nosotros dos-
mientras me sirven el té
en una copa para cicuta
dentro de un caparazón.
Trataré de andar por lares
donde el ruido sucumbió
-el ruido de tu risa en el atardecer-,
ataré todo el silencio
y en él crujirán las brasas
de una estrella siendo sol.
Tengo,
la certeza humeando a flor de piel
nena,
y tantas vueltas en la cabeza
como las dadas en un carrusel.
Tengo,
mi sueño y en él una autopista
donde te asomas tú y el cielo,
tengo ,
un montón de caricias para tu cabello
nena,
un futuro deslavado pero cierto
y el recuerdo encapsulado
de mi cruz latiendo sobre tu pecho.
Y ante la ausencia me disculpo
por las olas levantadas a estas horas
en este agreste mar de los tiempos,
por estar sin estar sino en mi letra gris
que a diario entre señas y guturales gestos
sigue pendiente de tu estrella y por ti.
Tengo,
un whisky escocés servido con soda
nena,
una noche sin relojes
y un infinito verso,
tengo,
estas ganas de ti tan cargadas
y la apología entre tragos y albores
en la que enmudece mi beso.
Tengo,
un corazón que no exige razón
para quererte a ti
nena,
una mancha enlutada de poemas
y algunas canciones que me recuerdan
el bar donde te besaba para callar
mi letra.
Discúlpame amor, si en mi maullar
a madia noche tu noche interrumpo.
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